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Francia: viaje a la Edad Media con ‘Savoir faire’

En el corazón de la región de Occitania, el departamento de Tarn es un territorio fascinante donde resuena el eco de los cátaros. La ciudad de Albi es la puerta de entrada y presume orgullosa de la catedral de ladrillo más grande del mundo y del Museo de Toulouse-Lautrec. Más allá, tiene reservadas otras sorpresas, como el bonito pueblo de Castres, paisajes de viñedos y hasta una pequeña ciudad encantada


13 de septiembre de 2022 - 20:45 CEST

Es una delicia ver caer la tarde en Albi junto al Tarn, cruzando el Puente Viejo y caminando por la orilla del río cerca de un antiguo molino. Enfrente queda la ciudad episcopal elevándose hacia el cielo, que se oscurece lentamente mientras se encienden las luces. La imagen es hermosa y, al mismo tiempo, una lección de historia. Por un lado, desde hace un milenio, la ciudad controla una importante ruta comercial; por otro, el conjunto que forman el palacio de la Berbie y la catedral de Santa Cecilia son, desde el siglo XIII, testimonio del triunfo del papa y el rey de Francia sobre los herejes cátaros, también conocidos como albigenses.

La catedral es todo un prodigio. De un gótico sureño muy diferente a otras francesas de la misma época, se trata de la más grande del mundo construida íntegramente en ladrillo y posee la mayor superficie de frescos de toda Europa, con influencias del Renacimiento italiano. Al lado, la sede episcopal tiene algo de fortaleza, pero en el interior se descubre un verdadero palacio. Sus jardines colgantes son un luminoso balcón sobre el Tarn. En su interior se encuentra el Museo Toulouse-Lautrec, que acoge la mejor colección mundial del pintor nacido en Albi. A partir de este núcleo se abre la ciudad, Patrimonio de la Humanidad. Sus calles estrechas y fuera del tiempo llevan a la colegiata Saint-Salvi, a la casa del Vieil Alby y a otros rincones repletos de historia. Si el museo Lapérouse, al otro lado del río, hace un repaso de las grandes expediciones científicas del siglo XVIII por el Pacífico, el Laboratorio Artístico Internacional del Tarn (LAIT) está dedicado al arte contemporáneo.

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Francia, Tarn VIAJES2123© Hemis
El palacio episcopal de la Berbie acoge el Museo Toulouse-Lautrec, con la mejor colección mundial del pintor nacido en Albi. Arriba, casas de colores asomadas al río Agout, en Castres.

Al salir de Albi se descubre enseguida que el Tarn comparte con la capital una larga historia y un profundo sentido del savoir faire: pequeñas ciudades repletas de monumentos y museos sorprendentes, pueblos muy bien conservados o mercados en sus plazas que son un muestrario de la producción local. En el paisaje destacan los viñedos y las grandes avenidas de plataneros que flanquean las carreteras. Hacia el sur espera Castres, cuyo Museo Goya acoge la mejor colección de arte español en Francia después del Louvre. Además de obras del artista de Fuendetodos, reúne de Velázquez, Murillo, Alonso Cano, Picasso...

El museo se encuentra en el antiguo palacio episcopal, con unos espectaculares jardines diseñados por Le Nôtre, que también creó los de Versalles. Al río Agout se asoman las casas que en otro tiempo fueron los talleres y almacenes en los que se trabajaban el cuero y la lana e hicieron florecer a la ciudad; ahora son casas rehabilitadas que forman un conjunto muy vistoso. Castres es la puerta de entrada al Parque Natural Regional de Haut-Languedoc, con parajes muy variados. Uno de los más curiosos es Sidobre, una especie de “ciudad encantada”, donde las rocas de granito forman conjuntos singulares en los que la fantasía se desborda al encontrar parecidos.

