En Gaziantep, los vendedores del bazar empapan manojos de hierbabuena y salpican las mercancías de sus puestos. Entonces el aire cálido se llena de frescor y de un aroma de legendario mercado oriental. El bazar está a la sombra del castillo, una colina fortificada habitada desde hace 6000 años. Al adentrarse en él se siente el vértigo de la historia. Lo que ahora se ve es de época selyúcida, aunque hay restos anteriores. Luego, por toda la ciudad hay hitos de las diferentes etapas de poblamiento. Las conducciones subterráneas de agua de época de los mamelucos parecen recientes comparadas con los mosaicos romanos del Museo de Zeugma. La catedral armenia es ahora una mezquita, en el hamman del siglo XIII hay una tienda de ropa y en las calles peatonales de Bey Mahallesi, el antiguo barrio cristiano, florecen cafés, hoteles y museos.
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Hace 2000 años la región de Gaziantep marcaba la frontera meridional del reino de Comagene, un territorio que mantuvo su independencia entre Roma, Armenia y Partia. Aquí, junto al Éufrates, se cruzaban las caravanas que unían Oriente y Occidente con los ejércitos que luchaban por controlar el mundo, y así Comagene desarrolló una cultura con influencias de todos los orígenes. Nemrut Dagi, el mausoleo del rey Antíoco I, refleja esta mezcla y es el destino de una ruta fascinante.
El rey mandó construir un santuario en honor de sí mismo y de todos los dioses en la cima de la montaña más alta de su reino. El camino para descubrirlo es, al mismo tiempo, el ascenso a las cumbres del Tauro y una inmersión en una tierra por la que han pasado todas las civilizaciones.
Sobre un promontorio a orillas de uno de los embalses construidos en el Éufrates se descubre Rumkale, una de las fortalezas medievales más grandes de Turquía. Su acceso solo es posible en barco desde un par de embarcaderos, como el de Begendik, al que se llega desviándose en Büyükkarakuyu. Este desvío permite conocer también tres mausoleos romanos en las aldeas de Hasanoglu, Elif e Hisar. Con el barco se llega, aguas arriba, hacia la aldea semisumergida de Eski Halfeti.
El ascenso hacia Nemrut Dagi empieza en la ciudad de Kahta. Tras pasar junto a Karakus, el túmulo funerario de la reina Isias, la esposa de Antíoco, el imponente puente sobre el río Cendere recuerda la presencia de las legiones romanas. Al castillo de Yeni Kale no se puede acceder, pero el antiguo santuario de Arsameia del Ninfeo nos hace entrar de lleno en el reino de Comagene, pues muestra uno de los relieves más fascinantes de Oriente Medio.
Quedan diez kilómetros de subida hasta Nemrut Dagi, los últimos dos se hacen en transfer desde el centro de interpretación. Aquí, el rey hizo levantar el túmulo de 50 metros de altura que cubriría su sepultura. Dos terrazas formaban el trono de los dioses, donde se alineaban enormes estatuas. Desde este punto, al que muchos llegan para ver la salida del sol, la vista se extiende sobre montañas ásperas entre las que corre el Éufrates. Aquí casi siempre sopla el viento, pero es el viento de la historia.
No dejes de...
Visitar el Museo de Mosaicos de Zeugma. Situado en Gaziantep, tiene una de las mejores y más grandes colecciones de mosaicos de todo el mundo. La mayoría provienen de la antigua Zeugma, la ciudad que controlaba el paso del Éufrates por donde debían cruzar todas las caravanas. Algunos mosaicos representan escenas mitológicas o episodios de la guerra de Troya, como la coronación de Afrodita, el matrimonio de Dioniso y Ariadne o la historia de Ulises y Aquiles en Skyros. La imagen icónica del museo es el pequeño mosaico La Ménade, famoso por la mirada del personaje retratado.
Guía práctica
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