No es cuestión de desmontar mitos, pero conviene advertir que sus aguas no son negras sino de un profundo azul oscuro que, según recibe la luz, puede sugerir la imagen de un cuerpo sólido y tenebroso, incluso de un hipnótico espejo y hasta de un mar levemente encrespado. Tampoco es que no tenga fondo, como se dice en un alarde de misterio, ni que esté comunicada con el mar a través de una serie de cuevas y corrientes subterráneas. Lo del monstruo de sus profundidades que devora a cuantos se bañan en ella queda a la imaginación de cada cual.
Lo que sí es cierto es que este paraje natural del norte de la provincia de Soria cuenta con su propia leyenda, romanceada nada menos que por Antonio Machado: La Tierra de Álvargonzález, un retrato de la codicia ambientado en esta «agua impasible que guarda en su seno las estrellas».
¿CÓMO SE LLEGA A LA LAGUNA NEGRA?
La Laguna Negra (lalagunanegra.org), recuerdo del periodo glaciar del Cuaternario y uno de los rincones más sobrecogedores de la geografía española, está a 50 kilómetros de Soria capital, a caballo de los municipios sorianos de Vinuesa y Covaleda. Encajada a casi 2.000 metros de altura en plena sierra de los Picos de Urbión, forma parte del Parque Natural de la Laguna Negra y los Circos Glaciares del Urbión.
Se puede acceder a ella en coche, excepto los meses de verano que se corta el acceso por exceso de afluencia. Estos meses existe un servicio de autobús que deja a pocos metros de la laguna. También se puede acceder andando.
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VISITAR LA CASA DEL PARQUE
El Centro de Interpretación de la Laguna Negra está situado a 3 kilómetros del municipio de Vinuesa, en la carretera de acceso a la Laguna Negra. Ofrece información para planificar la ruta con medios muy avanzados -como un vuelo virtual en tres dimensiones- y cuenta con una exposición dedicada a los valores naturales y culturales de este espacio natural (patrimonionatural.org).
UNA EXCURSIÓN SENCILLA
El ascenso a la Laguna Negra, pese a un suave desnivel, resulta de lo más sencillo: poco más de dos kilómetros (desde el parking grande) entre frondosos bosques de hayas, álamos y chopos, donde se esconden zorros y comadrejas, corzos y jabalíes. Todo perfectamente señalizado, preparando la vista para lo que se encuentra al llegar al final del trayecto en el que tardamos apenas un par de horas. Es ideal para hacer con niños.
Allí, bordeado por infinitos pinares y cerrada por farallones de granito que se desploman sobre las aguas, aparece la Laguna Negra, con su aspecto tétrico y oscuro. Y según la estación del año, tendrá unos añadidos u otros: los hielos y carámbanos del invierno, las sonoras cascadas primaverales, el gorro de niebla del otoño o el verdor eléctrico de un estío que siempre resultará fresco.
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MIRADORES PARA CONTEMPLARLA
Hay que tomarse unos minutos para contemplar la vista del charco. Pero después habrá que bordearlo en un sendero igual de agradecido. Del camino que se aproxima a su orilla parte una pasarela de madera que bordea toda la laguna con algunos miradores fantásticos. Aquí la panorámica cambia de forma radical hasta, tras unas pocas revueltas, tornarse casi tan aérea como la de los buitres que sobrevuelan los cortados. Real o imaginado, el caso es que el misterio aflora, sin que uno pueda evitarlo.
Hay otras rutas que se pueden realizar como la que lleva a las cascadas de Covaleda, ideal para hacerla en otoño y sencilla para hacerla en familia. de todas las rutas informan en el centro de visitantes.
OTRAS VISITAS EN EL ENTORNO
La Laguna Negra es tal vez el hito del parque natural, pero no el único. Desde allí, el entorno ofrece múltiples opciones para los amantes del senderismo. Entre la red de senderos destaca el GR-86. La excursión más común es la que lleva desde este punto hasta el pico de Urbión, en unos 12 kilómetros. Otra ruta es la que conduce hasta Laguna Helada, Laguna Larga y Risco Zurraquín; o la que recorre Llanos de la Sierra, Muela de Urbión y Peñas Claras.
También el entorno, donde se alternan ambientes boscosos con zonas montañosas, es un paraíso para practicar birdwatching, reconocido además como ZEPA (zona de especial protección para aves).
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Los alrededores del parque invitan igualmente a conocer bellos pueblos como Vinuesa y Covaleda o incluso acercarse a las famosas ruinas de Numancia (numanciasoria.es), la localidad celtíbera que prefirió incendiar su pueblo antes de entregarse a los romanos.
DÓNDE DORMIR
En Covaleda, en La Cueva del Tío Melitón (casaruralcovaleda.es), una casona de piedra y madera reformada con mucho estilo, en la que pasar largas tardes a resguardo de la chimenea; o en la Casa Rural de la Tía Fresquera (
casaruraldelatiafres.wix.com/latiafresquera), en las afueras del casco urbano, rodeada de naturaleza. También buena opción es el Parador de Soria (en la imagen, parador.es), enclavado en lo alto de un bosque, es un lugar privilegiado desde el que contemplar una extraordinaria panorámica de la ciudad monumental.
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DÓNDE COMER
En Vinuesa, en La Corte de los Pinares (hotelesenvinuesa.com), donde probar platos creados con las recetas de siempre, pero con un toque innovado. Para los que se acerquen a Soria, el restaurante del Parador ofrece cocina tradicional renovada con platos típicos de la provincia como las migas o platos elaborados con setas de temporada.