Sintra, los palacios de Queluz y Mafra, Obidos, Comporta, Cascais (en la imagen)... Si vas a hacer un viaje a la capital portuguesa y has previsto algunos días de más para conocer los alrededores, aquí tienes varias sugerencias de escapadas para completar unas vacaciones deliciosas. Todas cercanas, a no más de una hora, merece la pena alquilar un coche y dedicarle unos días al entorno. Pueblos, palacios y playas con tanto encanto, o más, que la propia Lisboa. Y ya es decir.
25 cosas que ver y hacer en Lisboa (y no dejarte nada pendiente)
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CASCAIS
Distancia desde Lisboa: 33 kilómetros (30 minutos)
La que fuera en la década de 1930 una pequeña aldea de pescadores que atrajo a artistas y escritores y después la familia real convirtió en su lugar de veraneo sigue destilando todavía hoy sus aires ilustres a través de muchas de sus mansiones, su puerto deportivo junto a la antigua ciudadela y una coqueta zona peatonal llena de tiendas de marca y restaurantes con terraza. Más que grandes monumentos, aquí se viene a recorrer su encantador casco antiguo lleno de estrechas y sinuosas callejuelas de adoquines y llegar hasta su plaza principal, donde pescadores locales aún comercian sus capturas. También a probar auténticas delicias culinarias en las marisquerías que llevan hasta la inmensa playa do Guincho.
En Cascais no te pierdas:
- Imaginar en el Museo dos Condes de Castro Guimaraes, una mansión del siglo XIX junto al faro de Santa Marta, cómo era Cascais hace un siglo
- La fortaleza de Cascais, hoy transformada en un espacio dedicado al arte, la gastronomía y el diseño conocido como Citadel Art District
- Contemplar el rugir de las olas al estrellarse contra unos acantilados de vértigo en la atalaya rocosa conocida como Boca do Inferno
48 horas en Cascais, entre clases de surf y talleres de cocina
SINTRA
Distancia desde Lisboa: 28 kilómetros (30 minutos)
Un suntuoso escenario teatral. Así se entiende esta ciudad Patrimonio de la Humanidad. Ubicada en un espectacular emplazamiento, entre despeñaderos, bosques y manantiales, fue uno de los retiros favoritos de los soberanos portugueses. Tiene una ciudadela vieja de calles intrincadas y casonas dieciochescas; quintas de la nobleza de semblante quimérico y enigmáticas fachadas; senderos sinuosos que se pierden en la espesura de la montaña y una buena colección de monumentos imprescindibles, como el Palacio Nacional de Sintra, que destaca a lo lejos por dos enormes y simbólicas chimeneas cónicas; el Palacio da Pena (en la imagen), a imagen y semejanza de los de Baviera y el Castelo dos Mouros, con una impresionante panorámica; además de la Quinta da Regaleira o el Palacio de Monserrate.
En Sintra no te pierdas:
- El Museo do Brinquedo, con una curiosa colección de juguetes de varias épocas
- Entrar en las celdas excavadas en la roca del convento dos Capuchos
- Asomarte al acantilado en cabo da Roca situado en la parte más occidental de Europa
- Descurbir el interior de sus palacios y quintas
QUINTA DA REGALEIRA
Distancia desde Lisboa: 27 kilómetros (30 minutos)
Una vez visitado el Palacio Nacional de Sintra conviene acercarse a otro original palacio, el de la Regaleira (regaleira.pt), al que se llega a través de un paseo de poco más de 10 minutos caminando desde el primero. Construido a finales del siglo XIX por el arquitecto italiano Luigi Manini, quien trató de plasmar todas las corrientes estéticas que imperaban en Europa en ese momento, como los estilos manuelino, neogótico o renacentista, dando como resultado un palacio ecléctico y singular. Carvalho Monteiro, el noble portugués que encargó su construcción, hizo además que se llenase de constantes referencias a la masonería, orden a la que pertenecía.
