Oyambre no sólo encierra una amplia playa de arena blanca que los veraneantes de Comillas tienen como feudo propio. Más de 2 kilómetros de arena fina y aguas de color esmeralda junto a la desembocadura de la ría de La Rabia y entre dos de los pueblos más bellos de Cantabria. Solo 4 kilómetros la separan de Comillas y 6 de San Vicente de la Barquera. También es un parque natural compuesto por marismas y sistemas dunares, sólo comparables a los de Liencres.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
No te pierdas: ¿Quieres saber cuáles son las playas más bonitas de España?
Su entorno protegido se extiende entre las rías de San Vicente y de La Rabia. Se trata, sin duda, de uno de los rincones más excepcionales de la costa cantábrica, tanto por sus paisajes como por la importancia del conjunto de delicados ecosistemas que aquí se ven representados. Las dos rías pasan por encontrarse entre las más valiosas y mejor conservadas del Cantábrico, constituyendo sus privilegiadas zonas de marisma, importantes enclaves ornitológicos donde las aves migratorias, provenientes sobre todo de la zona más occidental de Europa, vienen a recalar año tras año -desde grullas a garzas y todo tipo de anátidas-.
Además de hermosos acantilados, que desde el interior de las aguas marinas parecen pequeños faldones del siempre impresionante murallón de los Picos de Europa, las costas que flanquean el cabo de Oyambre alternan hermosas playas con extensos arenales, como los de Oyambre y Merón, en los que las dunas son las protagonistas. Más hacia el interior, el parque guarda la joya forestal del Monte Corona. Combina así Oyambre praderías, bosques, playas y marismas, montes y cantiles, aves, peces y mamíferos en un todo de tremenda importancia bioecológica que, entre todos, debemos empeñarnos en conservar.
Este espacio natural guarda estupendos amaneceres desde el cabo de Oyambre con el macizo de los Picos de Europa al fondo.
Especial: las playas de tu verano. ¿Te gustaría descubrir cuáles son los mejores arenales de España?
¿CÓMO LLEGAR A OYAMBRE?
Desde Santander por la A-67 y la A-8 en dirección a Santillana del Mar y Comillas. Junto a ella el Parque Natural de Oyambre y a San Vicente de la Barquera. La playa dista 60 km de la capital cántabra.
No te lo pierdas: Santander a la hora del vermut, la ruta de los pinchos más ricos
¿QUÉ HACER EN EL ENTORNO?
COMILLAS
A partir de los siglos XVII y XVIII algunas familias nobles se asentaron en esta localidad a pasar sus distinguidos veraneos, lo que le da un halo aristocrático que comienza a fraguarse entonces. Conocida también como «villa de los Arzobispos», nada menos que cinco fueron los naturales del pueblo que entre los siglos XVII y XIX alcanzaron tal distinción eclesiástica. Todo esto hacen de ella una villa señorial con elegantes casonas y destacadas construcciones modernistas de arquitectos catalanes.
En una visita a Comillas no debe faltar un paseo hasta el neogótico palacio de Sobrellano, un fantástico edificio del siglo XIX encargado por el marqués de Comillas al arquitecto catalán Joan Martorell. Junto al panteón, son toda una joya arquitectónica; Pasar por la Universidad Pontificia, del arquitecto Lluis Domènech i Montaner, una de las más bellas de España; Y terminar en el renombrado templo del Capricho de Gaudí (elcaprichodegaudi.com), uno de los tres edificios del artista que pueden verse fuera de Cataluña y una maravilla del modernismo. Sobra decir que hay que pasear por su casco antiguo empedrado, deambular por sus calles y plazas sin dirección fija, y sentarse a la mesa de alguno de los restaurantes.
No te lo pierdas: Entre bodegas y palacios por el verde paisaje del norte
SAN VICENTE DE LA BARQUERA
De San Vicente de la Barquera, en el baúl de las primeras impresiones queda, sobre todo, su largo puente sobre la ría, el de la Maza, construido en tiempos de los Reyes Católicos (y posteriormente modificado).
Arropada por el magnífico telón de fondo que constituyen los majestuosos Picos de Europa, es una villa de recios semblantes marineros. Su verdadera vocación y tradición marinera se respira con profundidad durante la fiesta de «La Folía». Una procesión marítima, repleta de color y tipismo, en la que se traslada a la Virgen en un barco engalanado de flores y banderitas por las inmediaciones del puerto, en compañía de otras muchas embarcaciones.
No te lo pierdas: Diez rincones no tan conocidos de Cantabria que te van a sorprender
En el casco más antiguo de San Vicente, en alto y dominando el mar, se asientan los restos de su castillo medieval del siglo XIII y de su maltrecha muralla. Aquí se encuentra, además de puertas como la del Preboste o la del Poniente, su edificio más antiguo: la iglesia de Santa María de los Ángeles, levantada en el siglo XIII y reformada en el XV.
Un buen punto final a la visita, antes o después de perderse por los caminos y playas del Parque Natural de Oyambre, puede ser un paseo por el genuino barrio pesquero. Allí, entre las tabernas y restaurantes de sus callejuelas no será difícil encontrar un apacible rincón en el que degustar el apreciado sorropotún (olla de bonito y patatas) o la tradicional marmita barquereña.