Pudiera parecer una exageración, pero lo mejor es que no lo es. El pueblo de Siurana parece sacado de un capítulo de Juego de tronos. A una hora de la ciudad de Tarragona, entre la sierra del Montsant y las montañas de Prades, y a 15 minutos en coche desde Cornudella de Montsant, municipio al que pertenece, Siurana fue el último reducto de la resistencia sarracena en Cataluña. Hoy, el empedrado de sus retorcidas callejas empedradas decoradas con macetas de vivos colores y los muros de las casonas medievales en las que apenas vive una veintena de almas, susurran la historia pasada.
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EL MIRADOR MÁS ESPECTACULAR DE SIURANA
Todos los caminos van a parar al Salto de la Reina Mora, un lugar con tintes legendarios donde se encontraba la fortaleza, convertido en el mirador más espectacular de Siurana. Cuentan las crónicas que, en 1153, los ejércitos cristianos sitiaron la que era residencia del walí o gobernador del enclave y de su hermosa hija Abdelazia. Ante la inminente conquista del ejército cristiano, esta prefirió saltar al vacío montada en su caballo blanco desde lo alto del peñasco antes de verse sometida.
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EL CAMINO DE LA TRONA
Lo ideal es dejar el vehículo en el aparcamiento situado junto a las ruinas del castillo sarraceno. Junto ella nace el camino de la Trona, que pasa en un primer tramo por un antiguo camino de herradura. No habrá que apelar demasiado a la imaginación para observar la marca en la roca de lo que bien podría ser la herradura del caballo, grabada a fuego en la piedra. Las vistas que regala de las cimas de las montañas de Prades y del pantano de Siurana al fondo del abismo son sobrecogedoras.
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UN PASEO POR SUS CALLES
Pero los tesoros medievales de Siurana no acaban ahí. Vagar sin rumbo por sus silenciosas calles y sus rincones perfumados de macetas de geranios, es un placer de otro tiempo, sobre todo por la calle Mayor, que desemboca en la iglesia románica de Santa María, construida tras la llegada de las tropas del rey Ramón Berenguer IV. Situada en medio del pueblo, con una nave única y ábside semicircular, su excelente conservación permite apreciar el excelente trabajo de los canteros medievales en el tímpano de su portada, con tres arquivoltas y columnas con capiteles.
Aunque para rememorar el pasado sarraceno de la localidad e imaginar a la bella Abdelazia caminando entre sus almenas, lo mejor es descubrir los restos del castillo árabe, construido en el siglo IX, recordando los versos que escribiera el poeta Josep Carner para homenajear la belleza del pueblo y recordar a la indómita morisca: «Desde Siurana se ven soledades; ella es una impasible soberana». Desde la oficina de turismo se pueden contratar visitas guiadas, incluso las hay teatralizadas.
EL PANTANO DE SIURANA
Además de una bonita localidad, Siurana posee en un entorno magnífico con un pantano donde se pueden hacer actividades náuticas como piragüismo, kayak o alquiler de embarcaciones gracias a sus aguas tranquilas. Hay varias empresas en la zona con las que hacer estas actividades: turismesiurana.org/es/empresas-de-actividades/canoa-kayac-siurana. En el verano hay que aprovechar para darse un baño, existen zonas de playa habilitadas.
POZAS DE LA FEBRÓ: UNA JOYA NATURAL
Además del embalse de Siurana, otra de las joyas naturales cercanas a la localidad son estas famosas pozas (gorgs), colofón de una ruta senderista de 10 kilómetros de dificultad baja y perfectas para disfrutar en verano.
LA CARTUJA DE ESCALADEI
Muchas otras rutas discurren por el Parque Natural de la Sierra de Montsant, uno de los enclaves naturales más espectaculares de Cataluña, como la que lleva a Escaladei, el primer monasterio de la orden cartuja de la península ibérica, construido en el siglo XII para repoblar la tierra tras la Reconquista. Fueron ellos los que introdujeron el cultivo de la vid en el Priorat y levantaron esta auténtica maravilla de piedra.
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DE BODEGAS POR EL PRIORAT
Hablando de vino, en la pequeña población a la que pertenece Siurana, Cornudella de Montsant, y con los riscos de la Gritella como testigo, también podemos conocer su Celler Corporativo (cellercornudella.cat), una de las célebres «catedrales del vino» modernistas del Priorat, que fue construida en 1919 por el arquitecto César Martinell, discípulo del genial Antoni Gaudí.
Como complemento a la ruta, también están las bodegas del pueblecito de Gratallops, rodeado de un océano de viñedos, y, a media hora, Falset, la capital de la comarca, con joyas como la Cooperativa Agrícola Falset-Marçà o el antiguo castillo de los Condes de Prades, hoy convertido en museo dedicado a la cultura vinícola de la zona.
TODO LO QUE NECESITAS SABER PARA VISITAR SIURANA
DÓNDE DORMIR
En Cornudella de Monsant, El Palauet del Priorat (elpalauetdelpriorat.com) es un alojamiento inmejorable para saborear la tranquilidad. A un paso de la Cartuja de Escaladei, en el Parque Natural del Montsant, está el exclusivo Terra Dominicata (terradominicata.com), con sus habitaciones, todas distintas, distribuidas en dos edificios históricos de confortable interiorismo. Y en Torroja del Priorat, Cal Compte (calcompte.com), una casa del siglo XVIII es ideal para disfrutar de una estancia confortable en familia o con amigos.
CÓMO DISFRUTAR A LA MESA
El mejor restaurante entre las viñas del Priorat se encuentra a un paso de los riscos de Siurana, Quatre Molins (quatremolins.com), en Cornudella de Monsant, un templo ineludible para los gourmets. Cocina creativa anclada al terruño, con joyas como su clásica butifarra de vino tinto o la anguila guisada, en Els Brots (brotsrestaurante.com), en Poboleda. Y referencia también Alma Mater (almamaterpriorat.com), el restaurante del hotel Terra Dominicata. Su ubicación entre los olivos y viñas de los monjes que crearon la cartuja de Escaladei es, más que fruto del azar, una declaración de intenciones gastronómica. Su carta, bajo la batuta del chef Mattia Turchet, es una aproximación al paisaje del Priorat.