En la Quinta da Regaleira no te pierdas:
- Hacer una visita guiada, es la mejor manera de localizar esas alusiones a la masonería que se esconden en su interior
- Pasear por sus sorprendentes jardines con esculturas, túneles secretos, grutas, cascadas y hermosas fuentes
- Asomarte al pozo iniciático, también llamado la torre invertida, con su escalera en forma de espiral
OBIDOS
Distancia desde Lisboa: 85 kilómetros (1 hora)
Hubo un tiempo en que Obidos fue uno de los puertos más prósperos del Atlántico portugués y resulta curioso, sobre todo, porque el océano queda a no menos de diez kilómetros en línea recta de las murallas que aprisionan la ciudadela. En la inmensa laguna que separa la villa del mar está la explicación. Obidos es uno de los rincones más evocadores de Portugal, una antigua ciudad fortificada que domina un inmenso paisaje de lomas y hondonadas vigilando el litoral. Sus murallas protectoras, sus casas blancas y sus calles estrechas y sinuosas que se prolongan con escaleras, pasadizos y puertas ojivales evocan el ambiente cortesano de antaño.
En Óbidos no te pierdas:
- Sus lugares imprescindibles: el castillo medieval, la plaza de Santa María, el Museu Municipal y, extramuros, el santuario do Senhor da Pedra
- Llegar hasta el cabo Carvoeiro para asomarse al océano y contemplar las extrañas formaciones rocosas de la costa
- Visitar el santuario de Nossa Senhora dos Remédios, al borde del acantilado
- A 17 kilómetros, navegar en la laguna de Obidos
COMPORTA
Distancia desde Lisboa: 120 kilómetros (1 hora, 30 minutos)
Aunque en los últimos años ha ido cogiendo algo más de fama, Comporta nunca ha sonado tanto como el Algarve u otros destinos europeos como Cerdeña o Saint-Tropez. Pero las playas infinitas y tranquilas de este rincón de la costa portuguesa son refugio de no pocos famosos que se esconden entre kilómetros de litoral salvaje, los pinares y el verde intenso de los arrozales. Para acceder desde Lisboa se hace en dirección a Setúbal desde donde se puede llegar en ferry atravesando el estuario del río Sado.
En Comporta no te pierdas:
- Dar un paseo a caballo por la playa, hay muchas empresas locales que los ofrecen
- Alojarte en un hotel eco, en esta zona hay unos cuantos y son una delicia: Las Casas Na Areia (silentliving.pt/houses/casas-na-areia/), Cocoon Lodge (cocoonlodges.com) o Brejo da Amada (brejodamada.pt)
- Hacer un paseo en bici por los caminos de los arrozales (Comporta Electric Bikes las alquila).
- Hacer surf o paddle surf en las playas de Carvalhal y Pego (surfincomporta.com)
PALACIO DE QUELUZ
Distancia desde Lisboa: 18 kilómetros (25 minutos)
Colosal en magnitud y boato, este palacio real es considerado el Versalles portugués y pasó de ser un pabellón de caza a palacio por mandato del príncipe Pedro, hijo de Joao V. Aunque estaba concebido para fiestas y música, fue escenario de varios dramas, como el de la Reina María I, que enloqueció al final de su vida. Desde fuera, el palacio real es una sucesión de melodiosas balconadas pintadas en tonos pastel, en su interior destacan el salón del Trono, la sala dos Embaixadores y los jardines, y también el salón de la Música, el corredor das Mangas y la escalinata de los Leones.
En el palacio de Queluz no te pierdas:
- La cámara de Don Quijote, el dormitorio que vio nacer a Pedro IV, decorado con escenas del ilustre hidalgo de La Mancha
- Un paseo por los jardines decorados con fuentes y esculturas
- Detenerte ante el juego de espejos del salón del Trono
ESTORIL
Distancia desde Lisboa: 24 kilómetros (30 minutos)
Durante años, este tramo de la costa atlántica fue conocido como la Costa Azul portuguesa. Una ciudad aristocrática, de elegantes edificios, en la que aún se respira el glamour pasado y que sin embargo ha sabido reinventarse. La villa de Estoril queda unida a Cascais por un paseo marítimo que puede recorrerse en bici o a pie en poco más de media hora. Aquí la atención la reclama su reconocido Casino, uno de los mayores de Europa, frente al que se encuentra un gran jardín. También es una buena opción, cerca de Lisboa, para los amantes del golf.
