Viajar en el tiempo ya es posible desde que, hace ya algo más de un año, se inaugurase junto a la ciudad de Toledo el parque temático Puy du Fou (puydufou.com). Durante esta segunda temporada 2022, los aclamados espectáculos El Último Cantar, Allende la Mar Océana, A Pluma y Espada o Cetrería de Reyes han llegado con novedades, como novedosos decorados, sorprendentes coreografías, más actores, efectos especiales, la incorporación de diferentes especies en la exhibición de cetrería que tiñe el cielo de aves majestuosas sobrevolando nuestras cabezas… Y también más zonas con sombra para descansar, más vegetación y numerosos puntos de agua para refrescarnos (por dentro y por fuera) del calor toledano, mientras paseamos por las 30 hectáreas de monte que ocupa el parque.
Puy du Fou no para de acaparar premios. Solo en 2021 ha sido premiado como Mejor Parque Temático de España, Mejor Espectáculo de Europa para el nocturno El Sueño de Toledo, Mejor Espectáculo del Mundo para El Último Cantar o Mejor Espectáculo de Entretenimiento otorgado por especialistas de Europa, Oriente Medio y África al espectáculo A Pluma y Espada, entre otros muchos. Apabullante ¿verdad?
A la altura de los espectáculos del parque está la gastronomía. Hacemos un recorrido para descubrir los sabores de Puy du Fou y deleitarnos con sus viandas en los numerosos espacios gastro que se reparten a lo largo de los cuatro poblados de época en los que se divide: El Arrabal, La Puebla Real, El Askar Andalusí y La Venta de Isidro.
LOS MERCADERES Y PUESTOS DEL ARRABAL
Nada más llegar hacemos un alto en El Arrabal, el barrio que crece extramuros. En él se reúnen los mercaderes y disfrutamos de la gastronomía española inspirada en el siglo XIII en sus nueve zonas de restauración. El menú degustación de Los Fogones del Tintorero, una de las novedades de 2022, ofrece el mejor cochifrito de la villa (con posibilidad de reserva de mesa). En El Hogar del Leñador, la especialidad son las carnes a la parrilla y se pueden probar hamburguesas de ternera, de ciervo o vegetarianas hechas sobre fuego de leña. Y para rematar la noche con un buen brebaje, La coctelería de Gabriel. Sin salir de El Arrabal, en El LLagar de Covadonga, una asturiana sirve sidra de su querida tierra acompañada de unas deliciosas patatas asadas.
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LA PUEBLA REAL, AL COBIJO DEL CASTILLO DEL CID
Nada más atravesar la gran puerta de La Puebla Real iniciamos un viaje que nos retrotrae a la Edad Media. Maestros artesanos y mercaderes nos dan la bienvenida. El espadero de Vivar forja las espadas de los grandes héroes de nuestra historia, cuyos escudos y armaduras cuelgan en las paredes de su taller (cuentan en los mentideros de la villa que la mismísima Tizona, la espada del Cid, se forjó aquí). En los puestos de los mercaderes encontramos joyas, mapas, bellos ropajes, dulces y hasta lingotes de oro (o más bien de chocolate) que provienen de algún antiguo tesoro.
Paseando entre sus diez zonas de restauración encontramos al tuerto Miguel, que sirve los mejores caldos de la comarca en su Bodeguita, acompañados de una buena tapa de jamón curado o unas conservas. Y en la Cervecería de Vivar podemos probar una buena selección de cervezas artesanales: Comunera, Campeadora, Ingeniosa, Condesa de Castilla, Manca de Lepanto y Genovesa. Estas últimas sin alcohol y sin gluten, respectivamente, porque el tabernero piensa en todos.
La Casa Sefardí es otra de las novedades de 2022, una taberna donde tomar alguno de los mejores vinos de la comarca acompañados de encurtidos y tostas. Berenjenas de Almagro, aceitunas aliñadas, altramuces…, o una tosta de presa ibérica asada a baja temperatura o de salmón ahumado con crema de queso y guacamole. Para los que prefieran cerveza, aquí se sirve Domus, 100% artesanal y elaborada con mimo por maestros cerveceros de Toledo. Un homenaje merecido a la tierra que acoge a este parque temático de origen francés.
Antes de salir de La Puebla Real queda otro restaurante que hará las delicias de los más gourmets. El Mesón del Buen Yantar es quizás el mejor restaurante del parque. Con una terraza exterior y un salón interior donde embriaga el olor del asado en su horno de leña. La ensalada de perdiz escabechada –una de las especialidades culinarias castellanas más tradicionales–, la paletilla asada de cordero manchego o la presa ibérica en barbacoa de carbón con setas y jugo de carne con toques manchegos son solo alguna de las especialidades de su carta. Aquí, todo se sirve en una vajilla digna de reyes. Seguro que este mesón habría enamorado al mismísimo Cid Campeador. Este junto con La Hospedería de Santiago, son los dos restaurantes de La Puebla Real donde es posible realizar la reserva previa de mesa.
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LA VENTA DE ISIDRO
La siguiente parada la hacemos en una venta en la que se desarrolla la vida rural de la Edad Media. Sus dos anfitriones, Isidro y María se asentaron en ella hace tiempo, prosperaron y hoy acogen a los visitantes ofreciéndoles buenos vinos, buenos quesos y carnes de La Mancha. En El Asador de Isidro se cocinan deliciosas carnes de pollo a la brasa que puedes acompañar con unas patatas revolconas con torreznos o, si apetece algo más ligero, con una ensalada.
Otra parada imprescindible en esta venta es La Quesería de María. Locos del queso ¡este es vuestro sitio! Tablas de curados, semicurados, con romero, ahumados o de Mahón, acompañados de un pan candeal, pan de pasas con nueces, de centeno o un pan payés de masa madre. Dice la sabiduría popular que, con buen queso y mejor vino, se hace más corto el camino, así que de sabios será hacer aquí una parada.
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LUJOS DE PALACIO EN EL ASKAR ANDALUSÍ
El último de los pueblos de época rememora el campamento militar del gran califa Abderramán en plena meseta castellana, donde se pasea entre jaimas y tiendas que no renuncian a los lujos del mejor de los palacios de la dinastía omeya.
Aquí huele a té y especias, a miel y almendras, a hierbas aromáticas y menta, a toques ahumados de las parrillas del Shawarma Andalusí. En sus ascuas se doran las carnes de ternera y pollo cortadas en finas rodajas y aderezadas por hierbas aromáticas. Eso sin olvidar su rico hummus con pan de pita.
Si de postre apetece un sorbete en Los helados del Visir se elaboran con frutas naturales como mandarinas, limones, naranjas… Y para los días de calor, hay heladerías repartidas por los cuatros pueblos que endulzan y refrescan la jornada.
Este paseo acaba en El Mezze de Ziryab, donde hacer dos cosas imprescindibles antes de abandonar Puy de Fou: probar un té moruno, frío o caliente, según la temporada y los gustos, acompañado de un surtido de dulces árabes y hacerlo en su terraza exterior. No hay mejor mirador en el parque ni mejor momento que al caer la tarde, cuando los ecos de la historia se pierden al ponerse el sol tras los montes de Toledo.
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