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Piscinas en el océano donde darte un baño tranquilo en Portugal


Actualizado 28 de junio de 2022 - 18:06 CEST
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SEIXAL, MADEIRA

Después de Porto Moniz, las de Seixal son las piscinas naturales más populares de Madeira, un pequeño pueblo en un entorno de acantilados y cascadas. De aguas tranquilas, cristalinas y rodeadas de formaciones rocosas frente al océano Atlántico, están dotadas con baños, duchas, zona de solárium y bar. Muy cerca se encuentra la pequeña playa de Ribeira de Laje, también conocida como Jamaica, la de Porto do Seixal, de arena negra, y el mirador do Véu da Noiva, que regala una preciosa vista de una cascada desembocando en el mar.

 

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DOCA DO CAVACAS, MADEIRA

Estas piscinas naturales son el resultado de las erupciones volcánicas que tuvieron lugar en el suroeste de la capital de Madeira hace millones de años. Hoy son una de las zonas de veraneo más solicitadas de Funchal, la capital de la isla, de la que queda a solo 10 minutos. Cruzando un túnel se accede directamente a la playa Formosa, aunque son más los que eligen el complejo balneario para darse un baño, equipado con vestuarios, vigilancia, bar y un restaurante.

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AZENHAS DO MAR

En la Cinque Terre portuguesa, Azenhas de Mar es una joya al estilo de los bonitos pueblos de esta región italiana, pero esta al norte de cabo da Roca, a solo 15 minutos en coche de Sintra y a 45 de Lisboa. A los pies de sus casitas blancas agarradas a los acantilados se asoman a sus piscinas naturales de agua salada que, dependiendo de las mareas, se forman en la playa. Desde esta, un mirador, al que se asciende por unas escaleras, regala su mejor panorámica.

 

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DA MARÉS

El Premio Pritzer Álvaro Siza inauguró en 1966 en Leça de Palmeira, en el litoral de Matosinhos, al norte de Oporto, una obra de culto de la arquitectura contemporánea considerada Monumento Nacional y Patrimonio Mundial de la Unesco. Más de medio siglo después, él mismo fue el encargado de rehabilitar esta piscina, que intensifica la experiencia de nadar entre las rocas, un sereno baño en el agitado Atlántico.

 

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VILA FRANCA DO CAMPO, AZORES

A esta localidad pesquera en la costa sur de la isla de São Miguel se la conoce por su bonito casco antiguo, por la asombrosa escalinata de la capilla de Nuestra Señora de la Paz, que además es un excelente mirador, por las dulces queijadas da Vila, pero, sobre todo, por su gran piscina natural. ¿Qué la hace única entre otras portuguesas? Pues que está situada en el cráter ya extinto del islote de Vila Franca. Un paraíso para hacer snorkel que se alcanza en ferri desde la marina de Vila Franca do Campo. 

 

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PISCINAS DO VARADOURO, AZORES

Localizadas en la faja do Varadouro, en la costa sudoeste de en la isla de Faial, estas piscinas formadas por roca volcánica se sitúan en una de las principales zonas de veraneo de la conocida como isla azul. Un espacio donde bañarse con toda seguridad gracias a sus servicios, que las hacen merecedoras de una bandera azul, y con magníficas vistas al monte de Castelo Branco. 

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ALGAR SECO

Cerca de la famosa cueva de Benagil, en el Algarve portugués, el paraje del Algar Seco, también llamado Sitio da Boneca, es una maravilla de la naturaleza. En este rinconcito de Carvoeiro hay formaciones rocosas esculpidas durante cientos de años por el viento y las aguas que son ventanas naturales que dan al mar, unos escalones tallados en la roca rojiza, una pasarela de madera sobre el acantilado, un restaurante con vistas y una piscina natural de agua increíblemente azul donde darse un baño y sentirse en un lugar especial.

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PORTO MONIZ, MADEIRA

En el noreste de la isla están las piscinas naturales más famosas de Madeira, de lava volcánica. Bañarse en ellas es como hacerlo en medio del océano, pero con mayor comodidad, sin riesgo ni oleaje. El agua entra en ellas a capricho, está realmente fría, pero el entorno es tan bello que merece la pena la experiencia. Las hay gratuitas, sin servicios, o de pago, con vestuarios, tumbonas, aseos...

 

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CALOURA, AZORES

En el lado sur de la isla de São Miguel, junto al puerto pesquero de Caloura, famosa por sus restaurantes de pescado y sus viñedos, la zona de baño que lleva su nombre hace las delicias de todos los que desean disfrutar de la frescura del mar con seguridad. Rodeada por un paisaje deslumbrante, esta pequeña ensenada también cuenta con una piscina natural de aguas cristalinas. Es uno de los principales atractivos turísticos del municipio de Lagoa.

 

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