Industrial y canalla, divertida y musical. En contraposición a la eterna y majestuosa Edimburgo, Glasgow invita a descubrir la Escocia más alternativa, esa que disfruta riendo, charlando y compartiendo buenos momentos, pinta –¡o whisky!– en mano, desde la barra de un bar. La que toma del brazo su pasado de grises fachadas para pintarlo de colores. La que sabe divertirse. La que siempre baila al son de la música.
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Tanto es así, que de sus calles y pubs surgieron algunos de los grupos y músicos que marcaron nuestras vidas. Desde AC-DC a Belle and Sebastian, pasando por Franz Ferdinand, Mogway o Primal Scream, sus garitos se despliegan a lo largo y ancho de Glasgow ofreciendo música en directo los siete días de la semana.
Pero hay más, mucho más. Porque el arte en Glasgow es, simplemente, una forma de vida, explota en cada esquina de la ciudad. Y fue así como, hace más de una década, la ciudad apostó también por darle brillo a aquellas oscuras fachadas de los edificios más sobrios ofreciéndolos como lienzos en blanco a los mejores artistas urbanos repletos de creatividad. The Mural Trail (citycentremuraltrail.co.uk), como se conoce oficialmente a la ruta, es la que nos guiará hoy por la ciudad del Clyde.
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PÁJAROS, ASTRONAUTAS Y CÓMICOS
Smug, artista urbano local, es el primero que nos sorprende en esta singular ruta. Empezamos por uno de los murales más populares de la ciudad, St. Mungo´s Miracle, dedicado a un St. Mungo contemporáneo, patrón de Glasgow. Una demostración artística que rompió esquemas y revolucionó la ciudad cuando fue acabada. Ocupando toda una fachada lateral de High Street, una de las más populares del corazón de la urbe, se halla su particular interpretación de la historia de la fundación de la ciudad. ¿Lo mejor de todo? Que está, además, a dos pasos de la catedral de Glasgow, de su encantador cementerio y del propio Museo de St. Mungo, en una zona repleta de cafeterías y tiendas rebosantes de encanto. ¿Por qué no aprovechar?
Muy cerquita, Smug continúa dando sorpresas. En el cruce de High Street con Duke Street se halla St. Enoch and Child, otro episodio más de la historia de la fundación de la ciudad versionada por el artista. Y en el parking público de Ingram Street, de una pared que en el pasado se mostraba repleta de desconchones y sucia, surgen hoy un buen puñado de especies autóctonas de animales que habitan los parques de Glasgow. Una simpática imagen que obliga a parar para fotografiar la estampa. ¿El nombre? The Fellow Glasgow Residentes, claro.
Y tendrás que caminar con los ojos bien abiertos, porque el arte aparecerá ante los ojos cuando menos lo esperes. Disfruta de fascinantes murales como Bo Down. Honour the routes, dirigido en su creación por Fearless Collective en defensa de las comunidades minoritarias marginadas en el mundo. O Space Man, una explosión de color que trae un pedacito de espacio al mismísimo corazón de Glasgow. Ubicado en una fachada de Merchant City, muy cerca se halla también la torre del reloj The Tron, uno de los teatros de producción y representación de Escocia más populares.
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¿Más arte urbano? El mural dedicado a Thomas Muir, gran defensor en el siglo XVIII de la reforma a la democracia, se encuentra en Old Wynd. Muy cerca, en Osborne Street, otro personaje mítico del país, el cómico Billy Conelly también tiene su particular homenaje, aunque no el único; la BBC comisionó hasta cuatro murales dedicados a él por las calles de Glasgow, ¿encontrarás el resto?
¿Un taxi que vuela? En Glasgow es posible. Se trata, obviamente, de otra de las muestras de arte urbano que forman parte de The Mural Trail. En esta ocasión, en el auténtico corazón de la Merchant City, en el estrecho callejón de Mitchell Street, rodeado de las vías comerciales más populares y tentadoras, se realizaron tres de los murales que más éxito cosechan entre quienes hacen esta ruta.
