Si pensamos en el verano, automáticamente se nos vienen a la cabeza miles de canciones y nos asaltan las ganas de dejarnos la piel en la pista de baile. La música pegadiza nos hace desear que nunca se acabe la fiesta y durante los meses de estío intentamos alargar las veladas festivas hasta que el sol empieza a asomarse por el horizonte. Los ritmos latinos nos invitan a menearnos y nos conectan con gente de todos los continentes como si fuesen un idioma universal. Existe un lugar donde la música es patrimonio, y la riqueza cultural y la amplia combinación de ambientes te regalarán los mejores recuerdos. Hablamos de República Dominicana, ¿preparado para bailar al son de la melodía?
La isla tropical cuenta con 1.600 kilómetros de costa paradisíaca, resorts y hoteles de lujo, diferentes opciones deportivas, musicales y de entretenimiento. Un lugar donde bailar al ritmo de merengue es obligación, explorar reliquias del pasado es un privilegio y deleitarse con la gastronomía es tarea muy sencilla. República Dominicana rebosa de historia y de aventuras emocionantes, así como de experiencias culturales únicas y especialidades exclusivas del país: la música, el arte, los festivales, los puros, el ron, el chocolate o el café. Bienvenido a un destino todavía por descubrir.
El ritmo en las venas
No importa el momento ni el lugar, con las primeras notas de cualquier canción a los dominicanos se le mueven los pies al compás del ritmo. A los pies le siguen las caderas, las manos y el resto del cuerpo. Es imposible viajar por República Dominicana sin reconocer sus canciones y querer cantarlas mientras mueves tu esqueleto intentando imitar sus estudiados pasos. La música forma parte de la cultura y del carácter de sus habitantes. Y eso se nota en su hospitalidad, en su sonrisa permanente, en sus ganas de juerga y en ese sonido inconfundible: el de la música caribeña.
Los sonidos e instrumentos más característicos del país están influenciados por una mezcla de raíces indígenas, africanas y españolas. La música y el baile forman parte de su vida cotidiana y da igual cuando decidas visitar la capital gastronómica del caribe, siempre será buena temporada para disfrutar con actuaciones en directo o dejándote los pies en cualquier pista de baile.
Merengue y bachata, el ADN de República Dominicana
Existe un sonido que identificamos con la República Dominicana y ha llevado el nombre del país por todos los rincones del mundo: el sonido de la música. El merengue forma parte del ADN dominicano más puro. Las letras del merengue comparten historias cotidianas tratando de reflejar la multiculturalidad del país mientras hacen que cualquier persona se levante de la silla para disfrutar al ritmo de Juan Luis Guerra, Milly Quezada o Johnny Ventura.
Otro ingrediente dominicano que no falta en ninguna fiesta es la bachata, un gran estilo musical que ha logrado colarse en las listas de reproducción de todos los países del mundo gracias a su ritmo tropical y pegadizo. Además, en los últimos años, el dembow ha llegado para quedarse mezclando sonidos de rap, reggae, merengue, danceball e incluso reguetón haciendo que todo el mundo quiera lanzarse a la pista de baile nada más escucharlo.
Un destino por explorar
Paisajes hipnóticos llenos de color, gente amable y sonriente, playas de arena blanca y agua turquesa, naturaleza virgen en estado puro. Locales llenos de dominicanos y turistas que se mueven al ritmo del son, bachata y merengue hasta altas horas de la madrugada. Visita República Dominicana y huye del turismo masificado mientras vives una experiencia autóctona: aguas cristalinas, arena fina y palmeras salvajes. Hay mucho territorio por explorar en el lugar donde se vivió el primer encuentro entre los dos mundos. Piérdete por el país que huele a café y a jengibre y déjate sorprender por la cantidad de rincones escondidos en los que disfrutar al compás de la música. Si la vida fuera un baile, la música sonaría desde República Dominicana.