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El valle de Aramaio es la pequeña Suiza alavesa 

No le faltaba razón al rey Alfonso XIII cuando hizo esta comparación. Rodeado de altas montañas, cubierto de bosques y salpicado de históricos caseríos, su paisaje, más aún en otoño, es una auténtica postal alpina.  


Actualizado 5 de octubre de 2022 - 20:10 CEST

Las abruptas montañas que vertebran el Parque Natural de Urkiola enmarcan el profundo valle de Aramaio. Cubierto en buena parte por bosques en los que se alternan hayas, robles, pinos y cipreses, su paisaje deslumbra por el verde intenso de las suaves colinas por las que se distribuyen sus siete barrios y un buen número de aislados caseríos. 

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Fue el rey Alfonso XIII el que hizo la comparación del valle de Aramaio con Suiza, y es que sus altas montañas, sus bosques y sus caseríos entre verdes prados hacen que este territorio de Álava se asemeje a una postal alpina.

¿DÓNDE ESTÁ EL VALLE DE ARAMAIO? 

Apenas 30 kilómetros separan la ciudad de Vitoria-Gasteiz de uno de los enclaves que mejor definen el paisaje del interior de Euskadi. La puerta de entrada a este aislado territorio es el puerto de Kurtzeta, el mismo lugar en el que durante el verano de 1905 se detuvo el rey Alfonso XIII para contemplar el fascinante paisaje que le inspiró su oportuna comparación. Desde el mirador que se alza junto a la carretera se admira su enorme belleza. 

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CÓMO VISITAR LA SUIZA ALAVESA

Antes de bajar hasta el corazón del valle merece la pena desviarse unos pocos kilómetros hasta la anteiglesia o barrio de Olaeta. De camino hay que detenerse en la ermita de San Cristóbal, como durante siglos han hecho todos los viajeros para honrar a su patrón. Rodeada por un hayedo, desde su porticado templo se divisa otra buena panorámica de Aramaio. 

En Olaeta, además de unas impagables vistas del mítico monte Amboto, se encuentra el caserío de Atxeta, donde la luchadora Maider Unda, que ganó una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres, elabora sus premiados quesos de origen Idiazábal. Con un poco de suerte, uno se cruza con su rebaño de ovejas lachas de cara negra que suelen pastar en los prados de los alrededores. 

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La niebla cubre el paisaje en el valle de Aramaio y sus caseríos se cuelan a través de ella.

IBARRA, LA CAPITAL DE ARAMAIO

De regreso por el puerto de Kurtzeta, y siguiendo una serpenteante carretera, es fácil alcanzar el barrio de Ibarra, capital administrativa de Aramaio. En su cuidado conjunto urbano destacan un crucero del siglo XVI, la ermita de Santa Ana, la iglesia de San Martín y el edificio porticado del ayuntamiento.  

ENTRE CASERÍOS Y ERMITAS 

Para disfrutar de las mejores perspectivas del valle, desde Ibarra hay que seguir la tranquila carretera que asciende con dirección a Gantzaga. Si al principio lo que más llama la atención son los caseríos (baserri) y las aisladas ermitas que salpican el siempre verde paisaje, al ir ganando altura el protagonismo es de los bosques y, sobre todo, de las altivas montañas que cierran el horizonte por los cuatro puntos cardinales. 

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LA REINA DE LAS BRUJAS DE EUSKADI 

De Gantzaga parte un señalizado sendero que asciende hasta el collado de Zabalandi, un estratégico enclave en medio de un singular hayedo, desde el que se puede sentir toda la fuerza y la magia que desprende el Amboto. Formado por compactas calizas cretácicas, sus más de 1300 metros de altura presiden un territorio preñado de curiosas leyendas. La más conocida es la de Mari, la Dama del Amboto y la reina de las brujas de Euskadi, que moraba en una de las cuevas de la montaña. 

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Caserío en el valle de Aramaio.

Continuando por las sombreadas carreteras que recorren la parte alta del valle se llega cómodamente hasta Etxaguen, protegido por los verticales cortados rocosos de las peñas de Arangio. En esta pintoresca anteiglesia se concentran numerosos caseríos, entre los que destaca el de Uribarren Goikoa, frente al que se yergue una robusta y centenaria encina. 

