La Fonte Baixa es un espacio natural en constante transformación. «Es muy importante el movimiento cromático estacional, incluso el cambio que se puede observar a lo largo del día», explica Rafael Ovalle, paisajista y diseñador del mayor jardín botánico privado de Europa, aunque abierto al público, que se extiende a lo largo de 20 hectáreas, más del doble del Jardín Botánico de Madrid.
«El mar Cantábrico y la montaña tienen un papel fundamental en este entorno, hasta el punto de formar parte de él», añade sobre este tesoro botánico con influencias de la pintura impresionista ubicado sobre los acantilados que protegen las playas de Luarca. Es un jardín que provoca emociones –apunta Ovalle–, independientemente de la época de la época en que nos encontremos. Hasta el mes de abril, en la Fonte Baxa reina la camelia, donde se cuentan por decenas las variedades y que contribuyen a que Luarca sea la capital de este arbusto en Asturias.
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En los años 80, el fundador de Panrico en España, José Ribera, y su esposa, Rosa María Pardo, se encapricharon de una finca situada en El Chano, a las afueras de Luarca, en un enclave privilegiado con vistas al Cantábrico. En este lugar decidieron construir una mansión y convertir la parcela en un pequeño jardín.
Ribera y Pardo, Marqueses de San Nicolás de Noras, fueron más allá y compraron las fincas cercanas para crear un valle escalonado donde se han introducido especies de plantas traídas de los cinco continentes, además de esculturas y obras de arte de diferentes rincones del planeta. Lo que empezó como un capricho botánico pronto se convirtió en un viaje a través del mundo, exótico y sensorial, misterioso en algunos rincones e idílico en otros.
En el mayor jardín botánico privado de Europa encontramos cientos de camelias, azaleas, magnolios, rododendros, hortensias, acebos, palmeras, abedules… Aunque hay plantas de todo el mundo, la base es la flora autóctona asturiana. Pero en esta jungla multicolor también aparecen ejemplares extraordinarios, como un castaño con más de 600 años, un algarrobo de más de 1000, helechos gigantes, olivos y granados centenarios, secuoyas, cedros del Atlas y ginkgos, entre otras muchas especies traídas de muy lejos.
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CÓMO VISITAR LOS JARDINES
Por la escalera de madera situada junto al paseo marítimo de la playa Segunda de Luarca se accede a este vergel situado sobre la rasa costera. También caminando desde la pequeña población de El Chano.
Son 9 recorridos diferentes los que se despliegan por el bosque-jardín (de los Magnolios, de los Abedules, del Castaño Centenario…) para explorar a nuestro ritmo, en busca del mejor enclave para contemplar la costa occidental de Asturias o el mejor rincón para disfrutar de un pícnic.
En este oasis frondoso, además de kilómetros de paseos, hay algunos lugares mágicos que hay que descubrir, como sus estanques, la gruta, la plaza de los Marqueses de San Nicolás de Noras, una veintena de fuentes, una estatua de mármol de Carrara o miradores como el de Severo Ochoa, el de la Pirámide o el del Cantábrico, con columnas del siglo II traídas desde la Dacia (Rumanía).
Las entradas a la Fonte Baixa se adquieren a través de valdes.i2a.es y su precio es de 3 €. Al recinto se puede acceder con mascotas atadas. La visita puede realizarse por libre o de manera guiada para lo que es imprescindible hacer reserva (facebook.com/bosquejardinfontebaxa/).