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Fin de semana callejeando por Albarracín y las cascadas de su entorno

Un pueblo milenario rodeado de murallas y naturaleza espectacular. Para una escapada, maravilloso lugar


2 de noviembre de 2022 - 18:24 CET
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Rodeado de torres y murallas y en un escarpado meandro del Guadalaviar, Albarracín es un pueblo milenario que no puede ser más bonito, acostumbrado a encabezar las listas de los pueblos más bellos de España. Pero hay más. También es de los menos alterados, en los que mejor se come y donde, a la hora de dormir, cualquier rincón es un hotel con encanto. Por si no fuera suficiente, la sierra a la que da nombre es pródiga en cursos de agua, senderos por los que transitar y cascadas espectaculares. Sobran los motivos para hacer una escapada de fin de semana a este rincón de Teruel y su entorno, y nosotros os contamos todo lo que no os podéis perder, que aquí es mucho.

 

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LA CALLE PORTAL DE MOLINA

Desde la plaza Mayor, donde hay un buen mirador del río y de parte de la población, se ha de subir por la calle Portal de Molina (en la imagen) para admirar las casitas que se apiñan unas sobre otras en la plazuela de la Comunidad. Poco más arriba, está la casa de Julianeta, tan inclinada que parece a punto de derrumbarse. Esta casa esquinera y equilibrista del siglo XIV es la torre de Pisa de Albarracín, su foto más típica, la que todo el mundo quiere hacer.

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LA CATEDRAL DEL SALVADOR

Junto al portal nace el camino que sube bordeando la muralla por una cuesta empinada y pedregosa hasta la torre del Andador, un nombre que le viene al pelo. De vuelta en el portal, el paseo se completa por la calle de Santiago –donde hace esquina la casa de Julianeta–, la del Chorro, la de los Azagra y la de la Catedral. Esta última conduce hasta la catedral del Salvador, del siglo XVI, y el Museo Diocesano, que está instalado en el suntuoso palacio episcopal.

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EL MUSEO DE LA CIUDAD Y EL CASTILLO

Otro museo que hay que ver es el de Albarracín, que cuenta su larga historia (fundacionsantamariadealbarracin.com). Se encuentra en el antiguo hospital de la ciudad, un edificio del siglo XVIII que también fue utilizado como cárcel y hoy, rehabilitado, como museo. Tampoco hay que perderse el castillo, sobre un promontorio rocoso donde destacan los restos de antiguas viviendas musulmanas y que forma parte del sistema defensivo de la ciudad junto a la torre de Doña Blanca, donde la leyenda dice que mora el alma atribulada de una infanta aragonesa que murió encerrada en ella, y que las noches de luna llena baja a bañarse al Guadalaviar.

 

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CASCADAS DE LA SIERRA DE ALBARRACÍN

Subiendo en coche por el Guadalaviar, por la carretera A-1512, se disfruta del mayor espectáculo natural de esta sierra: sus cascadas. Una vez llegados al paraje de Entrambasaguas, donde afluye al Guadalaviar el río Blanco, hay que tirar a la izquierda por la A-1703 hacia Royuela para coger a continuación el desvío a Calomarde. Seis kilómetros después –14 en total, desde Albarracín– se descubre la cascada del Molino Viejo (también llamada Batida o de Calomarde), en un enclave con miradores, pasarelas de madera y senderos que invitan a seguir los brincos del agua entre los grandes desplomes y oquedades de la roca caliza. El salto mayor tiene una caída de 10 metros, desnivel que era aprovechado antiguamente para proporcionar energía motriz a un molino.

 

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CASCADA DEL MOLINO DE SAN PEDRO

Otra hermosa caída de agua que en su día estuvo asociada a una aceña es la cascada del molino de San Pedro. Para verla, se ha de volver al último desvío y conducir hacia Royuela, Terriente, Toril y Masegoso. Pasado Masegoso, la carretera cruza el río Cabriel; 300 metros más allá del puente, se toma un desvío señalizado y enseguida aparece la cascada, con su enorme poza labrada por las aguas puras del Cabriel en la roca caliza, junto a los restos del viejo molino. El salto mide unos 8 metros y tiene una cornisa que permite colarse por detrás de la cortina de agua sin mojarse, como en las películas de aventuras, y contemplar desde un ángulo insólito la charca verde esmeralda.

 

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ALBARRACÍN EN FAMILIA

A 5 kilómetros de Albarracín por la carretera de Bezas se encuentra este Parque Cultural de Albarracín (parqueculturaldealbarracin.org) que alberga la mayor concentración de pinturas rupestres del sur de Europa. Si viajas con niños, hay que llevarlos a ver dinosaurios al centro Mar Nummus, perteneciente al Territorio Dinópolis (dinopolis.com); al parque de máquinas de asedio Trebuchet Park (trebuchetpark.es) y al Museo de Juguetes (museodejuguetes.com).

 

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¿DÓNDE DORMIR?

En Casa de Santiago (casadesantiago.es, en la imagen), un pequeño hotel familiar de cuidado interiorismo, buenas vistas y excelente cocina tradicional solo para huéspedes. Buena elección es también el original hotelito temático La Casona del Ajimez (casonadelajimez.com), con seis habitaciones decoradas en plan cristiano, árabe o judío, y jardín al pie mismo del castillo.

 

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¿Y DÓNDE COMEMOS?

Todo un clásico de la gastronomía tradicional es Rincón del Chorro (rincondelchorro.es, en la imagen), pequeño y acogedor. El Buen Yantar, junto a la plaza Mayor, y diferente, La Taba (latabaalbarracin.com), un bar de decoración llamativa, con un toque vintage y tapas tan ricas y sorprendentes como el bombón de morcilla.