No importa si ya hemos estado una o mil veces. Si no hemos paseado por la orilla izquierda del Duero no se conoce bien Zamora. Uno de los alicientes de este recorrido es contemplar sin prisas y mientras se camina la silueta de una ciudad tan vieja casi como la historia de España, con su casco histórico aupado sobre los precipicios y el río como foso.
EL CIRCUITO
El circuito, que muchos zamoranos han incorporado a sus hábitos de vida sana en las primeras y últimas horas del día, tiene varias versiones y diferente extensión, según se haga a pie o en bicicleta. Pero en lo básico, y combinando el paseo junto a las aguas con el disfrute de sus principales monumentos, viene a tener unos 8 kilómetros de recorrido que, según el tiempo que se dedique a las visitas, puede llevar entre dos horas y toda una jornada.
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DÓNDE EMPEZAR EL PASEO
El lugar donde dejar el coche y comenzar la caminata es el parque de las Pallas, enfrente de la isla del mismo nombre. Aproximándose a la orilla se descubre enseguida la pasarela que permite saltar hasta este islote asilvestrado, parte de un archipiélago fluvial de naturaleza exuberante y tintes misteriosos del que forman parte islas como la de los Conejos o la de los Antropófagos. Un Duero ancho y de poca profundidad ha ido dejando estos islotes en medio del cauce, algunos utilizados en otro tiempo como terreno en el que tenía huertas algún convento.
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DE PUENTE A PUENTE
El paseo sigue aguas abajo por la orilla del parque de los Tres Árboles, hasta pasar bajo el puente del Ferrocarril, reliquia metálica de finales del siglo XIX perteneciente a la línea que unía Gijón y Sevilla. Casi al lado está el puente de Hierro, hermano de época, solo que en pleno uso. Desde aquí, y hasta alcanzar el puente de Piedra, el paseo se despega algo de las orillas del río para enlazar varias iglesias románicas próximas, como las de Santo Tomé, Santa María de la Horta o Santa Lucía, junto a la cual queda también el Museo de Zamora.
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EN TRANSBORDADOR
Ya del otro lado del histórico puente de Piedra medieval, junto a las ruinas del monasterio de San Francisco, enseguida se llega al chiringuito y playa de los Pelambres. Este es el punto de partida y llegada del transbordador que traslada pasajeros, a demanda, entre las históricas aceñas de Olivares, que se ven enfrente, y este lugar al que acuden a bañarse, con buen tiempo, los zamoranos.
EN BARCA POR LAS ACEÑAS
El acceso al casco histórico de Zamora se realiza continuando desde la playa hasta el puente de los Poetas, de reciente construcción. De nuevo en la orilla derecha, pero ahora circulando corriente arriba, hay que acercarse, en primer lugar, hasta las aceñas, uno de los conjuntos de estas características más antiguos de España. Acondicionadas para las visitas, desde ellas salen cuatro embarcaciones a remo, de madera y pintadas en vivos colores, muy parecidas a las que utilizaban antiguamente los vecinos del barrio para pescar y moverse entre las islas que se forman en el cauce del río, que ofrecen un agradable paseo ¡y gratuito!
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EL COGOLLO MONUMENTAL
Después, lo mejor es subir hacia la catedral, que está justo encima, y dedicar el tiempo que sea necesario a visitar este cogollo monumental formado por la catedral, el castillo, los jardines y el Museo de Baltasar Lobo.
El regreso hacia el puente de Piedra, primero, y el aparcamiento donde se dejó el coche, después, conviene hacerlo por la pintoresca calle del Troncoso, en un costado de la plaza de Antonio del Águila. Después de asomarse al mirador del mismo nombre y pasar junto al Rincón de la Poesía Zamorana, la oficina de turismo y a la iglesia de San Pedro y San Ildefonso, el descenso hacia el río se realiza por la Cuesta de Pizarro, en la que se ubica, junto a la antigua puerta de San Pedro, el Centro de Interpretación de las Ciudades Medievales.
¿DÓNDE ALOJARTE EN ZAMORA?
Un palacio del siglo XV, construido sobre una antigua alcazaba musulmana, acoge el Parador de Zamora (parador.es), a un paso de las orillas del Duero. Otro palacio renacentista, el de la Inquisición, lo ocupa la Hostería Real de Zamora (hosteriarealdezamora.com), con un agradable patio claustral y junto al puente de Piedra. Buena elección también alojarse en Domus Selecta Horus Zamora (hotusa.es) una construcción modernista en pleno centro histórico.
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Y PARA QUEDARTE A COMER
Casa Mariano (asadorcasamariano.com) ofrece cocina moderna a partir de recetas tradicionales, especializado en bacalao y asado de lechazo. Original y sorprendente también la que sirven en Los Caprichos de Meneses (loscaprichosdemeneses.com). Libertén (restauranteliberten.com) es otra opción de cocina zamorana de siempre con las carnes de Aliste como especialidad en un espacio moderno, acogedor y funcional.