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Seis experiencias exclusivas para disfrutar del verano en París


5 de julio de 2022 - 21:33 CEST
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CRUCERO EXCLUSIVO POR EL SENA

Si apetece hacer un crucero privado por el Sena y el canal Saint-Martin al atardecer, Green River Cruises organiza una experiencia en un barco pequeño con barra de bar y música para un grupo no superior a 12 personas en el que se disfruta durante 2 horas de un viaje romántico con una selección de platos exclusivos y buen vino francés.

La excursión merece la pena con la única compañía del capitán de la nave. Se parte del puente Marie, al pie de la Cité de la Mode et du Design, a medio camino entre el Jardin des Plantes y la Biblioteca Nacional, y el barco da la vuelta en la Estatua de la Libertad. Se trata de un minicrucero a la medida de gran éxito que se puede reservar por 75 € por persona.

 

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EL JARDÍN JAPONÉS DE PARÍS

De vuelta a la capital francesa, una de sus novedades turísticas es el Museo de Albert Kahn, que fue inaugurado el pasado mes de abril. Enclavado muy cerca de los campos de Roland Garros, en Boulogne-Billancourt, el museo reúne el proyecto de este visionario banquero filántropo, mecenas, pacifista y humanista que se planteó el reto de crear una memoria iconográfica de algunas sociedades que, según él, estaban al borde de la desaparición con decenas de retratos humanos e imágenes de la vida cotidiana. De ahí que desde 1910 a 1930 se planteara fotografiar y filmar más de 60 países, entre ellos España, Marruecos, India o Japón, este último su auténtica pasión, para reunir todo ese material en una colección llamada Archivos del Planeta, de unas cien horas de película en blanco y negro, 4000 fotos en blanco y negro y más de 72.000 placas autocromas, el primer proceso industrial de fotografía en color verdadero patentado por los hermanos Lumière.

Esta insólita colección se halla en un nuevo edificio diseñado por el arquitecto japonés Kengo Kuma. Son 2300 metros cuadrados destinados a la colección permanente, exposiciones temporales y un restaurante. Detrás del edificio principal se extiende un bonito oasis de cuatro hectáreas,  con siete clases de jardines, dos de ellos de estilo nipón, uno inglés, uno de los Vosgos, la región natal del banquero, y otro francés, con el objetivo que buscan acercar culturas.

 

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VISITA PRIVADA A VERSALLES Y SUS FUENTES

El verano es una época ideal para descubrir el Palacio de Versalles, una de las joyas monumentales a las afueras de la capital francesa, y apuntarse a su tour más exclusivo. Un recorrido nocturno privado y guiado para un grupo de personas (1000 €) que incluye la entrada al interior de la capilla real, escenario de la boda real entre Luis XVI y María Antonieta, a la platea de la ópera, destinada a espectáculos y bailes de la corte y a los apartamentos privados de la Reina y del Rey.

Otra opción interesante es reservar la entrada a Serenade Royal, una experiencia inmersiva que traslada al visitante a la corte del Rey Sol descubriendo las actividades de ocio de la época y admirando de cerca los lujosos trajes versallescos. Esta experiencia se puede completar con el espectáculo de fuentes en funcionamiento al son de la música barroca de Lully, Charpentier y Rameau, y los juegos de fuegos artificiales, ya al anochecer, en torno al Gran Canal. Dos espectáculos que, durante este verano se celebran todos los sábados, los días 14 de julio y 15 de agosto (48 €).

El recorrido permite disfrutar también de las arboledas del Jardín Real, decoradas con fuentes, jarrones y estatuas, que fueron diseñadas durante el reinado de Luis XIV como salones al aire libre ocultos en los jardines. Allí se tomaban refrigerios y comidas ligeras y servían también para escuchar música o bailar.

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CASTILLO DE FONTAINEBLEAU, MAGIA NOCTURNA

A una hora de París, el Castillo de Fontainebleau abruma por sus 1900 habitaciones repletas de paneles de madera, frescos, tallas doradas, tapices y cuadros. El edificio actual, heredero de una antigua abadía construida por Luis VII, se remonta al reinado de Francisco I, quien atraído por la caza quiso levantar un castillo siguiendo los modelos florentino y romano. Resulta casi imposible recorrer todo el complejo del castillo interior y exterior, que cuenta con el parterre más grande de Europa y un parque boscoso que abarca casi 22.000 hectáreas de naturaleza virgen y un gran canal de 1200 metros de longitud.

Una opción diferente y exclusiva es reservar una visita nocturna por las estancias más espectaculares del castillo. La Galería de los Ciervos, el Salón de Baile, la Galería Francisco I y el Teatro Imperial que mandó construir Napoleón III se recorren en un ambiente lumínico de la época. Este tour se desarrolla los jueves y sábados (24 €). La oficina de turismo también organiza visitas especiales al Bosque de Fontainebleau, el antiguo coto de caza de los reyes de Francia, para disfrutar de un recorrido sensorial (Sylvotherapie), de 2 horas (30 €), captando la energía de los árboles que facilitan la disminución del estrés de la vida diaria. Un ejercicio de relajación y meditación con la ayuda de un guía experimentado.

