En plymouth las historias marineras siguen vivas y en cada rincón se siente la presencia de algún personaje importante. De aquí salieron Francis Drake, el capitán Cook y Charles Darwin en sus viajes alrededor del mundo. Otros completaron travesías más cortas, pero no menos importantes, y una losa en el puerto recuerda el lugar exacto desde el que en 1620 los padres Peregrinos se embarcaron en el Mayflower hacia el Nuevo Mundo.
Al fondo de uno de los mejores puertos naturales de Europa, su historia y su patrimonio han estado relacionados siempre con el mar. The Barbican, el barrio que rodea el pequeño puerto de Sutton, presenta la mayor concentración de calles adoquinadas de Gran Bretaña. Estrellas de la gastronomía británica han abierto restaurantes en la zona. La visita a la Plymouth Gin Distillery, la destilería más antigua del país, es una inmersión en una de las bebidas más british y también en la historia, pues en este edificio pasaron la última noche en Inglaterra los Peregrinos antes de embarcar.
Otro lugar excepcional es la Royal William Yard, desde donde, durante un siglo, se centralizó el avituallamiento de la Marina Real y cuyos edificios han sido convertidos en galerías de arte, cafés y talleres. Plymouth es un buen lugar para iniciar el viaje de descubrimiento de la Inglaterra rural, donde perviven las tradiciones y los paisajes de colinas onduladas, con casas solariegas, abadías y granjas, por los que es una delicia transitar y donde también surgen sorpresas inesperadas, como el Proyecto Edén, uno de los complejos de educación ambiental más importantes del mundo.
Más allá, Charlestown es ejemplo extraordinario de puerto industrial del período georgiano. Sus mansiones, almacenes y el puerto donde siempre hay viejos veleros de madera crean un ambiente de otra época. Mientras, el Museo de Naufragios y Tesoros ofrece un fascinante viaje por la historia marina. A solo tres kilómetros aparece la pequeña ciudad de St Austell, en la que hay que visitar la St Austell Brewery, una de las fábricas de cerveza más antiguas del Reino Unido. Otra de las imágenes del Cornualles histórico es la de los grandes castillos, como el espectacular Caerhays Castle, en un valle escondido junto a la bonita y extensa playa de Porthluney Cove, de arena dorada.
Los jardines de Tregothnan son otra de las sorpresas de la ruta. En una finca que pertenece desde hace 700 años a la misma familia, además de todo tipo de plantas y algunos de los ejemplares más grandes de determinadas especies, se encuentra la única plantación de té del Reino Unido. La ruta termina en Truro, la capital de Cornualles. Las calles que rodean la catedral están repletas de edificios georgianos. Cerca de los jardines que bordean el río se abren las vías comerciales más animadas. Y los que piensan que la gastronomía británica es aburrida cambian de parecer al visitar Great Cornish Food, con decenas de tiendas de especialidades locales.
No dejes de...
Descubrir los Jardines perdidos de Heligan. Es uno de los botánicos más románticos y sorprendentes de Inglaterra, que ha pertenecido a la familia Tremayne desde el siglo XVI. La visita descubre la flora local y La Jungla, una zona de vegetación subtropical, con inmensos helechos, bambúes y ruibarbos gigantes. Desperdigadas por los jardines hay esculturas vegetales. Cuenta con un restaurante donde degustar productos del huerto propio (heligan.com).
Guía práctica
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