Buena parte de los 82 kilómetros de costa de Formentera lo forman algunos de los arenales más fastuosos del Mediterráneo, entre los que sobresalen, por sus dimensiones los de la costa sur, conocidos en conjunto como Migjorn. Imantan por el híbrido de azules y verdes malaquita de sus aguas, al que se suman arenas de grano sutilísimo y un entorno sin apenas degradación, en el que ha primado el cuidado medioambiental.
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Entre La Mola y el faro del cabo de Barbaria, la magnitud de Migjorn solo es comparable a la impresión que causa. Uno nunca se cansa de mirar la exageración de azules de este rosario de caletas intercalado de zonas rocosas donde todos encuentran su lugar frente al mar. Los kilómetros de playa se recorren a través de una pasarela de madera donde ir descubriendo su acantilados y zonas dunares. A lo largo de ellos hay excelentes restaurantes, algunos de los mejores hoteles de la isla, beach clubs y chiringuitos.
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Cada una de las calas tiene su propio nombre. En la zona más occidental está la playa del Mal Pas seguida de Ca Marí, Racó Fondo, Codol Foradat, la playa des Valencians, es Arenals y, finalmente, es Copinar. Aunque cada una tiene sus características, lo que es común es que el agua apenas cubre y su arena blanquísima resplandece hasta la hiperrealidad, como debió pensar Julio Medem cuando rodó aquí algunas escenas de Lucía y el sexo.
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Para darse un baño, las más populares suelen ser es Ca Marí, es Arenals –donde más se estrecha el istmo de Formentera- y es Copinar, por contar con un fondo marino arenoso que se prolonga mar adentro. Aunque las corrientes invernales influyen mucho a la hora de moldear esta costa, que puede sorprender con nuevos rincones que van y vienen según el año.
Como, además de las aguas poco profundas que permiten nadar con total seguridad, es una playa muy extensa y está resguardada de los vientos predominante en los meses estivales, Migjorn es muy recomendable para las familias. Debido a su orientación sur, es también un lugar ideal para disfrutar de la puesta de sol en cualquiera de sus chiringuitos, un atardecer muy especial contemplando el horizonte formenterés.
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FICHA TÉCNICA
Acceso y aparcamiento
A Formentera se va en ferri desde la capital ibicenca, en los que se puede viajar con el coche y tardan algo más de una hora en el trayecto. Algunas compañías ponen en servicio jetfoils que unen ambas islas en 35 minutos. Para poder acceder a Migjorn solo hay que tomar alguno de los muchos desvíos hacia el sur en la carretera principal, una vez pasado el pueblo de Sant Ferran en dirección a La Mola. A lo largo de toda su extensión hay diferentes accesos.
Longitud
5 kilómetros.
Características
Arena blanca, fondos poco profundos, resguardada de los vientos y grado de ocupación bajo. Plataformas de madera, alquiler de sombrillas y hamacas en es Arenals y frente a los hoteles. También hay restaurantes y chiringuitos.
Actividades
Windsurf, catamarán y esquí náutico con Wet4Fun (wet4fun.com); buceo y snorkel con Orca Sub (orcasub.com).
EN EL ENTORNO
Caló des Morts
Esta playita tan pequeña como preciosa, vecina de Migjorn, está repleto de casetas de pescadores al pie de los acantilados y ofrece la imagen perfecta de la Formentera marinera de antaño. Se accede a pie fácilmente.
Capilla de Sa Tanca Bella
Situada en San Francisco Javier, a apenas 3 kilómetros del puerto de La Savina, data del siglo XIV y fue el primer templo que se erigió en la isla. En la misma localidad merece la visita el museo etnográfico, que resume el mundo rural formenterés.
Caló de Sant Agustí (Es Caló)
Este rincón tradicionalmente utilizado por los formenterenses para amarrar sus barcas, conserva un encanto especial y resulta muy recomendable para hacer un alto y disfrutar del paisaje desde alguna de sus terrazas.
Cap de Barbaria
La zona más al sur de Formentera guarda bosques, zonas de cultivo y un litoral marítimo rico en cuevas, rincones y torrentes que desembocan al mar. En la punta de un impresionante acantilado a 100 metros sobre el mar se sitúa el cinematográfico faro, también perfecto para ver la puesta de sol. De camino, tomar el desvío a cala Saona.
La Mola
Esta meseta en la parte más oriental de la isla está rodeada de acantilados. Al borde de la carretera, el lugar conocido como Es Mirador ofrece la oportunidad de contemplar de un vistazo toda la isla. Aquí puede visitarse un molino del siglo XVIII, un faro y un monumento a Julio Verne. También se monta un curioso mercadillo de artesanía.