CHORRERAS DEL CABRIEL
El río Cabriel, el mayor afluente del Júcar, ha ido modelando durante siglos y siglos una zona natural espectacular entre los municipios de Enguídanos y Villora. Casi dos kilómetros de lecho de rampas tobáceas por las que se deslizan sus aguas y que ha dado lugar a saltos, cascadas y pozas cristalinas de color turquesa que hipnotizan. Desde Enguianos parte el sendero de pequeño recorrido que, acompaña al río y lleva hasta este monumento natural, que también es Lugar de Interés Geológico.
CIUDAD ENCANTADA
A media hora de la ciudad de Cuenca y a 11 kilómetros del famoso Ventano del Diablo, Valdecabras es la puerta de entrada a este parque geológico de esculturas imposibles trazadas a golpe de agua y modeladas por el tiempo. Bautizadas con nombres figurativos como la Foca, el Frutero, la Cara del Hombre, la Lucha del Cocodrilo y el Elefante, la Tortuga y los Osos o el Torno Alto (en la imagen), su contemplación y disfrute requieren al menos de un par de horas para realizar con calma el recorrido circular de unos 3 kilómetros.
PARQUE DE EL HOSQUILLO
Cerca de donde nace el Cuervo, en pleno Parque Natural de la Serranía de Cuenca, por una carretera llena de curvas se alcanza este valle por el que discurren el río Escabas y el arroyo de las Truchas. Un laboratorio natural de 900 hectáreas donde encuentran cobijo numerosas especies, entre ellas muflones, gamos, ciervos, corzos y multitud de aves rapaces que anidan en lo alto de sus riscos. Después de visitar el museo y el centro de interpretación, siguiendo a los forestales se recorre en coche el paraje de los osos, emblema del parque y a los que el mismo Félix Rodríguez de la Fuente dedicó el primer documental de su aclamada serie El Hombre y la tierra (parqueelhosquillo.com).
DOLINAS Y LAGUNAS DE CAÑADA DEL HOYO
Extraños cráteres de bordes escarpados y hasta cien metros de profundidad salpican el monte de los Palancares, una meseta caliza a una veintena de kilómetros de la capital conquense. Caminando por ella se descubren, además de estas torcas o dolinas, pinos con varios siglos y lagunas encantadas. Un paso de un par de horas permite disfrutar de vistas espectaculares de las siete lagunas de Cañada del Hoyo, como la de la Cruz o de la Gitana, famosa por su belleza, su trágica leyenda y sus repentinos cambios de color.
¿Cráteres y lagunas encantadas en Cuenca? Díficil de creer, pero cierto
HOZ DEL HUÉCAR
A Cuenca la rodean dos hoces, la del Júcar y la del Huécar, que se pueden recorrer por varias sendas señalizadas con panorámicas extraordinarias sobre esta ciudad situada sobre una alta peña. Son paseos sencillos, que se pueden hacer incluso son niños, y permiten admirar la arquitectura patrimonial y natural conquense. El sendero GR 66 es el más urbano, está señalizado con marcas blancas y rojas, y parte de la plaza Mayor. Una de sus variantes baja a la hoz del Húecar, pasa por las casas colgadas y el puente de San Pablo (en la imagen) y luego lleva a los miradores del cerro del Socorro y del Rincón Seco. El otro, más breve, desciende a la ermita de las Angustias, en la hoz del Júcar, y luego trepa al cerro de San Cristóbal.
LAGUNA DE UÑA
En la confluencia del arroyo Rincón con el río Júcar, a 34 kilómetros de la ciudad de Cuenca, encontramos este rico ecosistema a 1150 metros de altitud que ocupa una extensión de 15 hectáreas. Para apreciar el encanto de este depósito de agua hay que tomar la senda de 3,5 kilómetros y totalmente llana que discurre alrededor de ella. Durante el paseo se ve un pequeño observatorio para espiar a las aves acuáticas.
Planes en la naturaleza de Castilla-La Mancha con el agua como protagonista
NACIMIENTO DEL RÍO CUERVO
Al poco de nacer en Vega del Codorno, las aguas del río Cuervo echan a volar por una pequeña grieta de la Serranía de Cuenca, dando forma a una de las cascadas más bellas de España. El sendero que conduce hasta el famoso salto arranca en el aparcamiento junto a la carretera CM-2106, a 4 kilómetros del pueblo. El camino de subida se realiza entre el río y un magnífico pinar hasta llegar frente a la cascada. Si se continúa el sendero se contempla la parte superior de la caída y, poco más arriba, el nacimiento del Cuervo. En lo alto del cerro de San Felipe, a casi 1500 metros de altura, las aguas surgen tumultuosas tras abrirse paso por galerías subterráneas mientras disuelven y horadan la roca caliza. En el entorno crecen numerosas especies de orquídeas.
CALLEJONES DE LAS MAJADAS
Un paisaje de rocas gigantes que tiene algo mágico, sin duda. Sus senderos de piedra se bifurcan y recorren sin necesidad de guía, aunque no estará de más pasar antes por el pueblo de Las Majadas y solicitar un folleto donde se explica de dónde surge tanto encanto, tanta piedra gigantesca. Dos son los itinerarios sugeridos: desde el Centinela hasta el Mar de Piedra y desde este último hasta el Laberinto.
Ocho lugares para descubrir en Cuenca (a no ser que seas de allí)
CAÑÓN DEL RÍO JÚCAR
El río Júcar discurre desde el pueblo de Uña hasta Villalba de la Sierra conformando un espectacular cañón de 11 kilómetros con paredes verticales de unos 200 de metros, con surgencias y manantiales que vierten directamente al cañón, como el Manantial de los Baños. En las cercanías del Salto de Villalba se encuentra el Ventano del Diablo, un impresionante mirador con doble ventanal abierto al cañón formado por la erosión de la roca.
HOZ DE BETETA
El río Guadiela ha labrado la hoz más profunda y boscosa de la serranía de Cuenca, que recorre en toda su longitud la carretera que va de Beteta a Cañizares. Así se ve desde la distancia, pero más interesante es adentrarse a pie este bellísimo cañón fluvial, con altitudes que superan los 1300 metros de altura, siguiendo el sendero botánico de algo más de dos kilómetros desde el área recreativa de la Casa de la Pradera hasta la Fuente de los Tilos.
NACIMIENTO DEL RÍO JÚCAR
La Serranía de Cuenca es también es lugar de nacimiento del río Júcar. Y lo hace en un rincón conocido como los Ojuelos de Valdeminguete, en el fondo del valle que separa la muela de San Felipe de la de la Mogorrita, las dos máximas alturas de la provincia. A 4 kilómetros del pueblo de Tragacete, en el Albergue de San Blas, comienza el sendero que conduce a un cerrado valle en cuya cabecera se encuentra la cascada del Molino de la Virgen, un precioso salto de agua de unos 20 metros de altura, que será un preámbulo de las maravillas de la cuenca alta del río.