Bajo el título Renacer, la exposición que, hasta el 11 de diciembre, acoge el templo palentino da a conocer una catedral diferente, transformada, que nos invita a observar con pasmosa cercanía piezas que siempre estuvieron ahí, pero que, por su ubicación, en las alturas o por formar parte de la decoración de zonas no visitables, como la sacristía, no quedaban a la vista o estaban ocultas. También otras piezas que han llegado desde lejos para unirse a la fiesta del descubrimiento de esta gran desconocida.
Palencia de norte a sur, a pie, en bici y ¡hasta navegando!
UN POCO DE HISTORIA
A orillas del Carrión los romanos fundaron Palencia y durante la invasión visigoda dependió de la diócesis de Toledo. La cripta de San Antolín, del siglo VII, es vestigio de la primera catedral visigoda levantada en este lugar y sobre ella se irían construyendo después sucesivos templos. Así empieza la historia de un edificio que conmemora ahora los 1400 años de existencia de su fundación. A Palencia llegaron gracias al rey Wamba las reliquias del santo, que permanecieron escondidas y olvidadas durante la invasión árabe, hasta que Sancho III de Navarra, gracias a un milagro de San Antolín las recuperó para su catedral y restauró la diócesis. El acta de refundación es una de las piezas maestras de la exposición.
PIEZAS DESTACADAS
De tiempos románicos se ven columnas y capiteles colocados al paso y muy cerca el sepulcro de la reina Urraca, que ha descendido de lo alto de la capilla del Sagrario, donde fue colocado en el siglo XV, para que esta obra maestra pintada pueda ser admirada con detalle.
Renacer está dividida en 7 capítulos –un número cargado de simbolismo cristiano– y cada uno de ellos está asociado a uno de los 7 sacramentos que van adentrando al visitante en la historia del templo y en lo que aconteció a sus coetáneos, revelando el esfuerzo de quienes levantaron esta joya artística y monumental.
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La primera piedra de la catedral gótica fue colocada en 1321 en la capilla de la Virgen Blanca, cuya figura en alabastro ha sido bajada desde su altar para acercarse al público que estos días visita el templo. Cuando este se empezó a levantar, el estilo del edificio no era el afrancesado de las catedrales de Burgos y León, sino uno propio palentino. Después, la precariedad económica del momento ralentizaría las obras, que recuperaron ritmo ya en el siglo XV. El Renacimiento dejaría su sello en el retablo mayor, en la capilla de San Ildefonso y en la puerta occidental al claustro; y el Barroco y neoclásico, en detalles ornamentales, retablos y pequeños añadidos a alguna capilla.
LA COLETA DE LA DONCELLA
El gran templo palentino tiene también sus leyendas, como la que cuenta que tocar la coleta de la doncella postrada a los pies del sepulcro de doña Inés de Orosio, dama de linaje, da suerte en los estudios. Y huellas únicas que grandes santos, como un manuscrito de Santa Teresa de Jesús, que podremos leer sin demasiada dificultad a través de un cristal. Majestuoso también el gran altar de plata de la capilla del Monumento o los telares bordados en oro que recubrieron en un tiempo el altar mayor y que son el descubrimiento textil más importante de los últimos tiempos.
La muestra brinda también un reencuentro místico único, el de María Magdalena y san Juan Bautista, dos figuras en madera policromada creadas y firmadas por Alejo de Vahía en 1505. Creadas para decorar el altar mayor de la catedral, fueron sustituidas por nuevos encargos renacentistas y separadas (la de San Juan acabó en el Museo Frederic Marès de Barcelona). Quinientos años después Renacer las ha vuelto a unir.
Junto a estas, en los 4500 metros cuadrados de superficie expositiva veremos 160 obras históricas, algunas inéditas y muchas procedentes de otros museos, catedrales e iglesias de España. El Greco, Juan de Flandes, Berruguete o Gil de Siloé, entre otros, viven, generación tras generación, en el gran templo palentino, el tercero más grande de España.
MUY PRÁCTICO
- La muestra estará abierta hasta el 11 de diciembre.
- Abre todos los días de 10 a 14 y de 16 a 20 horas, excepto los miércoles.
- Entradas: catedraldepalencia.org/muestrarenacer/
- Precio general: 6 € (10 € guiada)
Y ADEMÁS, LO QUE NO TE PUEDES PERDER EN PALENCIA
Además de Renacer, la sosegada Palencia tiene muchos otros motivos para una escapada, que siempre incluirá un paseo por la calle Mayor para admirar sus edificios y fachadas del siglo XIX, y el antiguo colegio Villandrando. Pero también por alguno de sus parques pues esta es una de las ciudades de España con más zonas verdes por habitante.
Dos lugares para visitar con calma son el Museo de Palencia, ubicado en la Casa del Cordón, el único monumento renacentista civil palentino, que acoge una importante colección de objetos desde la prehistoria hasta tiempos medievales. Y el Museo del Agua, ubicado en la dársena del Canal de Castilla de Palencia, en un antiguo edificio destinado al almacén de cereales, desde donde se puede realizar un paseo por esta antigua gran obra de ingeniería.
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DÓNDE COMER
El mejor complemento a la visita cultural a Palencia es disfrutar de su gastronomía, ya sea tapeando o sentados a la mesa de algunos de sus restaurantes. Hay que probar las famosas patatas bravas de La Mejillonera (Soldados, 7), consideradas entre las mejores de España, y la tortilla de patata y las gambas a la gabardina del bar Miami (Casañé, 5). Si apetecen guisos o platos de caza, está La Tasca (latascapalencia.es) y exquisita cocina tradicional palentina sirven en La Parrilla de Don Jamón (laparrilladedonjamon.es), en la misma plaza Mayor, y en Casa Pepe’s (casapepes.es).
DÓNDE DORMIR
Para descansar está el hotel Don Rodrigo (hoteldonrodrigo.com), junto al río Carrión y el centro histórico, y también en una buena ubicación, Castilla La Vieja (hotelcastillavieja.com), un cuatro estrellas a dos minutos de la plaza Mayor.