Día 1
09h Marienplatz, el principio
Dos días en Múnich supone planificar muy bien el itinerario a seguir, porque tiene mucho que ver. Lo primero es situarse en la gran Karlsplatz y, tras cruzar la puerta Karlstor, una de las tres que dan acceso al centro histórico, en otro tiempo amurallado, seguir la peatonal Neuhauser, que va a parar a Marienplazt, el gran punto de encuentro del casco antiguo. Buena parte de la atención la acapara el Neues Rathaus (nuevo ayuntamiento), con sus cien metros de fachada y su carrillón. Justo al lado queda el Altes Rathaus (el antiguo), y en ella también la iglesia de San Pedro (Alter Peter), la más antigua de Múnich.
11h Parada en Viktualienmarkt
A espaldas del Altes Rathaus está Viktualienmarkt, el centro gastronómico de la ciudad y lugar de referencia imprescindible para los foodies. Entre sus coloridos puestos de fruta, flores o verduras podemos comprar o degustar productos gourmet frescos, o tomar una cerveza en su agradable biergarten , uno de los jardines cerveceros más típicos de la ciudad. La tienda Cheese & More by Henri Willig, en la esquina con Marienplatz, te resultará irresistible si te mueres por el queso.
13h La ópera de Strauss y la Residenz
Caminando a espaldas de Marienplatz por sus cuidadísimas calles comerciales, van apareciendo algunos de los edificios imprescindibles de la ciudad. En la plaza Max-Joseph, primero el Teatro Nacional, sede de la Ópera, que dirigió el mismísimo Richard Strauss. Y junto a él, la Residenz, el enorme palacio de los reyes de Baviera, con numerosos patios y una abrumadora colección de arte decorativo.
14h Odeonsplatz
Así, sin darnos cuenta, llegamos a Odeonsplatz, concebida como entrada triunfal a la ciudad, rodeada de majestuosos edificios, como la Feldherrnhalle, que recuerda una logia florentina, y la iglesia barroca de los Teatinos (San Cayetano), con su llamativa fachada de color amarillo. Desde ella también podemos tomar Brienner Strasse y llegar a la encantadora plaza Wittelsbacherplatz, presidida por la estatua ecuestre de Maximilian. El mismo que mandó levantar Hofgarten, ese agradable jardín de aire italiano construido aquí al lado y donde, si se necesita, podemos tomar un respiro para afrontar el resto del día con fuerzas.
16h De tiendas
Las cuidadísimas calles comerciales que rodean Marienplatz son perfectas para curiosear, sentarse en algunos de sus cafés y hacer compras irresistibles, como en Alois Dallmayr, la tienda de delicatessen con más historia de la ciudad; o los siempre apetecibles dulces y bombones de Elly Seidl. De lujo son las boutiques que se suceden a lo largo de Maximilianstrasse. Y más asequibles, en Residenzstrasse, donde entrar a curiosear en Eilles, y Theatinerstrasse, que comunican también con las principales arterias comerciales Kauffingerstrasse o Neuhauserstrasse. En este entorno, encontramos otros imprescindibles para visitar, especialmente la Frauenkirche, la catedral, con sus características torres rematadas por dos cúpulas con forma de bulbo, o el gran templo de los jesuitas dedicado a San Miguel, en cuya cripta está enterrado el rey más popular de Baviera, Luis II.
19h Hora de cenar
El día ha resultado largo, así que, para rematarlo, nada mejor que cenar en la cervecería tradicional más famosa de Múnich, Hofbräuhaus, que nació en 1589 y cuya historia forma parte de la ciudad. Bulliciosa y turística, es conocida mundialmente por su cerveza, que se degusta acompañada de cocina tradicional. Igualmente popular y solicitado, frente a ella, Ayinger am Platzl, que también elabora su propia cerveza.
21h La despedida en el Alte Utting
Más que curioso resulta ver cómo este barco de pasajeros se ha situado sobre un puente ferroviario que cruza una carretera del centro de la ciudad. Alte Utting posee diferentes ambientes –bar, discoteca, terrazas…–, lo que hace que sea uno de los lugares de vida nocturna más singulares y solicitados de Múnich.
Día 2
09h Desayuno en Bäckerei Neulinger
Hoy también será un día con mucho por ver, así que conviene empezar con energía, por ejemplo, desayunando en Bäckerei Neulinger, con varias sucursales, como la del barrio residencial Sendling, donde dejarse tentar por sus panes orgánicos o sus rollos de semillas elaborados a la vista.
10h Palacio de Nymphenburg
Una imponente construcción barroca acoge la que fuera la residencia de verano de la familia real de Baviera, del siglo XVII. Su interior es una joya artística, con hermosos frescos, una colección de retratos y un bello salón de baile de estilo rococó. En las antiguas caballerizas hay un museo de las carrozas.
12h Otros barrios para comer
En el tranquilo y moderno barrio de Haidhausen, al otro lado del río Isar, coexisten restaurantes étnicos, vinotecas y tabernas rústicas. También es buena idea pasarse por Maxvorstadt, el distrito universitario. Y, por supuesto, el de Glockenbachviertel, en el corazón del Englischer Garten, uno de los parques urbanos más grandes del mundo, con templos, un canal para hacer surf y dos biergärten.
15h De museos
Múnich es una ciudad de museos y costará decidirse por uno solo. Los más importantes se concentran en el Kunstareal (Distrito del Arte), con las grandes Pinacotecas (Alte Pinakothek, Neue Pinakothek y Pinakothek der Moderne) y otros palacios que acercan al mundo del diseño y de la fotografía. El futurista BMW Welt queda próximo al Olympiapark.
16.30h El estadio de fútbol
El Allianz Arena es una obra maestra de la arquitectura de los nuevos tiempos y hogar del Bayern de Múnich, icono local. Se puede hacer el tour por el interior y su museo. Para los que alarguen las 48 horas, dos visitas próximas son el infausto campo de concentración de Dachau y la excursión al castillo de Neuschwanstein.
‘Top’ 5
1. Vivir los dos grandes momentos mágicos en la ciudad: la Oktoberfest, la fiesta alemana más popular, y el Adviento, con preciosos mercadillos navideños.
2. Ver en Marienplatz el baile del reloj del Altes Rathaus y disfrutar de su ambiente y de las calles comerciales en su entorno.
3. Sentarse en un biergarten, los típicos jardines cerveceros de la ciudad, como el de la Viktualienmarkt.
4. Asomarse a algún mirador, ya sea el de la iglesia de San Pedro, la Torre Olímpica del Olympiapark o una de las góndolas de la Hi-Sky München.
5. Visitar alguno de sus museos o palacios, como el de Nymphenburg, con una desta-cada colección de porcelana.
Guía práctica
Guía práctica