Hay territorios que parecen inventados para un cuento: Jauja, Kapurtala, Hamelín o Babia. Y, sin embargo, todos ellos aparecen en los mapas. Babia, en concreto, está en el norte de León y lo conforman un conjunto de valles y pueblos viejos allá donde los rebaños de ovejas merinas que recorrían las cañadas de la trashumancia hincaban el diente a algunos de sus mejores pastos. Eran el paraíso de hierbas altas hasta el que regresaban desde Extremadura una vez que las nieves de Peña Ubiña se deshacían.
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¿CÓMO LLEGAR A BABIA?
La comarca de Babia, Reserva de la Biosfera, en realidad la forman dos espacios naturales: la Babia Alta y la Babia Baja, ambas alineadas a lo largo de la ribera del río Luna. Este última es la primera que se encuentra accediendo desde León por la AP-66 en dirección a Asturias. Nada más pasar el puente de tirantes Fernández Casado sobre el embalse de los Barrios de Luna toca abandonar la autopista por la salida 93 para enlazar con la CL-626.
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¿QUÉ PODEMOS VER EN UN FIN DE SEMANA?
EL VALLE DE SAN EMILIANO
En dirección a Villablino, la ermita de Pruneda marca el punto de entrada a la comarca. El primer pueblo de la Babia Baja proclama en su topónimo a qué viene tanto ensimismamiento aquí: Villafeliz. Un poco más allá, Puente Orugo es puerta de uno de los valles más emblemáticos: el de San Emiliano.
La carretera LE-481 hacia Asturias es el tronco de un árbol del que merece la pena explorar cada una de sus ramas. Todas ellas tienen premio en forma de pequeñas localidades que han sabido conservar sus principales rasgos de personalidad. En la Majúa, por ejemplo, está el palacio de los Quirós, una de las abundantes casas señoriales que salpican todo el territorio.
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En Torrebarrio merece la pena alzarse hasta la iglesia, convertida en uno de los mejores balcones de Babia. Y casi en lo alto del puerto de Ventana, hay que tomar el desvío que lleva hasta Torrestío, de pleno sabor montañés, donde descubrir los últimos hórreos de hechuras asturianas que quedan ya. La localidad es punto de paso del Camino Real de la Mesa, calzada romana que unía la meseta con Gijón y que se encuentra señalizada como GR-101. Otra pista da acceso desde aquí a Saliencia y los lagos asturianos de Somiedo. Muy cerca del pueblo queda la cascada de La Fouz.
HACIA LACIANA
Regresamos a Puente Orugo para tomar la CL-626 en dirección a Laciana. De nuevo toca prestar atención a cada desvío de la carretera. En el bien conservado conjunto urbano de Riolago encontramos la Casa del Parque de Babia y Luna, y en Villasecino, Torre de Babia o Lago numerosas casonas solariegas. Tras esta última población la carretera continúa hasta la Laguna Grande, de origen glaciar. Un espacio en el que crían numerosas especies de anfibios y cuyos cielos se encuentran inventariados como Parque Estelar por las enormes posibilidades que ofrecen para la observación de estrellas.
Continuando la carretera CL-626 está el santuario de Carrasconte, en cuyo exterior veremos la Piedra Furada, un megalito de origen incierto que ya fue utilizado por Alfonso X el Sabio para delimitar la frontera entre las comarcas de Babia y Laciana.
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EN BUSCA DE LAS FUENTES DEL SIL
En Piedrafita de Babia toca desviarse de nuevo hacia Asturias por la LE-495 si queremos disfrutar de otras dos maravillas babianas: el paseo por las calles de la localidad de La Vega de los Viejos y el ramal de carretera que acompaña los primeros kilómetros del río Sil. Este último se interna por un estrecho desfiladero, sin sitio en varios puntos para que dos vehículos quepan a un tiempo, hasta alcanzar la localidad de La Cueta, uno de los pueblos a mayor altitud de toda la provincia de León y más aislados. Desde el atrio de su iglesia, en alto, se comprende bien por qué el ensimismamiento es una enfermedad tan fácil de contraer en Babia.
MUY PRÁCTICO
Mejor época para visitar Babia
El verano ofrece días largos y muchas posibilidades para realizar los diferentes paseos señalizados dentro del parque natural. El inicio del otoño, antes de que entre el frío, es ideal para hacer rutas senderistas disfrutando del cambio de colores en sus bosques.
¿Dónde dormir?
En Barrio de Quejo está la Posada Real El Rincón de Babia (elrincondebabia.com), una antigua casona restaurada con jardín con servicio de bar y comedor exclusivo para clientes alojados. En San Emiliano, la Casona de Babia (casonadebabia.com) es un hotel rural que ocupa una antigua fonda remodelada de acabados rústicos con toques de vanguardia. La carta de su restaurante está centrada en la tradición gastronómica de la zona: caldereta babiana, embutidos, tarta babiana...
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¿Dónde comer?
Platos tradicionales de cuchara y carnes en el restaurante San Emiliano (vallesanemiliano.com), que también es hotel. Los que se alojan en el hotel Días de Luna (diasdeluna.com) disponen también de restaurante, que ofrece una cocina casera, de mercado, diaria y actual, que conjuga el producto tradicional con un estilo moderno y de fusión a base de productos frescos y de temporada en su mayoría.