A escasos metros del mar, en el corazón de Ciutat Vella, se extiende el Barrio Gótico (Barri Gòtic). El área que dio origen a Barcelona en realidad adquirió su nombre en el siglo XX. Hasta ese momento se dividía en distintos barrios que ejercían como una puerta al Mediterráneo utilizada durante años por los marineros para introducir su producto. En la actualidad, encantadores establecimientos y talleres ocupan sus locales devolviendo la artesanía tradicional a la zona.
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UN PASEO POR LA HISTORIA
Este barrio, además de mostrar el origen de la ciudad, narra su posterior evolución mediante la construcción de iglesias y palacios que hicieron desaparecer la mayoría de las edificaciones anteriores. En sus estrechas callejuelas, por las que apenas pasaba la luz, se repartían los gremios de artesanos. La calle de la fruta, por ejemplo, era el alma de la zona judía, conocida como el call y protagonizada por una de las sinagogas más antiguas de Europa que aún exhibe la mezuzá en su puerta (carrer de Marlet, 5). Si miramos hacia arriba, los tejados de los edificios parecen formar una cruz. Muy cerca, la Plaza Real presume de ser alumbrada con la farola diseñada por Gaudí cuando aún era estudiante.
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Los antiguos gremios de calderos y zapateros desembocaban en la plaza de Sant Felip Neri. Sus fachadas cuentan su historia, desde que fuera un cementerio medieval hasta nuestros días, cuando se transforma en patio de juegos por las mañanas. En ella se levanta la iglesia barroca que le da nombre. En la Plaza del Rey se encuentra la capilla de Santa Ágata, el Palacio Real Mayor, antigua sede de los Condes de Barcelona y de los Reyes de Aragón, y la Casa Padellás, originaria del siglo XVI y que, en el siglo XX, fue trasladada piedra por piedra desde la calle Mercaders.
Hay muchos edificios que añadieron elementos góticos posteriormente como es el caso de la Catedral, de origen visigótico y con una fachada de 1913. Desde esta, el Carrer del Bisbe comunica con la plaza Sant Jaume, donde se enfrentan el Ayuntamiento y el Palau de la Generalitat de Catalunya, edificios fundados en siglo XIII.
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LOS ESTABLECIMIENTOS CON ENCANTO
Los llamativos escaparates del Barrio Gótico son solo una representación de los fascinantes comercios que esconden tras ellos. Establecimientos centenarios y otros más modernos que han llegado para marcar tendencia. La Manual Alpargatera (lamanual.com) es la única tienda que mantiene la tradición artesanal de alpargatas en Barcelona, fabricadas en su propio taller desde que la empresa fuera fundada en 1940. La tienda abriría un año más tarde y pronto empezarían a realizarse pases de modelos con este calzado de yute.
La confitería La Colmena fue abierta casi un siglo antes, en 1849. Actualmente es la quinta generación la que está al cargo de elaborar sus populares caramelos de sabores envueltos en papel con el sello del negocio, los merengues que ocupan todo un escaparate y otros dulces típicos que preparan para las fechas más reseñables del calendario.
Justo enfrente, la Cerería Subirá (cereriasubira.cat/es) data de 1761, pudiendo presumir de ser uno de los negocios más antiguos de Barcelona, aunque originalmente estaba emplazado en el Born. Desde entonces, tres familias distintas se han puesto al mando de la fabricación de velas. Ahora colaboran con artesanos además de hacer sus propias velas y organizar divertidos talleres. Una escalinata preside la pared frontal haciendo aparentar más amplitud. Es la mantenida desde 1850, cuando el local era una tienda de telas.
Eliurpi (eliurpi.com) es la muestra de los negocios que han llegado para enaltecer al barrio y cargarlo de originalidad con sus bolsos y sombreros artísticos, fabricados con materiales naturales, que exponen en la feria de ARCO. Obra de un fotógrafo y una diseñadora gráfica, este establecimiento es toda una galería de arte desde donde continuamente trabajan en nuevas creaciones. También confeccionan pequeñas piezas de ropa para conjuntar con los sombreros y bolsos. En el lateral de la tienda se puede ver parte de la antigua muralla de la ciudad.
La librería Rodés (Carrer dels Banys Nous 8), especializada en libros antiguos y en postales y grabados; Momo (Arc de St. Ramón del Call 6), regentado por una japonesa que elabora originales kimonos, o la sombrerería Obach (C. del Call 2), abierta en 1924, son otros comercios imprescindibles en estas antiguas calles de piedra.
DÓNDE DORMIR EN EL BARRIO GÓTICO
Para vivir el barrio lo mejor es alojarse en él, optando por hoteles como Neri (hotelneri.com) con un fabuloso rooftop con piscina desde donde divisar la plaza de Sant Felip Neri, a la que debe su nombre. Su interior evoca el lujo discreto por medio de detalles pensados para acompañar al cliente y con una decoración a base de piezas de los comercios de la zona. Los elementos más vistosos son las coloridas alfombras distribuidas por las 22 habitaciones y diseñadas por Virginia Figueras, propietaria del hotel. A pie de calle, el restaurante ofrece, a huéspedes y visitantes, una apetecible propuesta de cocina contemporánea con tapas para compartir y postres pensados para el disfrute individual. Este Relais & Châteaux organiza experiencias y rutas que se salen de los típicos recorridos turísticos.
El Hotel Wittmore (wittmorehotel.com) es otra de las excelentes opciones para disfrutar de las propuestas del Barrio Gótico. Edificado alrededor de un patio y con una estupenda azotea para contemplar el cielo de Barcelona, este hotel inspirado en las casas vanguardistas de la burguesía catalana está enfocado solo a adultos. También cuenta con restaurante propio, Contraban, una propuesta del chef Alain Guiard.