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Burdeos, la ciudad del vino, y diez escapadas a su alrededor

Puedes alargar el viaje a una de las ciudades más bellas de Francia con estas excursiones a menos de dos horas de distancia


Actualizado 6 de octubre de 2022 - 9:49 CEST
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BURDEOS

 

Los viñedos y bodegas han hecho famosa a la capital mundial del vino. Y su Cité du Vin (laciteduvin.com/fr), en el barrio de Bassins à Flot, con sus sinuosas formas reflejándose en las aguas del río Garona, le dio modernidad y el mejor escaparate del universo del vino. Pero esta pequeña París es mucho más, porque cuando se pasea por sus plazas, se contempla su fachada marítima y el espejo del agua, se disfruta del ambiente de sus vinotecas... uno termina rendido a ella. La Unesco tenía muchas razones para elegirla Patrimonio de la Humanidad.

 

¿Cómo llegar a Burdeos desde España?

Desde Madrid y Barcelona hay vuelos regulares, unos directos y otros vía París. El aeropuerto está a 12 kilómetros de la ciudad. También en tren, desde Hendaya (en torno a 3 horas) o desde la capital francesa (más rápido, 2 horas). Desde la frontera hay 225 kilómetros.

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POR LOS CHÂTEAUX DEL BURDEOS 

Distancia desde Burdeos: 11 km., 20’

 

Châteaux no significa palacio, aunque algunos tengan aires de palacetes, sino fincas dedicadas a la explotación del viñedo y a la producción del vino, muchas de ellas con grandes mansiones con jardines versallescos. Decenas de ellas –y otras más campesinas (llamadas château)– se concentran entre la ciudad de Burdeos y más allá de Pauillac y se pueden visitar, porque abren sus puertas al público y ofrecen catas y degustaciones. Para iniciarse en el universo del Burdeos no hay mejor lugar que, partiendo de Blanquefort, seguir la escénica Route des Châteaux, que, a lo largo de un centenar de kilómetros, encadena numerosas bodegas palaciegas –Château Margaux (en la imagen), Château Lafite, Château Mouton-Rothschild…– donde nacen estos caldos de fama mundial.  

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SAINT-EMILION

Distancia desde Burdeos: 42 km., 50’

 

En el valle de la Dordoña, este bello pueblo amurallado es un ineludible referente para los amantes del vino. Si el suave paisaje que lo rodea está cubierto por un sinfín de viñedos, en sus bodegas se elaboran algunos de los mejores caldos del mundo. Pero Saint-Émilion es también una pequeña villa monumental por la que discurren alargadas y empinadas callejuelas con casas de piedra dorada y llenas de rincones de lo más fotográfico, como el torreón Tour du Roy, el mirador de la plaza du Clocher o la plaza du Marché. 

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IGLESIA SUBTERRÁNEA DE AUBETERRE-SUR-DRONNE

Distancia desde Burdeos: 96 km., 1 h y 30’

 

A St Jean está dedicado este templo del bonito pueblo de Aubeterre sur Dronne, a orillas del río Dronne, que tiene un rico patrimonio histórico y un entorno natural envidiable, pero también un monumento único: la iglesia subterránea tallada en roca sólida más grande de Europa. Excavada en el siglo XII, este edificio de 20 metros de altura, con un relicario inspirado en el Santo Sepulcro de Jerusalén, su galería y su necrópolis –con 80 sarcófagos esculpidos a mano– estuvo oculto bajo las rocas hasta los años 50 del siglo pasado. Lugar de peregrinaje y culto se cree que era parada del Camino de Santiago en tierras francesas. 

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DUNA DE PILAT

Distancia desde Burdeos: 63 km., 1 h

 

En la costa de Aquitania, la Duna de Pilat no es una duna cualquiera, hay algo que la hace única y valiosa, es la más alta y grande de todo el continente europeo. Sus dimensiones son colosales, pues alcanza los 118 metros de altura, 2700 metros de longitud y 500 metros de anchura en su base. Casi nada. Una montaña de arena viva, pues crece día a día, engullendo a su paso el bosque de pinos que la flanquea por su lado este. El ascenso hasta lo alto se realiza, con un pequeño esfuerzo, andando por la pendiente, salvo en verano, que se coloca una escalera de madera con 154 peldaños. Justo enfrente de la Duna de Pilat y rodeado por el océano Atlántico se localiza el Banc d’Arguin, un banco de arena, declarado reserva natural, en el que se puede observar la evolución de numerosas aves marinas. 