En Estoril no te pierdas:
- Sentarte en una de las mesas del Casino. Dentro , junto a las habituales mesas y máquinas de juegos, hay varios restaurantes y un auditorio con espectáculos
- Acercarte a la playa de Tamariz, frente al Casino
- Dedicarte unas horas de relax en The Banyan Tree Spa Estoril (banyantreespa.com), el mejor centro holístico del país
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PENÍNSULA DE TROIA
Distancia desde Lisboa: (40 minutos en coche y 15 minutos en ferri)
Frente a la costa de Setúbal se encuentra esta estrechísima península de espíritu ecológico y sostenible bordeada por una playa infinita que acaba en Comporta y se ha convertido en refugio eco-chic de celebridades internacionales que van en busca de naturaleza virgen, privacidad y lujo desenfadado. Se llega a ella cruzando en ferri el estuario del Sado y a lo largo de sus 18 kilómetros de arenal respaldado por dunas y pinares se esconden villas privadas camufladas entre la vegetación para perderse de modo anónimo.
En Troia no te pierdas:
- Visitar las ruinas romanas de la antigua Achale, que así se llamada Troia cuando era una isla, el mayor centro de producción de salazones de pescado en el siglo I.
- Degustar un exquisito pescado en una terraza con los pies en la arena
- Alquilar una bici para pedalear por la senda ciclista que rodea la península
- Apuntarte a alguna actividad náutica en el puerto deportivo
- Observar aves en el Sado, ya sean en la bahía o en la laguna que se forma en la bahía, un entorno rico en biodiversidad
- Relajarte en el Troia Beach Club, perfecto para tomar un cóctel y con una piscina icónica con forma de estrella
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PALACIO NACIONAL DE MAFRA
Distancia desde Lisboa: 39 kilómetros (45 minutos)
Comparado con El Escorial por sus dimensiones, su origen votivo y su impronta palacial y religiosa, hicieron falta más de cincuenta mil obreros trabajando día y noche durante trece largos años para construir este gigantesco palacio y convento que el lujurioso monarca Joao V ordenó levantar si Dios le concedía un heredero. Tenía que ser el más grande de los palacios de su Reino y así fue: un coloso de 40.000 m2 con una fachada de 200 metros, 4.500 puertas y ventanas repartidas por 800 salas. La visita al palacio donde se entremezclan los estilos barroco y neoclásico, pasa por la botica del convento, los pabellones del Rey y la Reina, el museo, la basílica y, sobre todo, la biblioteca.
En el Palacio de Mafra no te pierdas:
- Un paseo por la Tapada Nacional de Mafra, un antiguo parque de recreo real para la caza formado por una zona de arbolada cruzada por cursos de agua en torrente.
- Visitar la biblioteca, uno de los espacios del saber más impresionantes de toda Europa
PENICHE
Distancia desde Lisboa: 103 kilómetros (1 hora, 15 minutos)
Si por algo es conocida esta pequeña península al norte de Lisboa donde se encuentra la localidad de Peniche es por los amantes del surf, pues es un paraíso por sus olas. Pero hay más: buenas playas (la de Baleal al norte y la de Supertubos al sur), un fuerte que es museo municipal, y un cabo rocoso, el de Carvoeiro, donde asomarse a los acantilados.
En Peniche no te pierdas:
- Acercarte en barco a las islas Berlengas, a unos 10 kilómetros de la costa, algo así como las Cíes portuguesas
- En las Berlengas acceder al fuerte de São João Baptista, el castillo del fin del mundo
- Contemplar la puesta de sol desde Carvoeiro
SETÚBAL
Distancia desde Lisboa: 47 kilómetros (48 minutos)
Setúbal posee una de las bahías más bellas del mundo. A un lado de la población encontramos el Parque Natural de Arrábida, tapizado de vegetación mediterránea y con playas de arena blanquísima. Al otro la Reserva Natural Estuario do Sado, hogar de más de 200 especies de aves y donde habita una colonia estable de delfines. En la ciudad imprescindible acercarse al Mercado do Livramento, el convento de Jesús o al castillo de San Felipe con una terraza ideal desde la que contemplar el atardecer.
En Setúbal no te pierdas:
- Pasear por hermosas playas como Albarquel, Comenda, Figueirinha, Galapos, Galapinhos, Coelho, Portinho de Arrábida…
- Descubrir la fortaleza de Santa María de Arrábida, del siglo XVII, que hoy alberga un museo oceanográfico
- Salir en barco a avistar delfines (avelapasseios.com)
- Probar los excelentes vinos de sus bodegas (hay 43 en la zona)
Jugando con delfines en una de las bahías más bellas del mundo, pegadita a Lisboa