Día 1
09h El mercado de la Bundesplatz
Empezar el día en el tradicional mercado que se despliega en la Bundesplatz es la mejor manera de conectar con la capital suiza y con sus productos locales. También lo es sentarse en el bar Adrianos de la Teatherplatz, o en el café de la librería Stauffacher, ideal para desayunar con una estupenda vista panorámica.
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10h La fuente de Kramgasse
Solo en el casco histórico de Berna se contabilizan más de cien fuentes. La Zähringerbrunnen, que representa a dos osos es, quizás, la más famosa, situada en Kramgasse, una de las arterias principales de la ciudad vieja. Estas obras medievales están minuciosamente ornamentadas y decoradas por figuras coloridas.
11h El tictac del reloj
A la inevitable torre del Reloj (Zytglogge) conviene acudir a las horas en punto. En ese momento se pone en marcha su original mecanismo de figuras medievales. Osos que bailan, un bufón y un estridente gallo fascinan, desde hace siglos, a viajeros de todas las edades.
12h El foso de los osos
Cuando el sol enciende los colores del paisaje a los pies del río Aare, es la mejor hora para visitar este otro emblema de Berna, un foso donde los tiernos animales juegan ante el asombro de los visitantes. La inercia conduce a la terraza del Altes Tramdepot, lugar ideal para hacer balance con una cerveza y una bratwurst (salchicha) con rösti (popular plato de patatas), mientras se admira el perfil más medieval de la capital suiza.
16h Subir al mirador de la catedral
Con el campanario más alto de Suiza, la catedral es una de las visitas obligadas. Vale la pena subir sus 312 escalones para llegar al mirador y apreciar la panorámica de sus tejados apiñados y de las montañas del Oberland bernés. En un lateral se halla la Munster Plattform, un parque de castaños que se asoma al río Aare y deja a la vista las cumbres de los Alpes. Es un punto de encuentro muy popular.
19h A la hora de cenar
A estas horas, las inmediaciones de la Kornhausplatz son un trajín de tranvías de los que descienden quienes llegan buscando restaurantes para cenar en el centro histórico. Toda una institución es Kornhauskeller, además de la manera ideal para terminar el día.
Día 2
09h Excursión en funicular
Tras desayunar en el café bar Hasard (Bahnhof- strasse, 4), merece la pena una excursión a las montañas vecinas de Berna, el llamado Gurten, al que podemos llegar con el funicular que sale de Wabern. Allí esperan vistas espectaculares del meandro del río que rodea el casco antiguo, así como de la meseta suiza del Jura (desde el mirador) y de los Alpes (desde el Ostsignal). En la pradera del Gurten son habituales las actividades en familia, entre las que destaca un ferrocarril en miniatura con locomotora a vapor.
12h Zentrum Paul Klee
De vuelta, conviene tomar el autobús 12 hasta el Zentrum Paul Klee. Si antes de entrar a disfrutar de las obras maestras que guarda en su interior necesitas reponer fuerzas, no está de más contar con el restaurante Schöngrün, una pequeña villa de atmósfera refinada a dos pasos del museo.
14h Colinas de acero y juegos de luz
La construcción de este Zentrum en el año 2005 proporcionó un nuevo símbolo a la ciudad. Sus tres colinas de acero y sus delicadas líneas se funden con el paisaje y reservan dentro juegos de luz muy acordes al espíritu de las obras expuestas de Klee. El edificio de acero y vidrio ondulado del arquitecto italiano Renzo Piano hace justicia a la famosa sentencia del pintor nacido en Suiza: “Una línea es un punto que camina”.
16h Descubrimientos en Kramgasse
Es hora de dar un último paseo por el centro histórico prestando atención al ayuntamiento y a las fuentes que lo preceden. Y también al histórico Casino, punto de encuentro social desde 1909. En la principal Kramgasse quedan reclamos, como la casa en la que vivió Einstein y desarrolló la teoría de la
relatividad, la charcutería Grunder (1907) o Das Bauhaus, donde se venden juguetes y reproducciones de edificios arquitectónicos.
19h Una fondue de queso suizo
Después de una jornada intensa, nada como entregarse en cuerpo y alma a una buena fondue de queso gruyère en el restaurante Lötschberg. Un momento de tranquilidad para disfrutar sentados a la mesa de otros placeres.
‘Top’ 5
1. Pasear y comer en las inmediaciones del foso de los Osos.
2. Visitar el museo Zentrum Paul Klee para disfrutar del edificio ondulado de Renzo Piano y de la colección de obras de este artista.
3. Caminar por la porticada y comercial Kramgasse, entre fuentes tradicionales y tentaciones gastronómicas.
4. Subir al campanario de la catedral y observar desde las alturas los tejados medievales del centro histórico.
5. En las horas en punto, no perderse el espectáculo de la torre del Reloj.
Guía práctica
Guía práctica