Lo confirma el satélite de Google Maps. La cascada submarina de Isla Mauricio es una ilusión óptica. Secreto desvelado. Pero aún así, más surrealista no puede ser esta obra que la Naturaleza dibuja en el extremo suroeste de la isla. Hay que verla para creérsela y la única forma es sobrevolarla en helicóptero. La experiencia comienza nada más despegar. A vista de pájaro, lo primero en lo que uno se fija es en la silueta de la montaña que domina la península de Le Morne Brabant y le da nombre. Una roca basáltica con numerosas cuevas que sirvieron de refugio a esclavos en el siglo xix y es símbolo de la isla, además de Patrimonio Mundial.
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También desde el cielo se observa su orografía acuática, con un arrecife de coral bordeando una laguna de aguas transparentes que baña sus playas con todas las gamas posibles del azul. Aunque es al efecto que crean las aguas a los pies de la montaña donde hay que poner toda la atención. Porque lo que parece en principio un inmenso salto de agua submarino en realidad no lo es. Su explicación es puramente científica, ya que el movimiento de arena y lodo y las fuertes corrientes marinas crean esta ilusión óptica.
Los vuelos en helicóptero sobre la cascada submarina los organiza Air Mauritius (airmauritius.com/helicopter.htm), a partir de 300 €, o Mauritius Attractions (mauritiusattractions.com).
CASCADAS Y VOLCANES A VISTA DE PÁJARO
Después de contemplar este increíble fenómeno se puede seguir explorando desde las alturas la isla para ver sus contrastes. En el paseo aéreo van desfilando la espectacular cascada de Chamarel, que surge entre una espesa masa verde; las plantaciones de caña de azúcar y té; Le Morne Brabant, su emblemática montaña, a la que se puede subir; el cráter del volcán Trou aux Cerfs, dormido desde hace siglos, y, sobre todo, sus playas de un blanco cegador escoltadas por palmeras, con exuberante vegetación y un mar de color turquesa que deja sin aliento.
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OTROS LUGARES QUE NO HAY QUE PERDERSE EN LA ISLA
Cuando se ponen los pies en la tierra hay que ir descubriendo otros lugares de este paradisíaco rincón tropical africano, aunque muy alejado del continente y a mil kilómetros de Madagascar, como el Parque Nacional de Black River Gorges, con kilómetros y kilómetros de senderos y el Piton de la Riviere Noire, el pico más alto de la isla. Muy próximo al pueblo de Chamarel, queda el mirador de la Tierra de los Siete Colores, sobre esas dunas de arena formadas en medio de un frondoso bosque que, como la cascada, parecen irreales. Más adelante, el lago Grand Bassin, en realidad, un cráter volcánico sagrado para los hindúes, la mayor comunidad del país, que recuerda a los del Ganges en la India. Y hacia el norte, la bulliciosa capital, Port Lluis, donde realmente se conoce la historia de Isla Mauricio y su crisol de culturas.
VILLAS PRIVADAS CON TECHOS DE PAJA
Pero el exotismo de Mauricio no acaba aquí, continúa en sus playas y en los exquisitos hoteles con sus villas y suites camufladas entre frondosos jardines a sus orillas, como los de la cadena Beachcomber (beachcomber-hotels.com/es). Con la espectacular montaña de Le Morne Brabant como telón de fondo, el Dinarobin Beachcomber Golf & Resort, frente al mar y en conexión con la naturaleza. O, unido a él por una playa infinita de un blanco cegador, también Paradis Beachcomber Golf Resort & Spa, donde los que buscan relajación disfrutarán en el sereno ambiente de su spa asiático y los amantes del deporte, en su campo de golf.
EN SEAKART POR LA LAGUNA
En Isla Mauricio, cada día se puede probar una experiencia náutica, desde sea trek (caminar por el fondo del mar con una escafandra), a nadar con delfines, hacer una inmersión en un scooter subacuático o en un submarino. La de ponerse a los mandos de un kart por las aguas de la laguna es de lo más emocionante, por la sensación de libertad, de velocidad en un entorno único. Desde los hoteles se ofrecen todo tipo de excursiones y actividades por los puntos fuertes de la isla, como las que organiza el touroperador Mautourco (mautourco.com).
CÓMO LLEGAR A MAURICIO
No hay vuelos directos desde España. Sí con una escala, con distintas compañías, como Iberia, Alitalia o Air Mauritius. Alquilar un coche permite recorrer la isla por libre. Es pequeña, 58 km de norte a sur por 48 de oeste a este, y conviene saber que en ella se conduce por la izquierda.