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BARBIZON, EL PUEBLO DE LOS PINTORES

En los lindes del bosque de Fontainebleau, un pequeño pueblo llamado Barbizon captó la atención de un grupo de pintores paisajistas preimpresionistas que acabaron creando una escuela seguida, más adelante, por otros artistas como Monet, Renoir, Picasso o Cezanne. Los principales exponentes de esta escuela, Théodore Rousseau y Jean-Françoise Millet, habían huido de París acuciados por la pobreza y la falta de éxito y se establecieron en esta zona en 1846 y 1849, respectivamente. Ambos atrajeron a numerosos seguidores aficionados para pintar paisajes y animales en un auténtico caos rocoso con formas evocadoras.

Hoy se puede recorrer esta ruta de los pintores, en la que sobresale un medallón incrustado en una roca que rinde homenaje a estos dos artistas, inaugurado en 1884. Durante el recorrido, salpicado de grandes rocas, se pueden adivinar formas animales como la de un elefante, una obra maestra de la naturaleza, y otras rocas que invitan a los aficionados a la escalada a pasar un día divertido en este bosque único que ha sido reconocido por la Unesco como Reserva de la Biosfera. En el pueblo es posible también visitar la casa-taller de Jean-François Millet, donde plasmó su obra más importante, Angelus, y disfrutar de un museo de reproducciones de sus cuadros y de otros de pintores actuales y de la época de Barbizon.

 

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EL TALLER DE ROSA BONHEUR

En Thomery, a una hora en coche desde París, abre el museo dedicado a la pintora y escultora Rosa Bonheur,  una de las artistas francesas más adoradas del siglo XIX y una mujer adelantada a su tiempo, quien supo codearse con reyes, príncipes y otras personalidades de la época, siendo respetada incluso en lugares tan alejados a su país natal como Estados Unidos. De hecho, conoció a Buffalo Bill en una de sus visitas con su show por Europa en 1889 y se interesó profundamente por la cultura indígena de aquel continente.

Rosa Bonheur, nacida en Burdeos en 1822, tenía un gran carácter y se vestía y se comportaba como un hombre ya que vivía su homosexualidad con una gran naturalidad y sin complejos. Desde 1859 el castillo de By fue su residencia y pasó en él los últimos 40 años de su vida. De hecho, cuando se visita el castillo de Rosa Bonheur el tiempo parece haberse detenido, sobre todo, en su taller. En la sala más grande de su casa pintó sus cuadros de animales, por los que se sentía fascinada, estudió la anatomía de los caballos y elaboró sus mejores obras escultóricas. Todo está allí como si la artista hubiese deseado dejar sus enseres ordenados para su estudio: las botas de paseo, los peluches, el gabinete de pintura, las esculturas, los bocetos y otros objetos más personales como su blusa bordada, el sombrero, las paletas, los pinceles, los cuadernos de dibujo y notas e incluso hasta las colillas de sus cigarrillos.

El cuadro más grande muestra sus pantalones largos, una prenda que no era bien vista en las mujeres de su época, pero que ella utilizaba habitualmente. Incluso el lienzo que no tuvo tiempo de terminar parece estar esperándola en su caballete. Su obra más famosa, Labourage Nivernais, sí se puede ver en cambio en el Museo de Orsay, aunque su producción fue más aceptada y entendida en Inglaterra. Fuera del edificio, el encantador jardín y parque en consonancia con el castillo es de alguna manera un pequeño Giverny en este rincón galo en el que es posible alojarse en una habitación de esta cuidada residencia campestre desde 350 € la noche. El ticket para visitar el atelier y la exposición cuesta 17 €.

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MUY PRÁCTICO

Dónde dormir

En París, muy próximo a la Ópera, en Le Gran Quartier (legrandquartier.com), organizado en torno a un gran jardín central, y también en Le Chouchou (en.chouchouhotel.com), que cuenta con un bar para bailar. En Fontainebleau, el Hotel Victoria (hotelvictoria.com) está a 650 metros del castillo, con habitaciones modernas y muebles de época. En Versalles, Waldorf Astoria Versailles–Le Trianon Palace (hilton.com), un cinco estrellas situado junto al palacio con el prestigioso spa Guerlain, piscina cubierta climatizada, hammam y sauna.

Dónde comer

En Fontainebleau, la creativa cocina de L’Axel (laxel-restaurant.com/fr/), capitaneada por el chef japonés Kunihisa Goto ha sido reconocida con una estrella Michelin. En Barbizon, La Folie (lafoliebarbizon.com) propone platos vegetarianos y orgánicos con productos locales. En Versalles, La Petit Venise (lapetitevenise.com), emplazado cerca del Gran Canal de Versalles, ofrece un almuerzo romántico con sabores italianos. Dispone de terraza al aire libre. En París, Café Lapérouse (hotel-de-la-marine.paris/Autour-de-la-visite/Gastronomie/Le-Cafe-Laperouse), junto al recién restaurado Hôtel de la Marine, en la place de la Concorde.