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La naturaleza brutal de la Calzada del Gigante

Entre Belfast y Derry-Londonderry, en Irlanda del Norte, la Ruta Costera de la Calzada atraviesa un paisaje que parece de otro mundo


Actualizado 6 de septiembre de 2022 - 17:49 CEST
© Tourism Northern Ireland

Entre Belfast y Derry-Londonderry, la Ruta Costera de la Calzada avanza entre una naturaleza tan de otro mundo que varios rincones han servido como set de rodaje para Juego de Tronos. Ninguno, sin embargo, como la Calzada del Gigante o Giant's Causeway, un capricho geológico a la escala de los seres sobrenaturales que pueblan la mitología irlandesa. Te contamos cómo visitar esta maravilla Patrimonio de la Humanidad. 

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Uno tras otro, como peldaños a la medida de un ser sobrenatural, los cerca de 40.000 hexágonos de la Calzada del Gigante descienden desde los acantilados hasta hundirse en el mar. La mitología irlandesa los atribuye a un gigante que quiso tender un puente para visitar a su amada en las aquí ya inmediatas costas de Escocia. O, en una versión no tan romántica, a la inquina de dos de ellos, el irlandés Finn McCool y el escocés Bennandoner, quienes necesitaban allanar el camino para encontrarse y luchar.

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La ciencia, casi siempre más aburrida que una buena historia pero mucho más de fiar, sentencia que esta desconcertante maravilla geológica del condado de Antrim vio la luz tras una erupción hace 50 o 60 millones de años. Entonces, parece que una inmensa colada de lava quedó atrapada en la hondonada del terreno. Al enfriarse mucho más rápido su capa superior, como si se tratara de un suelo arcilloso cuarteado al resecarse se fue formando este zafarrancho de columnas de basalto a distintas alturas, casi todas hexagonales, bendecidas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1986.

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Algunas ascienden en una verdadera escalera de roca que los fans de Led Zeppelin reconocerán en la portada de Houses of the Holy, el quinto álbum de la banda, quienes en su trabajo anterior habían cosechado un éxito planetario con su mítica balada Stairway to Heaven, o Escalera al Cielo.

Habría que viajar muy lejos para encontrar algo parecido. A la cascada Svartifoss y la playa Reynisfjara de Islandia, a los acantilados de basalto de la isla coreana de Jeju y los Prismas Basálticos de México o, entre otros y ciertamente más a mano, a Los Órganos de La Gomera.

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A primerísima hora, en cuanto hay luz suficiente para emprender la caminata hacia la Calzada pero aún no ha llegado apenas nadie, deambular a solas por el monumento natural más visitado de Irlanda del Norte tiene algo de extraterrestre, con su monumental armazón empedrando la senda entre el batir de las olas y una empalizada de picachos verdinegros por los que se abren paso cuatro senderos.

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Si el sendero marcado en los mapas de azul es el más trillado al, en poco más de un kilómetro desde el Centro de Visitantes (en la imagen), dar acceso al corazón del pedregal, el sendero verde discurre sobre unos acantilados que incluso podrían transitar niños pequeños o personas en silla de ruedas. También el sendero rojo es relativamente fácil y va hilvanando nuevas panorámicas a vista de pájaro sobre la Calzada y el Canal del Norte, mientras los casi tres kilómetros del sendero amarillo, entre dos de los espolones rocosos más famosos del entorno, ya sí exigen estar en bien forma.

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Varios itinerarios se interconectan entre sí, por lo que, puestos a caminar, podría echarse buena parte del día. ¡Y qué día si aún diera tiempo ­–que lo da­– a recalar por escenarios de Juego de Tronos como el túnel de hayas retorcidas de The Dark Hedges y el diminuto puerto de Ballintoy!

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Muy práctico

El acceso a la Calzada es gratuito; lo que se paga es el párking y la entrada su Centro de Visitantes. Imprescindible llevar calzado que no resbale si llueve, algo muy frecuente en Irlanda, y llegar a primera hora para evitar las muchedumbres que a menudo se forman.

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¿Cómo llegar a la Calzada del Gigante?

Ryanair (ryanair.com), Easy Jet (easyjet.com) o Jet 2 (jet2.com) conectan el aeropuerto de Belfast ­­–a una hora en coche de la Calzada del Gigante­– desde numerosas ciudades españolas, sobre todo de las islas y la costa, por en ocasiones poco más de 100 €. También es buena opción volar a Dublín, a unas dos horas y media en coche, con conexiones directas de Iberia Express (Iberia.es) desde Madrid a partir de 76 € o, con Air Lingus (aerlingus.com), también desde Barcelona, Bilbao, Málaga, Alicante y varios aeropuertos de Canarias y Baleares.

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¿Dónde comer?

Buenas opciones en la localidad de Bushmills, The French Rooms (thefrenchrooms.com), The Bushmills Inn, (bushmillsinn.com) o La Tartine at Distillers Arms (distillersarms.com).

© Getty Images

¿Cómo moverse?

A pesar de que hay transporte público, lo más práctico es alquilar un coche, aunque, sobre todo con el buen tiempo, la Ruta Costera de la Calzada es un sueño para moteros, ciclistas y senderistas.

Muy popular el tramo, de unos tres días de caminata entre paisajes apabullantes, entre las pequeñas ciudades de Ballycastle y Portstewart, atravesando highlights como el puente colgante de Carrick-a-Rede Rope Bridge y el precioso castillo de Dunluce (en la imagen), la destilería de Bushmills y, cómo no, la Calzada del Gigante. Hasta ella, si no se quiere caminar nada, algunas temporadas funciona una lanzadera desde su Centro de Visitantes.

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¿Dónde dormir?

Hay varios alojamientos con encanto en el pueblito vecino de Bushmills, como el Portcaman House (portcamanhouse.co.uk). Pero para evitar tener que llegar en coche o caminando, a la mismísima entrada del sendero a la Calzada del Gigante se levanta, solitario entre los pastos sobre un promontorio con vistas al mar, The Causeway Hotel (thecausewayhotel.com), un precioso establecimiento que lleva desde mediados del siglo XIX dando cobijo a los visitantes.