Verdes paisajes, gargantas naturales, extensas dehesas donde se crían los mejores cerdos ibéricos, encantadores pueblos de adobe y piedra… y arte. De esto último da muestras en este pueblo de Cáceres de menos de 300 habitantes que es Romangordo. Un verdadero museo al aire libre gracias a su ruta de los trampantojos.
CÓMO LLEGAR A ROMANGORDO
Romangordo se encuentra situado a 90 kilómetros de la ciudad de Cáceres (una hora) y a dos de Madrid por la autovía A-5, muy cerca del Parque Nacional de Monfragüe.
Lo primero que hay que ver en este pueblo cacereño es el gran mural que hay a la entrada alusivo a la violencia de género y que sobrecoge por su realismo. En él se muestra a una mujer, que dicen es la madre del autor, con una paloma de papel y las palabras «valientes, iguales y libres» escritas en ella. Es el primero de los trampantojos del casi un centenar repartidos por todas sus calles y que lucen en fachadas y puertas, a los que se unen otros con frases de poetas locales y de grandes escritores, como Machado o Federico García Lorca.
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Admirar estas obras es indagar en el pasado de Romangordo, en sus costumbres e incluso aprender alguna que otra palabra típica extremeña, como antiel (anteayer) o veleile (mira, allí está). Y es que no hay rincón del pueblo en el que no esté retratado un oficio, muchos de ellos situados en el mismo lugar donde se ubicaban antaño sus protagonistas: la telefonista, el zapatero o el profesor, pintado con sus alumnos en lo que era la antigua escuela. Incluso, los más mayores, fuente de sabiduría local, tienen sus propios murales en la residencia de ancianos.
Recorrer a pie el pueblo es aprender cómo es la vida en el campo, degustar sus flores (dulces típicos) y probar sus vinos de pitarra en su lograda pintura del bar. Y ¡ojo!, porque si no prestamos atención podemos acabar preguntando indicaciones a una de sus vecinas retratadas cosiendo al fresco, porque, efectivamente, los trampantojos engañan a la vista.
Detrás de estas obras están los alumnos de la Escuela de Bellas Artes de Madrid. Chefo Bravo, Sojo y Brea llevan decorando este pueblo de Extremadura con pinturas desde 2016, cuando para cubrir un rincón que quedaba vacío y feo se decidió pintar El rincón del burro. Tuvo tal acogida que se siguió cubriendo viejas fachadas y cocheras hasta convertirse en la seña de identidad de la localidad.
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Lo mejor para no perder detalle es acudir a la Casa de los Aromas, que acoge la oficina de Turismo, y hacerse con un mapa con las diferentes obras y sus ubicaciones. Un espacio en el que también se puede aprender sobre las esencias de la flora de la zona, o realizar talleres de elaboración de jabones ecológicos y cremas naturales.
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RUTAS POR ROMANGORDO
Para completar la visita a este pueblo de Cáceres hay que hacer alguno de los recorridos senderistas por sus alrededores, como la llamada ruta de los Ingleses, de 16 kilómetros y dificultad media, que recuerda que fue en este mismo lugar donde tuvo lugar una batalla durante la Guerra de la Independencia. Cada año, en el mes de mayo, se recuerda con narraciones y representaciones de este histórico momento.
Muy cerca de aquí, a orillas del Tajo, está también el yacimiento Madinat Al-Balat, un asentamiento musulmán del siglo XII, del que se conservan restos de viviendas y de murallas. Y por supuesto, la excursión próxima más recomendable, adentrarse en el Parque Nacional de Monfragüe, que queda a 39 kilómetros de distancia.
DÓNDE COMER EN ROMANGORDO
En Campana de Albalat (tel. 617 61 87 47), junto a la piscina municipal de Romangordo, para probar su sabroso pollo y sus carrilleras. Muy cerca, en el pueblo de Casas de Miravete, en La Cocina de Felipa (tel. 619 16 70 44), donde degustar platos caseros extremeños.