La subida desde 0rta San Giulio hasta el Monte Sacro siempre ha tenido algo de peregrinación, ya que sigue un itinerario que se considera sagrado. Un camino en espiral por la colina une las 20 capillas dedicadas a san Francisco entre una exuberante vegetación. Como estas ermitas se fueron construyendo a lo largo de todo el siglo XVII, la ascensión es también un recorrido por la evolución del arte. El conjunto, junto a otros montes sagrados del Piamonte y la Lombardía, está inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
Los que alcanzan la cima de la colina tienen un premio especial con la panorámica del lago de Orta, las montañas que lo rodean y, en el centro, la isla que parece flotar sobre las aguas. El Monte Sacro ocupa una pequeña península que se adentra en el lago. A sus pies se extiende el pintoresco pueblecito de Orta San Giulio, repleto de palacios con fachadas con todos los tonos posibles del ocre, siena y albero. Del embarcadero salen las lanchas hacia la isla de San Giulio, que es la verdadera perla del lago. Un monasterio de monjas la corona, pero también hay muchas villas con jardines que se asoman a sus aguas. El interior de la basílica románica de San Giulio está decorado con frescos.
Orta San Giulio es un buen lugar para empezar la ruta por los lagos alpinos del Piamonte. A pocos kilómetros de distancia aparece el lago Maggiore, tan extenso que la parte septentrional pertenece a Suiza. De la mitad meridional, la italiana, una orilla a Lombardía y la otra al Piamonte. Esta última está vinculada con el turismo más exclusivo, que ha visitado la zona desde hace siglos, cuando el lago era el destino de escritores, músicos y pintores y también una etapa del Gran Tour. A mediados del siglo XVI la zona se convirtió en el feudo de la familia Borromeo, y su presencia ha sido decisiva desde entonces.
La orilla piamontesa del lago está salpicada de numerosas poblaciones. En Arona hay que pasear por la via Cavour para disfrutar de una calle peatonal llena de tiendas con ese estilo que solo se puede encontrar en Italia. Baveno destaca como importante centro termal. En Stresa, además de algunos de los mejores hoteles históricos, está Villa Pallavicino, con un parque de 20 hectáreas, y además el Jardín Botánico Alpinia, sobre un balcón natural que domina el lago. Sin embargo, el botánico más espectacular de todos es el de Villa Taranto, en Verbania, la capital. Dentro del lago destacan las islas Borromeas, en las que se concentran la historia, el arte y la naturaleza de los lagos piamonteses.
La Isla Madre, la más grande, posee un palacio del siglo XVI y un gran jardín botánico. Muy cerca está Isla del Pescatori, ocupada históricamente por una aldea de pescadores y ahora por restaurantes, hotelitos y tiendas. La más espectacular de todas es Isla Bella, por su palacio y, sobre todo, el impresionante jardín barroco levantado sobre terrazas superpuestas que se asoman al lago entre estatuas, una flora peculiar y pavos reales. Casi escondido, al pequeño lago de Mergozzo le da nombre un pintoresco conjunto de casas de piedra, calles estrechas y una ermita del siglo XI, la de San Juan Bautista de Montorfano, otro tesoro más de los lagos del Piamonte.
No dejes de...
Explorar el valle de Ossola. Al alejarse un poco de los lagos se descubre otra cara de los Alpes más salvajes. En este valle, además del Sacro Monte di Domodossola, que también es Patrimonio Mundial, hay iglesias con pinturas maravillosas, como la de Cravegna, fuentes termales y aldeas donde pervive la cultura Walser, de origen germano, como el conjunto de Riale. Un poco antes está la cascada del Toce (en la imagen), un salto de 145 metros considerado de los más bellos de Europa.
Guía práctica
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