Bajar a una mina de carbón, viajar en un tren tirado por una locomotora de vapor centenaria y asomarse a una cueva salpicada de pinturas prehistóricas son tres experiencias inolvidables que difícilmente pueden vivirse en un solo día, salvo en las tierras que atraviesa el río Martín, en el agreste, solitario y desconocido norte de Teruel.
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UN VIAJE POR LA HISTORIA DE LA MINERÍA
Comenzamos cerca de su nacimiento, en la umbría de la sierra de San Just, donde se halla el Museo Minero de Escucha (museomineroescucha.es), el único de España que permite visitar un tajo natural de carbón sin actividad desde hace medio siglo. Hay que equiparse como un auténtico minero –con casco, frontal luminoso y autorrescatador para poder inhalar oxígeno en caso de incendio o acumulación de gas–, y bajar a la antigua mina Se Verá en carros que se deslizan por una pendiente del 33% hasta una profundidad de 200 metros. El recorrido –guiado y de unos 75 minutos de duración– se hace por galerías no aptas para claustrofóbicos.
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Salimos a la superficie para continuar, a solo 4 kilómetros de Escucha, en Utrillas, a visitar el antiguo Pozo de Santa Bárbara que ha sido rehabilitado como Parque Temático de la Minería (minasdeutrillas.com). El espacio propone un viaje nostálgico a los días dorados de la comarca, cuando había 27 explotaciones de carbón. Un viaje en el tiempo y en el espacio, porque además de numerosas instalaciones se ha recuperado el ferrocarril minero, un trenecito como de juguete, tirado por la legendaria locomotora de vapor Hulla de 1904, que vuelve a circular haciendo las delicias de los niños que piensan que el carbón es dulce y viene de Oriente, con los Reyes Magos.
LOS CAÑONES DEL RÍO MARTÍN
La ruta continúa por Montalbán, capital histórica y cultural de la comarca y una de sus poblaciones más bellas, que está presidida por la majestuosa iglesia gótico-mudéjar de Santiago. Aguas abajo, entre Obón y Alcaine, el río Martín atraviesa unos cañones de cuidado, que solo se pueden recorrer a pie, siguiendo el sendero GR 262. Durante el paseo, de unas tres horas –solo ida–, se ven las pinturas rupestres de la Coquinera y de la Cañada de Marco, dos de los más de 40 abrigos con arte levantino y esquemático que salpican el Parque Cultural del Río Martín (parqueriomartin.com) y que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad.
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Además de arte prehistórico, el parque atesora prodigios geológicos como la sima kárstica de San Pedro, en Oliete, que es un socavón descomunal, de 85 metros de diámetro y otros tantos de profundidad, con un lago en su fondo alimentado subterráneamente por las aguas del río. Hasta que uno no arroja una piedra y tarda cuatro interminables segundos en oír chof, no se da cuenta de lo honda que es. Y atesora también, el parque cultural, poblados ibéricos como el del Cabezo de San Pedro, muy cerca de la sima, con una torre que se ha mantenido en pie desde el siglo III antes de Cristo.
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RELAX EN AGUAS TERMALES
En Ariño, siguiente municipio que enhebra el río, hay un flamante balneario que aprovecha las aguas termales que brotan humeantes en la misma ribera, y hay un Centro de Interpretación con fieles reproducciones de las pinturas rupestres de la comarca como cabras, ciervos, toros, arqueros, jinetes e incluso mujeres embarazadas (parqueriomartin.com).
En Albalate del Arzobispo, último pueblo de la ruta, lo mejor es subir a la ermita del Calvario, desde donde se contempla a vista de pájaro este hermoso lugar, con su campanario mudéjar y su castillo-palacio arzobispal gótico asomando sobre los viejos tejados. El río Martín, que bordea Albalate, traza dos largas curvas antes de continuar su viaje hacia el Ebro, como si no quisiera marcharse.
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¿CÓMO HACER LA RUTA?
Escucha, inicio de la ruta, está a 67 kilómetros al noreste de Teruel, desde donde se va por la carretera de Alcañiz [N-420]. El mejor momento para ir son el otoño o la primavera, porque es una zona de temperaturas muy extremas en verano e invierno.
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¿DÓNDE DORMIR?
En el Balneario de Ariño (balneariodearino.com), un hotel-balneario de cuatro estrellas inaugurado en 2015 en un paraje natural a orillas del río Martín, junto a las fuentes termales. De noche, no se pueden ver más estrellas en el cielo. En Alcaine, El Perche (elperche.es) es una acogedora casa rural en uno de los pueblos con más encanto de la comarca, colgado entre riscos y rodeado por las hoces de los ríos Martín y Hocino. En La Ojinegra (Alloza, laojinegra.com) un turismo rural sostenible con restaurante ecológico de kilómetro cero, adherido al movimiento Slow Food.