Plantearse un viaje a una ciudad con tanta historia, cultura y arte como Roma puede parecer, en principio, una tarea ardua en compañía de los más pequeños de la familia, por lo inquietos que son, pero esa sensación desaparecerá con estas 10 propuestas para pasarlo en grande en la Ciudad Eterna.
LA CIUDAD DEL AGUA BAJO LA FONTANA DE TREVI
Bajo la Fontana de Trevi se esconde Vicus Caprarius, una ciudad del agua subterránea. Su acceso está a solo dos minutos andando desde la plaza donde se encuentra la famosa fuente y en ella el agua sigue fluyendo, como en el siglo I a.C., por el acueducto llamado Virgo, uno de los que proveía a la antigua ciudad de Roma. Además de recorrer ese camino bajo tierra, a los niños también les gustará ver algunas de las piezas expuestas encontradas durante las excavaciones (vicuscaprarius.com/es)
QUIÉN ES QUIÉN EN LA FONTANA
Y de Vicus Caprarius a la superficie para descubrir con los pequeños la Fontana de Trevi. Tras lanzar una moneda para que regresen a Roma, se puede pasar un buen rato descubriendo quienes son los personajes que están en la imponente fuente. En el mismo centro se encuentra Neptuno, el dios del Océano, del que se dice, erróneamente, que fue esculpido por el gran Bernini, cuando en realidad es obra del artista Pietro Bracci. A su izquierda está el personaje que representa a la Salud y a la derecha, a la Abundancia. Y una pregunta que podéis hacerles: ¿Sabéis cuánto dinero se recauda con las monedas lanzadas por los turistas? Pues monedita a monedita, en 2019 fue de un millón y medio de euros. ¿Y qué se hace con tanto dinero? Se destina a Cáritas para ayudar a las personas más necesitadas.
AHORA TOCA JUGAR... EN EL MUSEO EXPLORA
Como a los niños les gusta interactuar, ahora que ya han visto uno de los lugares más famosos de Roma, hay que llevarlos a un lugar hecho solo para ellos: el Museo Explora. Queda en pleno centro de la ciudad, y se puede llegar caminando desde la piazza del Popolo siguiendo la Vía Flaminia.
El espacio Explora, que funciona con el método Learning by doing, además de aprender con juegos que estimulan su curiosidad, los niños pasarán un rato divertido en sus 2000 metros cuadrados (mdbr.it).
UNA EXPOSICIÓN MUY LOCA
Uno de los lugares que dejará perplejos a los niños es la exposición Crazy for Kids, que se puede ver en el Chiostro del Bramante, un edificio histórico obra de Donato Bramante, el que fuera arquitecto del papa Giulio II y mayor rival de Miguel Ángel. La muestra, que ha juntado a 21 artistas «locos, muy locos» se aparta de los formatos establecidos para desatar la locura. En una de sus salas más sorprendentes es una explosión de color en la que se han reunido osos, limones, estatuas, querubines, hiedras, uvas… Una vez disfrutado de la sorpresa y las emociones, hay que aprovechar para ver en el extraordinario fresco Le Sibille di Raffaello, en la basílica de Santa María della Pace. La historia no está reñida con el arte más loco (chiostrodelbramante.it/storia-it).
¿Y SI LOS LLEVAMOS AL PARQUE?
En Roma hay parques increíbles, pero hay uno en el que han pensado mucho en los niños: la Villa Borghese. Fue la residencia del cardenal Scipione Borghese, amante de la belleza, de la naturaleza y del arte, y es un lugar en el que podemos pasar todo un día, donde se pueden alquilar bicicletas o carritos para que toda la familia pedalee. A los pequeños les encantará también subirse al tiovivo, dar un paseo en poni o divertirse en la pista de los coches de choque.
Villa Borghese tiene otras sorpresas, como el teatro de marionetas San Carlino. Un lugar muy especial porque por varias generaciones se han dedicado a entretener con su arte a las familias en un rincón mágico de este histórico parque romano. Además de disfrutar de los solicitados espectáculos (sancarlino.it), junto al teatrito se puede observar un precioso reloj antiguo que funciona por la acción del agua.
EL BIO PARCO
Si no queréis volver todavía al ruido y a la locura del centro de Roma, en Villa Borghese también está el Bio Parco, el Zoo de Roma. En sus 17 hectáreas viven 1200 animales de 150 especies, entre los cuales se encuentran mamíferos, reptiles, aves, anfibios y también cientos de árboles, algunos de ellos centenarios. Abierto en 1911, es uno de los más antiguos de Europa (bioparco.it).
EN TREN POR LOS JARDINES VATICANOS
La Ciudad del Vaticano es una visita imprescindible cuando se viaja a Roma, incluso con niños, pero la disfrutarán más si se hace de una manera diferente, por ejemplo, recorriendo en tren los jardines del país más pequeño del mundo. A bordo descubrirán cómo es la vida en este espacio histórico rodeado de inmensos espacios verdes y palacios. Durante el trayecto se pasa por el palazzo del Governatorato, la antigua estación del tren de vapor que usaron los anteriores papas, la gruta de la Virgen de Lourdes o el helipuerto que les causará admiración.
LA GALERÍA DE LOS MAPAS
Visitar las 54 salas de los Museos Vaticanos resultará muy aburrido para los chicos, así que habrá que seleccionar y quedarse con la Capilla Sixtina, las estancias de Raffaello y la Galería de los Mapas, una de las que les resultará más interesantes, pues podrán contemplar hasta 40 mapas de las distintas regiones italianas, algunos de ellos con la curiosidad de que el norte está situado al revés, pues en el siglo XVI todavía no se tenía muy claro donde ubicarlo. Al salir podrás tomar un respiro en las cafeterías de los Museos antes de continuar el recorrido por la basílica de San Pedro.
LA PIEDAD DE MIGUEL ÁNGEL
La historia, la belleza y la grandeza de la Basílica emocionan, pero conviene concentrarse en determinadas piezas con las que los más pequeños aprenderán pequeños detalles que recordarán al volver a casa. Por ejemplo, La Piedad, la gran obra de Miguel Ángel Buonarroti, ubicada muy cerca de la entrada principal. Se sorprenderán al conocer cómo el artista a golpe de cincel fue transformando un trozo de mármol en una escultura llena de expresiones y movimientos o saber que perdió parte de la visión al pintar la Capilla Sixtina por las gotas de pintura que cayeron en sus ojos. Y curioso descubrir cómo pudo Rafael pintar esas maravillas en salones tan altos cuando no había luz, ni calefacción...
La visita a la Ciudad del Vaticano (tickets.museivaticani.va/home) con los niños, conviene iniciarla temprano para disfrutar toda la mañana y, al finalizar, almorzar en uno de los restaurantes del Borgo Vaticano, el barrio adyacente.
AL VOLANTE POR ROMA
Algo que llama mucho la atención cuando se viaja a Roma es la manera de conducir de los italianos. Para que los más pequeños de la familia tengan su primera experiencia conduciendo un coche y nada menos que en Italia, hay que pasar por el Parco Scuola del Traffico (parcoscuola.it), que ofrecen clases de educación y seguridad vial especiales para niños de entre 3 y 12 años. Los vehículos son especiales para ellos y transitan por una mini ciudad hecha a escala, con semáforos, plazas, pasos de peatones, autopistas…, donde no faltan ni vigilantes que multan a quienes se salten las normas básicas.
En esta escuela de tráfico que funciona en la capital desde hace 50 años, también existe una pista rossa por la que los pequeños de 3 a 6 años conducen una mini furgoneta eléctrica guiados por supervisores e instructores.