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Granada, los tesoros de la costa tropical

Desplegado a lo largo de solo 76 kilómetros, el litoral granadino no escatima en belleza, alternando escarpados salientes al mar con las aguas color turquesa de sus tranquilas playas de guijarros. Al cobijo de la Sierra de Almijara, amparada por el Paraje Natural de Maro-Cerro Gordo, y de cara al Mediterráneo, este pequeño edén conocido como Costa Tropical alardea de vivir un eterno verano los 365 días del año


29 de agosto de 2022 - 20:05 CEST

En ocasiones, el paraíso se desvela mucho más cercano de lo que uno imagina. Es lo que se tiende a pensar mientras se avanza por la carretera n-340, que recorre el litoral andaluz, en dirección a la escueta y desconocida costa granadina. A pesar de lo abarcable de esta costa, existen mil formas de explorarla, por ejemplo, abordando de manera tranquila el tramo que va desde La Herradura hasta Salobreña, apenas 20 kilómetros rebosantes de esplendor.

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Los escarpados acantilados del Paraje Natural Maro-Cerro Gordo, que comparte Granada con su vecina Málaga.

Granada comparte con su vecina Málaga el Paraje Natural Maro-Cerro Gordo, primera e indiscutible parada para conocer el lado más agreste de la Costa Tropical. Imponentes acantilados se asoman a un mar calmado que esconde en sus recovecos bonitas calas que recuerdan más al Caribe que al sur de Europa, como la de Cantarriján, el destino soñado para quienes practican naturismo en la zona. De la Punta de Cerro Gordo parten varios senderos, aunque es el que lleva hasta la torre vigía del mismo nombre el que ofrece las vistas más espléndidas, que se disfrutan en compañía, probablemente, de alguna que otra cabra montesa.

Enseguida la carretera comienza a retorcerse invitando a tomar el desvío hacia La Herradura. Este pequeño pueblo dependiente de Almuñécar presume de contar con una de las playas más hermosas de la zona, que, protegida por su disposición de los vientos de levante y poniente, tienta a darse un baño en sus aguas. La experiencia se puede completar saboreando una comida a base de pescado fresco y marisco en cualquiera de sus chiringuitos con los pies en la arena. Tras un paseo por el casco histórico, apenas un puñado de callejuelas de paredes encaladas y macetas de flores, espera Almuñécar, que se alcanza solo ocho kilómetros después.

Si algo tiene de peculiar este enclave mediterráneo es, además de su historia, su gentilicio: sexitanos, un nombre que le viene a sus vecinos desde la época de fenicios y romanos, cuando Almuñécar era Firmum Iulium Sexi. Sin embargo,  no fueron estos los únicos pueblos que pasaron por aquí, también lo hicieron los árabes, que dejaron su impronta en monumentos como el castillo de San Miguel, que despunta en el skyline de la localidad. En él llegó a residir la dinastía nazarí, aunque con el tiempo se abandonó y, antes de ser rehabilitado, se utilizó como cementerio.

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En lo más alto del casco histórico de Salobreña está su castillo medieval, con el caserío desparramado por la loma del peñón.

Un museo que no hay que perderse es el arqueológico Cueva de los Siete Palacios, donde se expone el vaso canopo del faraón Amenofis I de Egipto, cuyos jeroglíficos son el documento escrito más antiguo hallado en la península. Tampoco, un paseo por el Parque Botánico y Arqueológico El Majuelo, donde se contemplan los restos rehabilitados de la antigua factoría romana de salazón de pescado. Fundamental también, tomarse un vermut en una de las tabernas con solera del casco urbano y, de regalo, como manda la tradición granadina,  una deliciosa tapa .

El camino prosigue hacia el oeste, y a cada paso regala una estampa más sorprendente. A un lado, la frondosidad de los campos de cultivo en los que crecen todo tipo de frutas tropicales –aguacates, mangos, chirimoyas, guayabas…–, gracias a un benigno clima con temperaturas que oscilan entre los 18 y los 30 grados. Al otro, playas y calas entre guijarros y rocas donde dejarse abrazar por el cálido sol mediterráneo. En las de Cabria, Los Capachos o El Caletón la paz es absoluta, son el verdadero tesoro del lugar.

