Motivos para visitar Samos, la isla de la buena vida mediterránea

LLEGAR A LA ISLA

Hay infinidad de conexiones entre diferentes aeropuertos españoles y Atenas, la capital griega. Luego habrá que tomar un vuelo interno a Samos con compañías griegas como como Aegean, Olympic y Sky Express. Los precios varían mucho según la temporada y la antelación con que se compren los billetes. También hay conexiones con ferry con los puertos de Vathy o Karlovasi. Para recorrer la isla lo mejor es alquilar un coche en Vathy o Pitagoreion, o en el aeropuerto.

PITAGOREION, UN PUERTO CON ENCANTO Y PATRIMONIO

Esta isla del Egeo es una especie de Silicon Valley de la antigüedad. Impresiona el listado de matemáticos, astrónomos, filósofos y arquitectos que nacieron o trabajaron aquí hace siglos, como Epicuro o Pitágoras. Una ruta por ella puede empezar en Pitagoreion, llamada así en honor al matemático, por la proximidad del aeropuerto y por la cantidad de vestigios de la antigüedad que se concentran aquí y que están incluidos en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

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PASEAR POR UN ACUADUCTO SUBTERRÁNEO

Una de las visitas más singulares de las islas griegas es la que se hace al túnel de Eupalino, un conducto doble de 1036 metros de longitud que, en realidad, es un acueducto subterráneo. Este trabajo asombroso para su tiempo tenía dos virtudes: abastecía de agua a la ciudad y era indetectable por los enemigos. Era el túnel más largo de su tiempo y fue el segundo de la historia en ser excavado desde ambos extremos. En 2017 se abrió al público después de una profunda restauración.

CONTEMPLAR EL TEMPLO DE HERA

Una vía ceremonial de ocho kilómetros –que antaño estaría flanqueada por miles de estatuas– unía Pitagoreion con Ireon, el templo de Hera. En este lugar se construyeron varios templos y cada uno de ellos era más imponente que aquel al que sustituía. Aquí estuvo el primer templo hecatómpedon, es decir, de cien pies de largo, medida que marcaría el canon durante siglos. El último, construido por Polícrates, fue el más grande de todo el mundo helénico, aunque ahora solo quede en pie una columna. Además de artistas, la construcción de estos templos implicó el trabajo de los mejores arquitectos e ingenieros de la época. Según el historiador Heródoto, el puerto fortificado, el túnel y el Ireon eran las tres obras más grandiosas del mundo griego.

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ARENALES DE LA COSTA NORTE

Samos cuenta con una sucesión de arenales y pequeñas calas a lo largo de toda costa a poquísimos kilómetros de Turquía. Nos quedamos en el norte de la isla, en la zona de Kokkari, donde no hay que perderse las playas de Lemonakia o Tsamadou. Allí el agua es clara, totalmente transparente. Junto al pueblo de Potami dos playas únicas como Mikro y Megalo Seitani, rodeadas de naturaleza y algo aisladas son un auténtico paraíso. En Potami se puede disfrutar también de una bonita zona de cascadas y piscinas donde darse un baño.

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VIVIR VATHY, SU CAPITAL

Al fondo de la bahía más profunda de la isla, en la costa norte, surge Vathy, la capital de Samos. El puerto –de donde salen transbordadores a Quíos y al puerto turco de Kusadasi– y el paseo marítimo le dan un aire cosmopolita y luminoso. Un poco hacia el interior, el barrio de Ano Vathy, su casco antiguo, se creó para protegerse de los ataques de los piratas. Allí las casas en blanco y azul o tonos pastel se suceden en calles estrechas y adoquinadas por las que dar un tranquilo paseo.

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DESLUMBRARTE CON SU IMPONENTE KOUROS

No hay que perderse, en una visita a Vathy, el Museo Arqueológico, uno de los mejores de las islas griegas, aunque solo sea por el imponente kouros –estatua masculina del periodo arcaico que proviene del santuario de Hera– que con más de cinco metros, es el más alto que se conserva en toda Grecia. En el museo también podemos ver otras esculturas, cerámicas, figurillas y otros objetos pertenecientes a la historia arqueológica de la isla.

ATARDECER EN EL PUEBLO COSTERO DE KOKKARI

A solo 10 kilómetros de Vathy encontramos este bonito pueblo costero en una pequeña península de la costa norte. Casitas blancas cubiertas con tejas rojas, barcas de colores como muchas de sus casas y tabernas a pie de mar. Es una zona turística donde descansar en las playas y practicar deportes acuáticos.

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DEGUSTAR SUS PRODUCTOS LOCALES

Junto a las carreteras, sobre todo en las zonas montañosas, se encuentran varias tiendas que ofrecen productos locales como miel y plantas aromáticas. Un recuerdo único y muy barato es la copa de Pitágoras. Es una copa de cerámica que tiene una característica sorprendente: funciona como un vaso normal si se llena hasta una determinada marca pero se vacía completa y automáticamente si se llena del todo. La tradición afirma que la concibió el propio Pitágoras para aleccionar a sus discípulos sobre la necesidad de ser comedido al beber.

Hay buenos lugares para probar la gastronomía local. En Vathy, Taverna Artemis, un pequeño restaurante tradicional especializado en pescado y frecuentado por clientes locales. Su plato más demandado es sardeles pandremenos, una preparación típica de sardinas. En el puerto de Pitagoreion, hay que probar el cordero asado y los tomates rellenos en Elia Taverna.

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CATAR SUS VINOS

Samos es conocida por ser tierra de vinos, una tradición vinícola que le viene de la antigüedad. Hay que visitar una bodega para catar alguna de sus variedades, recorrer un viñedo, sus uvas llamadas Samos Muscat Blanc à Petits Grains se cultivan en las laderas del monte Ambelos, y acercarse al Museo del Vino de Samos (samoswine.gr), en la ciudad de Vathi, para empaparse de esta cultura.

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DÓNDE ALOJARSE

En Vathy, en Ino Village (inovillagehotel.com) está concebido, como su nombre indica, como una pequeña aldea de edificios alrededor de una piscina. Modesto pero a la vez encantador es Pythagoras Hotel (hotelpythagoras.com), un poco apartado del puerto, pero las habitaciones tienen terrazas abiertas al mar y hay un acceso directo a una playa. En Pitagoreion y en una playa muy cercana del puerto está Proteas Blu Resort (proteasbluresort.gr), un resort only adults. Y en Kokkari, Kokkari Beach Hotel (kokkaribeach.com) es un lugar luminoso y alegre al borde del mar, con su restaurante Samiotissa sobre la misma playa.