Paisajes hipnóticos, volcanes imponentes, bosques bañados por cascadas, playas espléndidas, un cielo limpio lleno de estrellas y, en primavera, una explosión de colores. Por si no tuviera suficientes reclamos naturales, llega la primavera y pinta sus paisajes ofreciendo un espectáculo cromático único.
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El tajinaste es una planta curiosa, no tiene ramas, su forma es similar a la de una lanza, llega a alcanzar los 2 metros de altura y es endémica del archipiélago canario. Cuando estalla en flor, su color rosado, algo violeta, contrasta con el tono oscuro de la Caldera de Taburiente, el gran espacio protegido que ocupa el centro de esta isla designada en su totalidad Reserva Mundial de la Biosfera.
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El parque nacional es una de las mejores zonas para observar el tajinaste, donde crece junto a otras especies como codesos, brezos, fayas, credos o helechos. A pleno sol, a 2000 metros de altura, sobre las rocas volcánicas, el Echium wildpretii (su nombre científico) resiste en unas condiciones meteorológicas extremas, tanto por las distintas estaciones como en los bruscos cambios entre el día y la noche. Pero, además de color, aporta también la riqueza y el dulzor de un néctar con el que las abejas melíferas producen una miel de color muy claro, casi transparente, con matices amarillos, que, por su calidad, es un producto con denominación de origen.
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En la crestería que rodea el cerco rocoso de la caldera sobresale el Roque de los Muchachos, que, con sus 2426 metros, es el punto más alto de La Palma. Según se asciende hasta su cumbre, donde se sitúa el Observatorio, podemos observar los diferentes tipos de vegetación de la isla, desde la laurisilva, en la parte más baja, a los bosques de pino, el tagasaste o las plantas de sotobosque, en la mitad del recorrido. Una vez alcanzado el mirador lo que se aprecia es una extraordinaria vista con los tajinastes y las flores de la retama como protagonistas.
El amarillo es otro de los colores con el que se visten los paisajes isleños. Es el vibrante tono de la planta conocida como corazoncillo (Lotus hillebrandii), que crece en los pinares de El Paso, Fuencaliente y Mazo y forma una llamativa alfombra primaveral.
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El mirador Llanos del Jable, en la parte más alta del municipio de El Paso, además de un lugar especial para la observación nocturna del cielo (La Palma es Destino Starlight), lo es también para ver cómo florece una peculiar y diminuta planta que apenas levanta 4 centímetros del suelo y lo tiñe de rojo: el pico de graja, contrastando con el verde de los pinos que crecen a lo alto.