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Mazamet, Francia VIAJES2123© GettyImages
Arriba, a orillas del Tarn, que cruza el Puente Viejo, construido hace casi mil años, toma asiento la ciudad de Albi, coronada por la catedral de Santa Cecilia, de imagen austera y defensiva. En la imagen una pasarela de 140 metros de largo se balancea a 70 metros del suelo uniendo la parte alta de Mazamet con el pequeño pueblo medieval de Hautpoul.

A unos 30 kilómetros hacia el sur, la aldea medieval de Hautpoul tiene también su historia enlazada con los cátaros. Desde ella, una pasarela de 140 metros que une dos promontorios permite ir caminando hasta Mazamet y disfrutar de la naturaleza desde una original perspectiva. A 35 kilómetros hacia el oeste, el pequeño pueblo de Sorèze, al pie de la Montaña Negra, acumula historia desde hace milenios, como la de su antiguo monasterio, que acabó convirtiéndose, en el siglo XVIII, en una de las doce reales academias militares de Francia. Operativa hasta 1991, ahora es un museo.

No dejes de...

Viajar en el tiempo en Cordes-sur-Ciel. A 25 kilómetros de Albi, este pueblo aparece siempre en los listados de los más hermosos de Francia. El caserío, colgado de una colina, hace honor a su nombre (sobre el cielo) cuando la niebla cubre el fondo del valle, y es un catálogo de arquitectura medieval, tanto de casas con entramado de madera como de casonas góticas. Fundado y fortificado durante la cruzada albigense, conserva parte de sus murallas.

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Guía práctica

Guía práctica

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Cuándo ir

El departamento de Tarn, en el sur de Francia, disfruta todo el año de temperaturas muy agradables. Mejor viajar a él desde la primavera al otoño, cuando los días son largos y se pueden hacer más visitas y actividades.

Cómo llegar

Desde Toulouse, conectada con vuelos directos con diferentes aeropuertos españoles, hay una hora hasta Albi. Según el punto de partida, también es fácil llegar a esta ciudad en coche, ya que se encuentra a menos de 400 kilómetros de Barcelona. Logitravel (logitravel.com) ha diseñado una ruta de cinco días en coche alquilado por la zona, además de Toulouse y Carcassonne, desde 299 € por persona.

Cómo moverse

Si no se dispone de vehículo propio, lo mejor será alquilarlo en Toulouse y aprovechar para visitar esta ciudad antes de iniciar el recorrido. El departamento de Tarn tiene una extensión inferior a la de la provincia de Alicante, por lo que las distancias entre las diferentes paradas son cortas.

Dónde dormir

En Albi, Les Pasteliers (hotelsalbi.com) es un hotel pequeño y agradable cerca de todos los lugares de interés. Su nombre hace referencia al pastel, la planta de la que se obtenía el tinte azul y que fue una de las fuentes de riqueza de la ciudad. En un parque de cinco hectáreas se encuentra La Réserve (lareservealbi.com), miembro de Relais & Châteaux. Solo abre de abril a octubre. Muy especial es la experiencia de alojarse en Château de Mauriac (chateaudemauriac.com), un castillo del siglo XIII donde se respira un ambiente de otro tiempo. El lugar merece una visita, aunque no nos alojemos en él, por el edificio histórico, los jardines y la obra del pintor Bernard Bistes, su anterior propietario. Se puede combinar con la excursión a Cordes-sur-Ciel.

Dónde comer

El azafrán, la trufa, el ajo, los embutidos y quesos locales son los productos básicos de la gastronomía del Tarn. Muy apreciados también, los vinos de Gaillac, que provienen de los viñedos más antiguos de Francia. En Albi,La Vermicellerie está dentro del hotel Mercure (all.accor.com), en un molino junto al río. En Castres, La Mandragore (Malpas, 1) ofrece recetas tradicionales con productos de temporada. En Mazamet, Mets & Plaisirs (metsetplaisirs.com) tiene diferentes menús según la estación.

Más información

TURISMO DE TARN, tourisme-tarn.comTURISMO DE ALBI, albi-tourisme.fr


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