La Reserva Nacional de Caza Saja ocupa una superficie inmensa, más de la tercera parte de Cantabria. La coronan medio centenar de montañas de más de 2000 metros de altura y la alfombra el hayedo más extenso y mejor conservado de la cordillera Cantábrica. Emboscados en esta magnífica selva hay osos y lobos, aunque son corzos y ciervos los que más abundan en estos montes que permanecen tan bravíos como los describió el escritor José María Pereda en su obra maestra Peñas arriba.
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BÁRCENA MAYOR
Rara es la lista de los pueblos más bellos de España en la que no aparece, bien arriba, Bárcena Mayor, a 13 kilómetros de Santander y punto de partida para conocer el hayedo de Saja. Un conjunto histórico de claro sabor montañés, con sus calles perfectamente empedradas, sus solanas (balconadas de madera) rebosantes de hortensias, geranios y panojas, y sus anchos portalones como nuevos después de siglos y siglos de cobijar bajo ellos los carros. Nadie diría que es (eso dicen) el pueblo más antiguo de Cantabria.
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EL SENDERO
En Bárcena Mayor nace la senda del Pozo de la Arbencia, acompañada por el río Argonza hasta su nacimiento, en la unión del Hormigas y el Fuentes, un paraje de postal, salpicado de cascadas y grandes robles y hayas. Son tres horas (solo ida), pero si se anda la mitad, o menos, no pasa nada. Todo el camino es precioso.
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DE SAJA A TUDANCA
Otro camino excepcional para aproximarse al hayedo es el que va del pueblo de Saja –a 13 kilómetros de Bárcena– al de Tudanca, siguiendo los indicadores y las marcas de pintura roja y blanca del sendero de gran recorrido GR 71. En cerca de tres horas ascenderemos zigzagueando por el umbroso bosque de hayas antes de asomarnos deslumbrados a las brañas que tapizan la coyá o collado de Carraceu, en la divisoria entre las cuencas de los ríos Saja y Nansa. En estas praderas pastan las vacas tudancas, de largos y retorcidos cuernos y pelaje pardo oscuro, que suman hasta 8000 cabezas repartidas por los puertos de la comarca. Si hay ganas, en otro par de horas podríamos bajar a Tudanca. Si no, volveremos por el mismo camino.
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Cuando lleguemos a Tudanca (a pie por el monte o dando un rodeo en coche por Carmona y Puentenansa), declarada conjunto histórico por su riqueza arquitectónica y escenario donde discurre buena parte de la novela de Pereda. Ahí sigue, la casona de Tudanca que fue propiedad José María de Cossío y frecuentada por multitud de escritores y cuyo mayor tesoro son los manuscritos de la biblioteca, sobre todo de autores vinculados a la Generación del 27: Rafael Alberti, Federico García Lorca, Gerardo Diego, Jorge Guillén... Las visitas a la casona son guiadas (tel. 942 59 84 25).
Y PARA REMATAR... EL MAR
El mejor final de la ruta será bajar a la costa y recorrer el Parque Natural de Oyambre, entre Comillas y San Vicente de la Barquera. Hay acantilados, prados, rías, marismas, dunas y dos playas magníficas de arena blanca y fina: la de Merón, de 2,5 kilómetros de longitud, junto a San Vicente de la Barquera, y la de Oyambre, de 1,8, junto a la desembocadura de la ría de la Rabia. Y ambas tienen un buen oleaje, ideal para surfear.
A MESA PUESTA
Es un placer genuino es saborear un cocido montañés en la terraza de La Solana (tel. 647 87 45 74), contemplando las calles empedradas de Bárcena Mayor. Sas fabes con venado, la caza y las carnes de vaca tudanca también resultan ricas.
En Los Tojos hay que probar los guisos de Casa Punvieja (tel. 942 70 63 15), como el cocido montañés, los garbanzos con callos o las alubias con bogavante. En el mismo pueblo está La Bolera (tel. 942 70 60 35), que sirve cocina tradicional. Y en Tudanca, el restaurante Las Nieves (tel. 942 72 91 63), que presenta una cocina con inquietudes, de base tradicional y producto de temporada.
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Y PARA ALOJARTE
En Bárcena Mayor está la Posada Reserva Verde (reservaverde.com), una casa típica montañesa de decoración rústica con un pequeño bar y terraza. A 8 kilómetros de ella, en Los Tojos, se encuentra la Posada La Colodra (posadalacolodra.com), con una docena de habitaciones en una casa tradicional montañesa del siglo XVI, buenas vistas y a destacar el trato cariñoso de la dueña y lo bien que se desayuna y se cena en él.
El hotel rural más sorprendente y fotogénico del valle de Cabuérniga es Camino Real de Selores (caminorealdeselores.com), cuyo interiorismo corre a cargo del reconocido decorador Paco Entrena y cuenta, además, con un buen restaurante. Y también en Selores está El Bosque de la Anjana (elbosquedelaanjana.es), que tiene 7 habitaciones de lujo con mobiliario de diseño exclusivo.