HOSPITAL DE SANTA CRISTINA DE SOMPORT
En el descenso desde el antiguo y desmantelado paso fronterizo de Somport, tras la desviación de la estación de esquí de Candanchú y en las inmediaciones del puente de Santa Cristina, se localizan los vestigios arqueológicos de una construcción impresionante, uno de los hospitales más grandes e importantes de la cristiandad en la Edad Media, según el Codex Calixtinus.
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ESTACIÓN DE CANFRANC
Hasta principios del siglo XX, cuando los peregrinos llegaban a Somport se encontraban un valle angosto y deshabitado. Sin embargo, ese panorama cambió con la construcción de la Estación Internacional de Canfranc y el tren que unió Francia y España desde 1928 hasta 1970, cuyo servicio quedó interrumpido. Desde entonces, la colosal estación, con sus más de 240 metros de longitud, su arquitectura modernista y sus lujosos interiores, en los que lucía el mármol de Carrara y la fina ebanistería, ha permanecido semiabandonada. Su recuperación ha comenzado con la restauración del gran vestíbulo, que ya se puede visitar, y en 2023 está previsto que la estación se convierta en un hotel y se abra el tráfico ferroviario internacional.
SAN ADRIÁN DE SASABE
Tiene historia este austero templo de Borau de origen visigótico. Historia y misterio, pues la leyenda vincula su emplazamiento con fuerzas telúricas. Lo que sí se sabe es que formó parte de uno de los monasterios más importantes de la historia de Aragón y que fue sede de la Diócesis de Huesca mientras la ciudad estuvo bajo dominio musulmán. En el edificio es posible apreciar con claridad las relaciones entre el románico jaqués y el lombardo.
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IGLESIA DE SAN MIGUEL, CASTIELLO DE JACA
A Castiello de Jaca se le conoce como el pueblo «de las cien reliquias», pues un buen número de ellas se guardan, desde los primeros tiempos de la cristiandad, en una arqueta de plata junto al sagrario del altar mayor. El templo, de origen románico con una sola nave y ábside semicircular, se levanta sobre un cortado que domina el valle por el que discurre el río Aragón.
ERMITA DE SANTA MARÍA DE IGUÁCEL, LARROSA
Un desvío de 10 kilómetros desde Castiello de Jaca anima a remontar el valle de la Garcipollera para visitar esta obra románica del siglo XII ubicada en un paraje donde arte, naturaleza, fe y leyendas crean una mágica simbiosis. Además de acceder a pie, también es posible llegar a ella en coche por una pista de tierra. ¿Qué la diferencia de otras del mismo estilo? Pues que fue una de las primeras iglesias de Aragón con cabecera semicircular, una característica que luego se extendería más tarde por toda la Jacetania. Además, posee importantes pinturas murales y esculturas.
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CATEDRAL DE JACA
Cuando los peregrinos llegan a esta importante villa del Camino de Santiago, la que fue la primera capital del Reino de Aragón, lo primero que buscan es su gran monumento. De visita imprescindible para cualquier amante del arte, es uno de los mejores conjuntos de arquitectura y escultura medieval conservados en España. Y también uno de los más influyentes, porque aquí surgió el estilo románico jaqués. En el templo hay numerosas obras artísticas de interés, empezando por el crismón de la puerta principal y siguiendo por sus capillas. En torno al claustro se encuentran las salas del Museo Diocesano de Jaca, donde podemos ver una buena colección de pintura mural románica y gótica de las iglesias del entorno.
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CIUDADELA DE JACA
Cerca de la catedral queda la Ciudadela, una fortaleza de forma pentagonal con mucho que ver, porque además de historia, acoge también un divertido Museo de Miniaturas Militares y un montón de actividades, desde visitas guiadas o de educación ambiental a teatralizadas (ciudadeladejaca.es). Después, Jaca tiene otros monumentos de interés, como la fachada plateresca del ayuntamiento, el palacio Episcopal, el barrio de la judería, la famosa torre gótica del Reloj, las iglesias del Carmen y de Santiago y el Real Monasterio de las Benedictinas, que todo el mundo conoce como Las Benitas.
MONASTERIO DE SAN JUAN DE LA PEÑA
Aunque no está propiamente en la ruta jacobea, es una de las paradas más esperadas del Camino en Aragón. Y es que el prestigio y poder del cenobio en el Medievo era tal, que pocos peregrinos rehusaban desviarse y hacer la dura caminata hasta allí. Sobrecoge la espiritualidad y belleza de este lugar, especialmente su claustro cubierto por una inmensa roca.
La visita a esta abadía, que también sirvió como panteón real de la monarquía aragonesa o que acogió entre sus joyas el Santo Grial, se complementa con el nuevo monasterio que se levantó en el siglo XVI y se encuentra a un par de kilómetros de este.
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SANTA MARÍA DE SANTA CRUZ DE LA SERÓS
A medio camino entre Jaca y San Juan de la Peña se sitúa este pueblo que cuida con esmero sus casonas pirenaicas y sus dos monumentos más emblemáticos, la iglesia románica románica de Santa María y la ermita de San Caprasio. La primera fue levantada en el siglo XI como parte de un monasterio de monjas benedictinas que acogió a mujeres de la nobleza aragonesa, como las hijas del rey Ramiro I.
ERMITA DE SAN CAPRASIO DE SANTA CRUZ DE LA SERÓS
El segundo de los monumentos románicos sobresalientes de este pueblo en el Camino Aragonés es más austero que el de Santa María y un bello ejemplo de románico lombardo del siglo XI.