¿El primero? The World´s Most Economical Taxi, una divertida versión de un taxi típico británico sujeto por enormes globos de colores ante la que pocos se resisten a dejarse inmortalizar. Solo unos metros más adelante, y de nuevo de la mano de Smug, Honey, I shrunk the kids representa a una niña de enormes dimensiones que, con su lupa, observa a los peatones que pasan por debajo. Un simpático homenaje a la cinta ochentera Cariño, he encogido a los niños.
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Antes de salir de Mitchell Street, una última parada: el mural de la niña que sopla con suavidad un diente de león se llama Wind Power y es de Rogue-One y Art Pistol. Con ella los artistas revindican una mayor apuesta por las energías renovables tanto en la ciudad, como en el resto del país.
Otra perspectiva desde la que valorar el arte nacido en Glasgow, pero con el que nos desviamos un pelín de esa ruta urbana lo encontramos a apenas 5 minutos a pie. En la céntrica calle Sauchiehall está Mackintosh at The Willow (mackintoshatthewillow.com), uno de los cuatro preciosos salones de té abiertos gracias al mismísimo Rennie Mackitosh, un famosísimo arquitecto, diseñador y acuarelista escocés, y todo un icono de finales del siglo XIX, sobre todo en Glasgow. Busca tu hueco en cualquier planta, mucho mejor si es junto a la ventana, y disfruta de las vistas mientras saboreas un té y un tradicional scone con mermelada y crema. ¿Qué puede salir mal?
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EL CLYDE, SIGUIENTE PARADA
Cómo no, la ciudad debía tener un mural que, evidentemente, tuviera al gran Mackintosh como protagonista. Por eso el rostro de uno de sus hijos predilectos decora, desde que se celebrara el 150 aniversario del nacimiento del artista, una de las fachadas junto al Clyde, justo en los bajos de The Clutha Bar, otro rincón de Glasgow que es todo un must por su oferta diaria de música en directo. La obra es, una vez más, de Rogue -One y Art Pistol, y muestra el rostro en blanco y negro de Mackintosh rodeado de sus famosas rosas. En el Clutha Bar, por cierto, otro mural. De nuevo los mismos artistas, unidos a Ejek, decidieron homenajear la historia de la zona, además de dar visibilidad al gran número de personalidades que, desde su origen, han visitado este icónico local de la música en vivo.
Aprovecha para continuar el paseo a orillas del Clyde y disfrutar así de una perspectiva diferente de la ciudad. Desde aquí reconocerás mucho más aquella faceta industrial que tanto identificó a Glasgow en el pasado. Y mientras disfrutas de la estampa, apunta: Our World es el primer y único mural en superficie realizado hasta ahora en la ciudad, y simboliza la importancia de las nuevas generaciones para un futuro sostenible. Unos metros calle adentro, Dr. Conelly, I presume? es otro de los cuatro murales de Rogue One en honor al cómico.
Algo más allá, bajo el Kingston Bridge, también junto al Clyde, dos representaciones artísticas más con las que acabamos esta particular ruta –la oficina de turismo cuenta con un mapa con todas y cada una de las obras, un itinerario que también está en internet–. De un lado, The Swimmer, uno de los primeros murales que hizo Smug, en este caso de un conjunto de nadadores con los que quiso conmemorar los Glasgow Commonweatlh Games de 2014. De otro, Generation Green, una colaboración entre Smug y Scottish Power en la que representaron un niño plantando turbinas eólicas en un paisaje de montaña escocesa. ¿La intención? Una vez más, hacer apología de un futuro más verde para todos.
COMER Y DORMIR
Para no perder el hilo del viaje, el arte es también protagonista del Ibis Styles Glasgow (all.accor.com), en pleno barrio de Merchant City. Sus restaurantes, espacios comunes y habitaciones son modernas, coloridas y repletas de guiños al arte urbano de la ciudad. Si lo que se pretende es reponer fuerzas con un buen festín gastro, nada como animarse a hacer parada a lo largo de la ruta de arte urbano en locales como Mono (monocafebar.com), un restaurante vegano que es a la vez tienda de vinilos, garito de música en directo y fábrica de cerveza artesanal, o en The 13th Note (13thnote.co.uk), donde además de probar algunos platos deliciosos –también veganos–, se le da la oportunidad a grupos de jóvenes noveles de tocar por primera vez en público.