La ruta pone su punto final en Salobreña, otro insigne pueblo de la costa granadina. Se deja ver desde lo lejos con su blanco caserío agarrado a la loma del peñón y sus empinadas cuestas repletas de balconadas y flores. Los azulejos mudéjares de la iglesia del Rosario asombran tanto como el mirador dedicado a Enrique Morente, granaíno de pro. Aunque, para vistas, las del castillo árabe, que se yergue orgulloso en lo alto. La panorámica de la Costa Tropical, el Mediterráneo y Sierra Nevada serán la mejor despedida.

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Las callejuelas estrechas y empedradas, las casas blancas típicas de Andalucía y los patios perfumados de flores son la esencia más pura de Salobreña.

No dejes de...

Sumergirte en los fondos marinos de La Herradura. Las aguas cristalinas, la calma del Mediterráneo, la rica fauna y flora y las abundantes especies de corales hacen de este entorno el paraíso para los aficionados al submarinismo. Open Water La Herradura (openwater.es) ofrece bautismos de buceo, cursos e inmersiones diarias en fascinantes escenarios: barcos hundidos, paredes, cuevas... Todo ello en uno de los enclaves marinos más privilegiados: el Paraje Natural Marino de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo.

Guía práctica

Guía práctica

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Cómo llegar

El Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo, inicio de la ruta por la Costa Tropical, y compartido por las provincias de Granada y Málaga, se encuentra equidistante (una hora de camino) de estas dos capitales. La carretera N-340, que recorre todo el litoral mediterráneo, es el hilo conductor. El aeropuerto más próximo a la zona es el de Málaga-Costa del Sol, a 90 kilómetros de Almuñécar.

Qué ver

CASTILLO DE SAN MIGUEL. Corona el cerro de San Miguel de Almuñécar y está abierto al público todos los días. Entrada: 4 € (adultos).

MUSEO ARQUEOLÓGICO CUEVA DE LOS SIETE PALACIOS. Ocupa el sótano de lo que se cree fue un templo dedicado a Minerva y atesora en su interior piezas fenicias, árabes y romanas. Abre de noviembre a marzo. Entrada: 2,35 €.

ACUEDUCTO ROMANO DE ALMUÑÉCAR. De sus siete kilómetros originales se conservan tres tramos en la Carrera de la Concepción, en Río Seco y en la carretera de Jete.

FINCA SAN RAMÓN. En La Herradura, esta finca agroturística de 12 hectáreas ofrece visitas guiadas (fincasanramon.net) para acercar la cultura del cultivo de los frutos tropicales en la zona. Solo del 15 de septiembre al 15 de mayo.

CASTILLO DE SALOBREÑA. La visita tiene un precio de 4 €, aunque todos los lunes es gratuita.

Dónde dormir

HOTEL SUITES ALBAYCIN DEL MAR (Almuñécar, hotelalbaycindelmar.com). Hotel de inspiración arábigo-andaluza en la Isla del Ocio, declarada de interés turístico, con exóticos jardines.

PLAYACÁLIDA SPA (Almuñécar, playasenator.com). Resort de estilo arabesco en primera línea de playa con múltiples opciones para disfrutar en familia.

CASA DE LOS BATES (Motril, casadelosbates.com). Rodeada por un jardín romántico, esta casa señorial de estilo italiano ofrece estancias de lo más exclusivas e íntimas con vistas al Mediterráneo.

Dónde comer

FIRMVM (Almuñécar, restaurantefirmvm.com). Producto local de calidad y presentaciones vanguardistas.

SALITRE PLAYA (Almuñécar, tel. 625 62 43 85). Con vistas al mar, el pescado y los frutos tropicales se fusionan con la cocina tradicional.

CHIRINGUITO FLORES (Salobreña, tel. 958 34 93 81). El pulpo seco es su plato estrella.

BOLA MARINA (La Herradura, tel. 958 64 04 80). Para un vermut y unas tapas en el centro urbano de Almuñécar, LA TABERNA DEL GALA y BODEGA FRANCISCO I, rebosantes de solera.

Más información

COSTA TROPICAL, turismocostatropical.es

TURISMO DE GRANADA, turgranada.es