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FARO DE CORDOUAN

Distancia desde Burdeos: 100 km., 1 h y 50’

 

Cuatrocientos años lleva en pie en la entrada del estuario de Girona, entre la Pointe du Verdon y la ciudad de Royan, este faro que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. Para llegar al que llaman el «Versalles de los mares» hay que reservar un billete con las compañías que hacen los traslados en barco. En 40 minutos de travesía se accede hasta sus inmediaciones, para luego continuar 10 minutos más a pie. La visita por su interior discurre por sus diferentes niveles, mientras se van descubriendo la sala de los Girondinos, la capilla real, las vidrieras, el apartamento del río y, al final de sus 301 escalones, la terraza con una vista excepcional. 

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PÉRIGUEUX

Distancia desde Burdeos: 132 km., 1 h y 38’

 

La capital del Périgord es la ciudad gastronómica de la región de Nueva Aquitania, y así es desde la Edad Media, aunque no le falta ni cultura ni patrimonio, que relata su pasado galo-romano. ¿Qué hay que hacer en una escapada a ella? En primer lugar, admirar su catedral, parada del Camino de Santiago en Francia. El paseo por las antiguas callejas medievales llevará su tiempo, durante el que saldrán al paso casas nobles en la rue de l’Eguillerie, también dar un paseo a orillas del río Isle o visitar el Museo Vesuna, una obra contemporánea firmada por Jean Nouvel. 

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LA RUTA DEL COGNAC

Distancia desde Burdeos: 126 km., 1 h y 45’

 

Después de conocerlo todo sobre el vino de Burdeos, los entusiastas de los caldos disfrutarán recorriendo esta comarca que baña el río Charente, cubierta por un mar de vides y llena de bodegas centenarias. Quien no lo es tanto, tiene castillos espectaculares, como el de Salignac-sur-Charente, templos como el de St-Eutrope o la catedral de Saintes y otras joyas monumentales. En la ruta hay paradas imprescindibles: Angulema, Jarnac, Saintes, pero la imprescindible es la que da nombre a la ruta, una ciudad con arte e historia con castillo, mansiones suntuosas, edificios medievales y museos dedicados al cognac. 

 

La Ruta del Champagne, visitas para catar siglos de historia 

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ARCACHON

Distancia desde Burdeos: 65 km., 1 h 

 

La cerrada ensenada donde desemboca el río Eyre es el sexto parque natural marino de Francia, un verdadero mar interior con múltiples paisajes, desde playas de arena a islas, lagos, puertos y pueblos donde la pesca y la ostricultura ha marcado su vida, siempre a merced de los vientos y de las mareas. La localidad que le da nombre atrae por muchas cosas, desde su arquitectura Belle Époque a la de su bonita playa, sus calles comerciales, cafés al aire libre y, cómo no, el placer de degustar en sus restaurantes las ostras criadas en la bahía, de fama mundial. 

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CUEVA DE LASCAUX

Distancia desde Burdeos: 180 km., 2 h 

 

Para conocer la Capilla Sixtina francesa del arte rupestre hay que poner rumbo al valle de La Vézère, porque es este territorio quebrado y boscoso, cruzado por ríos y valles que fueron habitados por el ser humano desde tiempos remotos, donde se hallan las cuevas de Lascaux, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La visita pasa por conocer el Centro de Arte Parietal de Montignac-Lascaux que contiene una reproducción facsímil de las cuevas y una completa explicación de la presencia humana y de su arte en la región desde hace 100.000 años. 

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ACANTILADOS DE MESCHERS-SUR-GIRONDE

Distancia desde Burdeos: 114 km., 1 h y 40’

 

Al sur de Royan, estos acantilados dominan el mayor estuario de Europa desde sus más de 30 metros de altura. A lo largo de su kilómetro y medio de extensión se suceden grutas y viviendas troglodíticas, pero solo algunas se pueden visitar, como las de Régulus y de Matata. Si hay un lugar idóneo desde el que contemplar los blancos acantilados de Meschers este es la ciudad de Talmont-sur-Gironde.