BARAJUEN, EL BARRIO MÁS ANTIGUO 

El recorrido perimetral por Aramaio prosigue, antes de confluir de nuevo en Ibarra, por las anteiglesias de Arriola, Arexola, Zubieta y Uribarri. Ya solo quedaría acercarse, pasando por Azkoaga, a Barajuen, el barrio más antiguo de todo el valle. Era donde se alzaba la torre familiar de los Mujica-Butrón, que fueron señores feudales de Aramaio durante los siglos XIV y XV. También destaca por su iglesia barroca en la que se conserva una muy venerada Andra Mari. A la vera del templo, en un lugar desde donde se divisa todo el territorio, se alzaba la encina junto a la que se reunían las Juntas del Valle y por la que, según cuenta la leyenda, pasaban volando las brujas que iban desde el Amboto hasta el Gorbeia. 

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Barrio de Uribarri en Aramaio.

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¿QUÉ HACER EN EL VALLE DE ARAMAIO? 

Caminar por sus senderos

Calzados con unas cómodas botas de montaña, los más andarines tiene como mejor opción el PR-A 21, un sendero de pequeño recorrido que circunvala el valle por su vertiente occidental. La ruta, para la que hay que calcular unas cinco horas y media de marcha, se inicia y finaliza junto al ayuntamiento de Ibarra. 

© Enrique del Rivero

Senderismo en los bosques de Aramaio en el otoño, una de las mejores épocas para viajar a este valle alavés.

Desde Olaeta, Gantzaga y Etxaguen parten otros balizados senderos que ascienden, sin ninguna dificultad, hasta el Orisol y el collado de Zabalandi. Desde este último lugar los más preparados pueden acceder al monte Amboto y a las otras cumbres que vertebran el Parque Natural de Urkiola. 

Visitar Toki Alai

En este centro de interpretación situado en el puerto de Urkiola hay que informarse de todo lo necesario sobre el Parque Natural de Urkiola (urkiola.net), en el que está englobado Aramaio, el único municipio alavés dentro de sus límites. 

Disfrutar de un parque de aventuras (si vas con niños)

Si se viaja con niños, en el parque Hontza Extrem (hontzaextrem.com), a pocos kilómetros de Olaeta, los peques van a gozar practicando escalada, deslazándose por las tirolinas y cruzando sus atrevidos puentes tendidos entre los árboles. 

© Getty Images

Panorámica del emblase de Urkulu.

Montar en Kayak

En el entorno de Aramaio se localizan los embalses de Albiña, Urkulu y Urrunaga. En este último se puede disfrutar de paseos en kayak (inguruabentura.com) y de la observación de las abundantes y variadas aves acuáticas que encuentran refugio en la zona. 

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En Aramaio hay que hacer una visita a una quesería a degustar uno de los premiados quesos de origen Idiazábal.

Degustar queso

En Olaeta espera la original experiencia de visitar la quesería Atxetagazta, donde la ex luchadora olímpica Maider Unda, que elabora sus premiados quesos de origen Idiazábal, con la leche de sus ovejas lachas de cara negra (atxetagazta.com). 

 Alojarte en un caserío

Urkulu (urkululandetxea.com), en Aretxabaleta,  es una casa rural de viejas paredes de piedra y vigas de madera que ofrece habitaciones cálidas y con espectaculares vistas en el que empaparse de la tranquilidad y de la bien conservada naturaleza del entorno. Otra buena elección es el Uxarte (uxarte.net), en Untzilla-Aramaio, un rehabilitado edificio del siglo XVII en medio del montañoso paisaje, en el que destaca el trato familiar de sus propietarios. 

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Caseríos en Aramario.

Comer en una sidrería

Un magnífico emplazamiento tiene Iturrieta (iturrieta.eus), en Arraga-Aramaio, donde degustar el típico menú de las sidrerías vascas: tortilla de bacalao, bacalao con pimientos verdes, chuletón de buey y queso con membrillo y nueces.