ENTRE MOLINOS E INGENIOS HIDRÁULICOS
En una esquina de la comarca de Oscos-Eo, donde Asturias pega con Galicia, el tiempo parece haberse detenido tres siglos atrás. Se ven batanes, ferrerías, molinos y otros ingenios hidráulicos en un territorio que es Reserva de la Biosfera con valles bucólicos, ríos, cascadas y pequeños caseríos. Dos lugares para no perderse son Taramundi, donde abre sus puertas el Museo de los Molinos de Mazonovo, el más grande de España dedicado a ellos, y Os Teixois, una ferrería del siglo XVIII que pasa por ser uno de los conjuntos etnográficos más antiguos de Asturias.
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RECORRER LA COSTA DE LOS DINOSAURIOS
Los concejos costeros de Villaviciosa y Colunga, además de sidra, playas salvajes, rías pobladas de aves y pueblos marineros, es un muestrario de huellas de icnitas marcadas en sus acantilados, por eso este tramo del litoral asturiano es conocido como la costa jurásica. Se empiezan a descubrir en el pueblo de Tazones, por donde merodeaban los dinosaurios hace 150 millones de años. Se ven más en la playa de Merón, entre las parroquias de Argüero y Careñes, y muchas más en la playa de La Griega de Lastres, donde las huellas de pesados saurópodos figuran entre las mayores del mundo. Para rematar el plan ecoturista, ningún lugar mejor que el Museo Jurásico de Asturias (museojurasicoasturias.com), en Colunga, con importantes restos fósiles y réplicas a tamaño natural.
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SEGUIR EL RASTRO DEL OSO PARDO
Asturias es como un arca de Noé, un paraíso natural para las grandes especies de fauna. Se ven rebecos en el Parque Nacional de los Picos de Europa y en el Parque Natural de Redes; ciervos y gamos en los montes de Aller, Ponga y Las Ubiñas-La Mesa; lobos en las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias y también en Belmonte de Miranda, donde está la Casa del Lobo, pero es el oso pardo el más emblemático, al que se puede avistar en el Parque Natural de Somiedo. La experiencia ecoturista se puede completar visitando la Casa del Oso en Proaza y dando un paseo por el entorno del cercado osero en la misma Senda del Oso.
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ASOMARTE A LOS ACANTILADOS DE SAN EMETERIO
La punta de San Emeterio es un lugar bellísimo. Un paisaje abierto al Cantábrico en la costa oriental asturiana repleto de alicientes. La primera es el encinar que llega hasta el mismo borde del escarpado acantilado, luego ya se descubren la cueva de El Pindal, con valiosas pinturas y grabados del Paleolítico Superior, que forman parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. Muy cerca, la popular ermita dedicada a San Emeterio y, un poco más lejos, las ruinas del antiguo monasterio de Santa María de Tina. Para profundizar en todo ello, en la carretera del mirador del Pico al faro Pimiango, hay un centro de interpretación.
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ASTURCONES EN LA SIERRA DEL SUEVE
El asturcón es la marca de identidad de la sierra del Sueve, en el oriente asturiano. Desde tiempos prehistóricos, estos pequeños ponis, los más antiguos y puros del mundo, poblaban esta sierra. La raza estuvo a punto de desaparecer pero hoy se los puede ver pastando en los prados de los concejos de Caravia, Parres y Piloña en estado semisalvaje. En el mes de agosto se celebra en este último una fiesta dedicada a ellos.
DE MIRADOR EN MIRADOR POR LOS PICOS DE EUROPA
Los paisajes asturianos son de lo más variado, con escarpadas cumbres, angostos valles, caudalosos ríos, cascadas inesperadas, lagos, acantilados... Para descubrir tanto y tan bueno siempre hay un mirador con panorámicas espectaculares. De uno a otro se pueden ir contemplando los paisajes desde y hacia los Picos de Europa, empezando por el del pico Uriellu, junto al pueblo de Bulnes, en el concejo de Cabrales; también el de la Reina o los Canónigos, en la carretera de acceso a los lagos de Covadonga, o el mirador de Oceño, que domina todo el valle del río Cares.
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OBSERVAR A LAS AVES EN LA RÍA DE VILLAVICIOSA
El ancho estuario que forma la desembocadura del río Valdediós en el Cantábrico interrumpe el recorrido por la costa y obliga a rodear esa valiosa reserva natural de interés ecológico que es la ría de Villaviciosa. En bajamar, se pueden hacer numerosas caminatas por el entorno, pero para conocer más en profundidad este espacio, resulta recomendable pasar por su centro de interpretación situado en la aldea de Llames y avistar, desde el observatorio, la importante avifauna que habita en ella (naturalezadeasturias.es/espacios).
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