Al norte de la comarca burgalesa de Las Merindades y justo donde confluyen las tierras castellanas y vascas se alza, como un infranqueable murallón rocoso, el inconfundible perfil de la Sierra Salvada. En la plataforma caliza que culmina esta alargada formación montañosa vegeta el denso y maduro hayedo que recibe el nombre de Monte Santiago. Esta denominación es heredera del desaparecido monasterio de Santiago de Langreriz, fundado en el siglo XI por monjes benedictinos. La advocación también nos da pistas del paso por la zona de una primitiva ruta jacobea que desde Orduña enfilaba al encuentro del Camino Francés.
Así que, lo más seguro es que las primeras noticias sobre el salto del Nervión, una cascada tan espectacular que es imposible no presumir de haberla visto, las difundieran los monjes y los peregrinos que durante siglos transitaron por sus inmediaciones. En otra cueva cercana dejaron su firma los pioneros del turismo rural. Eran una decena de legionarios romanos que hace casi 1800 años andaban buscando recursos mineros por la zona. Para dejar constancia de su intrépida aventura, grabaron en las blandas paredes de la caverna unas cuantas inscripciones latinas. De la Casa del Parque parten la mayoría de las rutas señalizadas de este singular espacio natural. La más recomendable es la Ruta Circular del Paisaje.
Nada más comenzar a caminar por la pista forestal que lleva hacia el mirador del salto del Nervión, veremos los restos del mencionado monasterio. Después se interna en el corazón de un bosque rebosante de biodiversidad . Si el haya es la especie arbórea más frecuente, entre los cerca de 200 vertebrados que viven en este entorno destacan tres anfibios cada día más escasos: los tritones alpino y jaspeado y la salamandra común. También por esta aislada comarca montañosa y apenas habitada sigue estando presente el lobo ibérico. El temor que ha generado desde siempre este carnívoro es bien palpable en la restaurada lobera de Berberana que atraviesa el camino, de origen prehistórico y en uso hasta los años cincuenta del pasado siglo. De pronto, el hayedo se despeja y permite apreciar las impresionantes cresterías calizas que perfilan el anfiteatro rocoso por el que se precipita el Nervión, dando un salto de casi 250 metros de altura.
Para disfrutar de la cascada en forma de cola de caballo, el mejor lugar es el mirador que lleva el nombre del río. A partir de este punto, el recorrido continúa por un sendero marcado que discurre en paralelo a los cortados. Este permite, además de disfrutar con las extensas panorámicas del cañón del Nervión, admirar el modelado kárstico de la culminación de la Sierra Salvada. Entre los lapiaces, dolinas, sumideros y surgencias sobresalen las casi 400 cuevas y cavidades, de las mayores densidades del mundo, que han convertido a esta zona de Berberana y el valle de Losa en un queso gruyer. Una vez pasado el mirador de Esquina Rubén, el recorrido finaliza, después de seis kilómetros, en las inmediaciones de Fuente Santiago y la Casa del Parque.
No dejes de...
Visitar las otras Cascadas de la Sierra Salvada. Desde el puerto de Angulo, entrada al valle de Mena, parte un sendero fácil y señalizado que, tras unos 200 metros de longitud, se asoma al espectacular anfiteatro calizo por el que se precipita la cascada de San Miguel. Un par de kilómetros más abajo, las aguas del ahora río San Miguel caen protegidas por un frondoso bosque mixto en la cascada de Peñaladros, a la que se accede desde la cercana aldea de Cozuela.
Guía práctica
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