PARQUE NACIONAL DE BERCHTESGADEN
El único parque nacional alpino de Alemania es una maravilla natural repleta de montañas altísimas, lagos de aguas cristalinas, valles con prados verdes, acantilados escarpados, bosques y glaciares que forma parte de la Reserva de la Biosfera de la Unesco. Muchos son los lugares que no hay que perderse en él, desde El Nido del Águila, la guardia de Hitler, de proporciones gigantescas, a los lagos Hintersee y Obersee. También la icónica montaña Watzmann, el bosque de Zauberwald o el pequeño pueblo de Ramsau bei Berchtesgaden, una auténtica postal de Baviera.
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IGLESIA DE WIES
Son 350 kilómetros los que recorre la Ruta Romántica por el estado de Baviera, al sur de Alemania. Uno de los itinerarios más antiguos y bellos de Alemania, en los que van saliendo al paso castillos monumentales, palacios barrocos, extensos campos de viñedos, pueblos de cuento como Rohenburg Ob Der Tauber y mil sorpresas escondidas más. Una que no suena tanto es la iglesia ovalada de Wies, en Pfaffenwinkel, que la Unesco ha añadido a su patrimonio por su diseño rococó en estado puro e importancia como centro de peregrinación.
QUEDLINBURG
Tal vez fuera de Alemania no suene tanto, pero Quedlinburg es una ciudad preciosa con varios méritos, el primero es contar con la mayor colección de casas con entramados de madera –1300 edificios– del país. Y otro también significativo, el que en este lugar en el estado federado de Sajonia-Anhalt, en la región del Harz y a orillas del río Bode, se creó la nación alemana. Por eso su visita debe comenzar por la colina de Schlossberg, en la que fue coronado el primer rey alemán, Heinrich I. Sabido todo ello se siguen descubriendo sus atractivos, desde la preciosa plaza del Mercado, de aire medieval a la plaza del Grano, pasando por el barrio de los artesanos, la basílica de San Servasio o las cervecerías que ofrecen su propia cerveza artesanal.
Maravillas medievales de Europa que te harán viajar en el tiempo
PALACIO DE HERRENCHIEMSEE
En una isla del lago Chiemsee, el rey Luis II de Baviera derrochó su fantasía y mandó levantar uno de sus magníficos palacios, como también lo hizo en otros castillos, sobre todo el de Neuschwanstein y el de Linderhof. En Herremchiemsee encontró un lugar para aislarse del mundo en un paraje único. Bellos jardines con laberintos, enormes fuentes, senderos escoltados por setos y un embarcadero privado adornan este tesoro monumental en el que el Rey Loco disfrutaba de la vida tranquila y viajaba a sus mundos oníricos.
Los castillos más bonitos de Alemania (además de Neuschwanstein)
GOSLAR
A una veta de mena descubierta en el monte de Rammelsberg, en las inmediaciones de Goslar, le debe su riqueza esta ciudad de la Baja Sajonia enmarcada por la naturaleza del macizo de Harz. La antigua mina, hoy convertida en museo, permaneció en funcionamiento 1000 años y eso que se levantaran en ella elegantes construcciones cuyas fachadas dan muestras de la posición social y la riqueza de sus antiguos propietarios. Favorita de los emperadores de la Edad Media, la ciudad y la mina forman parte del Patrimonio Mundial de la Unesco.
Los cascos históricos más bellos de Alemania, todos Patrimonio Mundial
PALACIOS AUGUSTUSBURG Y FALKENLUST
Una corta excursión desde Colonia lleva hasta la ciudad de Brühl para conocer la residencia de recreo de los príncipes-arzobispos del siglo XVIII en el estado de Renania del Norte-Westfalia. Dos palacios unidos por un encantador paseo ajardinado que son los monumentos más significativos de los estilos barroco y rococó de Alemania y están inscritos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En su interior, escaleras soberbias, telas decorativas traídas de China y Japón, frescos en techos y paredes, suelos de mármol... Y alrededor, bosques donde los prelados daban rienda suelta a su afición por la cetrería.
CATEDRAL DE AQUISGRÁN
Más de una treintena de reyes se coronaron en este templo en el que descansa Carlomago. Fue el gran emperador de Occidente quien soñó con convertir esta ciudad próxima a la frontera con Bélgica y los Países Bajos en una nueva Roma. El primer bien alemán en la lista de la Unesco se empezó a construir en el año 790 a partir de la Capilla Palatina, principal monumento del arte carolingio.
LAS FRISIAS ORIENTALES
Apenas visitada, la costa noroeste de Alemania, entre Dinamarca y los Países Bajos, es todavía un secreto para muchos y, sin embargo, una de las maravillas naturales del país. Frente al litoral, una docena de islas arenosas –Wangerooge, Spiekeroog (en la imagen) y Baltrum...– componen las Frisas Orientales, separadas por un mar poco profundo que, durante la bajamar, se convierte en una especie de marisma por el que se puede caminar y llegar a ellas a pie. La experiencia no puede ser más extraordinaria. La vida bulle en este ecosistema que hace miles de años estaba cubierto por bosques.
ISLA DE LINDAU
Tres islas se bañan en las aguas color verde esmeralda del lago Constanza (Bodensee), una maravilla natural compartida por Alemania, Suiza y Austria al pie de los Alpes. Son las de Mainau, Reichenau y Lindau y cada una tiene su encanto, porque si la primera es conocida como la isla de las Flores, en la segunda son las ruinas de su antiguo monasterio las que atraen como cuna de la cultura occidental. Lindau es una ciudad-jardín de aire medieval con casas centenarias de colores pastel al que se identifica también por su torre y león en la entrada del puerto.
MITTENWALD
Hay que situarse en Baviera, cerca de la frontera con Austria, para descubrir este encantador pueblo entre montañas alpinas y a orillas del río Isar que sorprende por muchas cosas, además de por su ubicación. Porque si curioso resulta ver a sus vecinos vistiendo sus trajes tradicionales, no lo es menos contemplar los trampantojos de las fachadas de sus casas tradicionales con entramados de madera. En muchas de ellas el dibujo es un instrumento de cuerda, el mismo que le ha llevado a ser conocida como «villa de los mil violines». A ellos está dedicado un museo.