DESCUBRIENDO FARO
Algo menos de hora y media en avión separan Faro de Madrid con vuelo directo. Y apenas 50 minutos por carretera desde la frontera con España, atravesando el puente internacional del Guadiana. Si a eso sumamos su clima perfecto, el encanto de su casco antiguo, el entorno natural que la rodea y algunas de las mejores playas de Europa tenemos motivos más que suficientes para una escapada a la capital del Algarve. Pero nosotros queremos sumarle 5 más, con 5 escapadas desde Faro para disfrutar aún más de la experiencia.
Pero empezamos por el principio, y para eso hay que patear el casco histórico de esta localidad, de un blanco impoluto. El Arco de la Villa da acceso a la parte antigua, amurallada, de calles estrechas y adoquinadas por las que es una delicia el paseo. Si hay un edificio que destaca de entre todos es el de la Catedral, subir a su torre campanario ofrece unas maravillosas vistas de la ciudad y toda la ría Formosa a sus pies. También interesante una visita al Museo Municipal de Faro para descubrir su pasado histórico. Si nos apetece comer en la zona una buena opción es el restaurante Tertulia Algarvia (tertulia-algarvia.pt) donde además de degustar la deliciosa gastronomía local puedes aprender a cocinarla gracias a sus experiencias culinarias. Para los que aprecian descubrir todos los secretos de los rincones que visitan, más allá de un paseo, están las visitas guiadas donde no perderse un detalle de su historia y descubrir los restos romanos y árabes que conserva. A la hora del descanso la ciudad cuenta con buenas opciones como el Eva Senses Hotel un cuatro estrellas con excelentes vistas a la Ría Formosa o el hotel Faro & Beach Club, junto al centro histórico.
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EN CATAMARÁN POR LA RÍA FORMOSA
Una deliciosa excursión en catamarán desde Faro lleva al otro lado del Guadiana para alcanzar este espectacular paisaje anfibio que dibuja la ría Formosa, paraíso de aves acuáticas, mariscadores y bañistas solitarios en el Algarve. Esta sucesión de istmos y largas islas arenosas discurre paralela a la costa a lo largo de 60 kilómetros, entre las playas de Garrão y Manta Rota, formando un magnífico laberinto de agua, canales, caños, esteros, dunas y playas bajo la figura de parque natural. La escapada a este santuario natural de gran valor ecológico, especialmente atractivo para avistar aves migratorias, descubre también la isla Farol, donde se encuentra el pequeño pueblo pesquero que le da nombre y un faro centenario.
Otra isla imprescindible de las cinco que forman este pequeño paraíso es Ilha Deserta, también conocida como Barreta. No hay mejor lugar para pasar un día de playa que esta isla salvaje y deshabitada donde la única construcción que encontramos es el restaurante Estaminé (ilhadeserta.com/estamine-restaurant) donde degustar pescados y mariscos fresquísimos o gastronomía típica del Algarve. Su terraza es un lugar excepcional para contemplar el atardecer en el punto más meridional de Portugal.
OLHAO Y SU MERCADO
Próximo, muy próximo queda Olhão, la corta escapada desde Faro para ir de compras gastronómicas. Su mercado se ubica sobre la ría, ocupando dos edificios rectangulares de un llamativo color rojizo y cúpulas verdosas construidos sobre 88 estacas. Uno está dedicado en exclusiva a la venta de pescado; en el otro se sitúan los puestos de carnes y verduras. Por sus excelentes productos y por su animación, es una visita imprescindible. Para los que visitan la localidad en el mes de agosto está su famoso Festival de Marisco, durante una semana se degustan delicias del mar además de poder asistir a espectáculos musicales o mercados de artesanía.
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CUEVA DE BENAGIL, EL ALGARVE MÁS ESPECTACULAR
Son 50 minutos lo que se tarda en llegar de Faro a esta cueva monumental que la erosión del viento y las olas han modelado a su antojo a lo largo de los siglos. Es la cueva, mejor dicho, la cuevita, más espectacular del Algarve, y única, porque en su interior esconde una minúscula playa que cubre la bóveda de roca, pero abierta por un óculo que la llena de luz. Aunque algunos se atreven a llegar nadando, de la playa próxima parten las barcas que se acercan a ella. También de las de Albufeira o Portimão, mejor aún, porque durante la travesía se disfruta de la vista de la sucesión de acantilados de este tramo costero.
VILAMOURA, LA MARBELLA PORTUGUESA
Desde Faro siguiendo en dirección al cabo de San Vicente, a 25 kilómetros está Vilamoura, que es otra buena excursión para hacer en un día. La llaman la Marbella portuguesa y eso ya sirve para hacerse una idea de lo que espera en ella. No se parece a ninguna otra ciudad lusa, precisamente porque fue concebida como un exclusivo resort turístico de playa y centro de golf de élite en los años ochenta. Aquí se llegan buscando sus elegantes restaurantes, sus coctelerías a pie de playa, los yates más despampanantes atracados en su puerto deportivo y su bonita playa de arena dorada, aguas cristalinas y frías aguas. Todo lo que uno espera encontrar en un destino vacacional chic.
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EL ENCANTO DE TAVIRA
Solo media hora se tarda en llegar de Faro a esta bonita localidad costera en la desembocadura del río Gilão. Tiene un casco antiguo de callejuelas estrechas adornado de casonas señoriales e iglesias notables, como Santa Maria de Castedo o la renacentista de la Misericórdia, como merece el que es uno de los principales centros históricos del Algarve. También un castillo, un puente de origen romano y animados barrios para ir descubriendo con calma después de pasar unas horas en la extensísima playa de Ilha de Tavira. Nada menos que 11 kilómetros de arena en los que disfrutar del baño o del paseo, o mejor de ambos.
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