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Murcia es algo más que huerta y playa, también son valles y sierras, pueblos fortificados y hasta ciudades que comparten vínculos con nada menos que Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela. ¿De verdad? Sí, Caravaca de la Cruz, una pequeña y monumental ciudad que puede presumir de muchas cosas, pero, sobre todo, del privilegio de su Año Jubilar in perpetum y de una fiesta que la Unesco ha incluido en su lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Empecemos poco a poco a descubrirla.
A Caravaca la define una fuerte tradición religiosa, que tiene como origen una cruz de cuatro brazos, un lignum crucis, o lo que es lo mismo, un trozo de madera perteneciente al leño donde la tradición dice que fue crucificado Jesús. Es su símbolo y emblema, y además, le da el apellido. La reliquia medieval procedente de Jerusalén de fama milagrosa se custodia en el santuario de la Santísima y Vera Cruz, construido en el siglo XVIII dentro de los muros de la vieja fortaleza medieval. Desde entonces, toda la vida y el sentir de esta ciudad del noroeste de Murcia gira en torno a su castillo-basílica-santuario, que puedes descubrir con esta visita guiada.
El santuario lo vemos sobre lo alto de un cerro, protegido todavía por un lienzo continuo de la muralla, que llegó a contar con 14 torreones. Cuando nos situamos en él, se admira una excelente vista sobre el casco viejo, un mar de tejas de adobe adornado de palacetes, templos y casonas blasonadas.
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La visita a la basílica-santuario empieza cruzando su famosa portada de mármoles rojos y negros para luego detenerse en la capilla donde se encuentra la patrona de la ciudad, el mirador de la Reina, la torre Chacona, el Aljibe musulmán o el Museo de la Vera Cruz. Un recinto que fue primero de la Orden del Temple y luego de la de Santiago.
Luego, callejeando por su dédalo de estrechas calles medievales, o apuntándote a un tour privado como este, se van descubriendo el resto de sus monumentos: el ayuntamiento, el templete, la plaza de toros…, antes de ir a dar a la iglesia parroquial de El Salvador, una de las muestras más bellas e interesantes de la arquitectura renacentista murciana y que guarda una reliquia de San Juan Pablo II. Hay muchos otros templos: la Purísima Concepción, el convento e iglesia de San José, la de la Compañía de Jesús, el monasterio de Santa Clara, las ermitas...
CABALLOS, MOROS Y CRISTIANOS
Caravaca también es una ciudad de museos, además del mencionado de la Vera Cruz, también podemos dedicar un buen rato al Arqueológico, situado en la antigua ermita de La Soledad, que acoge muchas piezas procedentes del yacimiento íbero de La Encarnación, o al Museo de la Fiesta, que ocupa el Palacio de los Uribe. La fiesta no es otra que la de los Caballos del Vino, cuyas raíces folclóricas y ancestrales la han llevado a formar parte del Patrimonio de la Unesco. Se celebran del 1 al 5 de mayo, días de emociones en los que, una vez más, la Cruz se convierte en protagonista, junto a caballos, moros y cristianos, en una de las tradiciones más antiguas de la ciudad.
© David Moreno Hernandez / ShutterstockEl entorno de Caravaca también tiene lugares para disfrutar de la naturaleza, empezando por las Fuentes del Marqués, un paraje natural próximo en el que nace un manantial de aguas frescas y cristalinas rodeadas de plátanos, encinas, olivos y fresnos. Junto al nacimiento hay una antigua torre defensiva conocida como el Torreón de los Templarios que acoge un centro de interpretación de las serranías y tierras altas de Murcia.
© ShutterstockPOR LA VÍA VERDE DEL NOROESTE
Aprovechando el antiguo trazado ferroviario entre Murcia y Caravaca discurre la Vía Verde del Noroeste, el principal de los ocho caminos que los devotos de la Santa y Vera Cruz han seguido para llegar al santuario. Un camino de 78 kilómetros lleno de contrastes, donde muchas de sus antiguas estaciones se han recuperado como albergue.
© ShutterstockDespués de recorrer el casco antiguo o hacer la excursión, entra el hambre, así que es momento de probar los platos locales más tradicionales, principalmente las migas y arroces en todas sus variantes, estos, por supuesto, elaborados con arroz de Calasparra. El Casón de los Reyes (Ctra. de Granada, 11), Felymar Gastroteca (en la plaza de Abastos) y Dems (restaurantedems.com), cuya especialidad son las carnes a la brasa, los pescados y el marisco, son restaurantes recomendados. Platos como el cordero segureño, la tartera (carne al horno con patatas) o el empedrao (arroz con bacalao y alubias blancas) figuran en sus cartas. Y de postre, alfajores y yemas.
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EL ALOJAMIENTO
En la misma calle Mayor, por la que han paseado San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, abre sus puertas La Casa del Balcón (lacasadelbalcon.com), un edificio rehabilitado que mantiene el sabor de antaño, reconvertido en dos alojamientos para 4 plazas.
También en el casco antiguo, a pocos metros de la iglesia del Salvador, la Hospedería Rural La Vera Cruz ocupa una antigua casa nobiliaria de diseño actual. Con vistas al castillo, las agradables habitaciones del Círculo Artístico 1911 Hotel Boutique. Y rodeado de naturaleza, El Molino del río Argos, en la pedanía de Benablón.
