Los casi dos kilómetros de lecho de rampas tobáceas por las que se deslizan las aguas del río Cabriel entre Víllora y Enguídanos han tardado 120.000 años en formarse. El agua fue horadando las entrañas de la roca calcárea hasta que esta se desplomó y creó el cañón que ahora vemos, dejando al río encajonado. Después vino la parte “artística”, la formación de las tobas calcáreas, un proceso en el que el agua se convierte en piedra. Eso es lo que uno tiene delante cuando visita las Chorreras del Cabriel. No son tantos los lugares en los que se produce un fenómeno así, por lo que la relevancia de este paraje está fuera de toda duda, pero, además, resulta que estas son tobas activas, es decir, que continúan creando constantemente nuevos relieves. Por todo eso, las Chorreras son Lugar de Interés Geológico y Monumento Natural.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
También están dentro del área de Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel, una figura de protección concedida por la Unesco en 2019 a todo el valle de este río y que engloba los 220 kilómetros por los que discurre, atravesando las provincias de Teruel, Cuenca, Albacete y Valencia, antes de desembocar en el Júcar.Todos estos reconocimientos y protecciones abruman casi tanto como el paisaje en sí. Las Chorreras no son una piscina ni un parque acuático, por mucho que el agua brillante de sus cascadas y sus pozas de color turquesa nos hipnoticen, así que la mejor manera (y más respetuosa) de acercarse a ellas es acompañados de un guía naturalista especializado. El sendero de pequeño recorrido PR CU-53 que parte desde Enguídanos y sigue el tramo del río a lo largo de las dos riberas es un itinerario de dificultad media, con algunos puntos de más de 100 metros de desnivel.
Lo más espectacular son las cascadas y formaciones geológicas, pero este entorno destaca también por su diversidad biológica, tanto de ecosistemas como de especies. Tras la fantasía pétrea de las Chorreras, el Cabriel continúa su camino hacia el sur, en dirección a Minglanilla, donde el hombre lo ha frenado para crear el embalse de Contreras. La A-3 se eleva por encima del agua y los farallones de roca propiciando una vista espectacular. En este punto comienza la segunda parte de nuestro recorrido. Hay que dejar la autovía y bajar por una serpenteante carretera que lleva hasta la antigua Venta de Contreras. Desde esta parte un sendero que corre junto a la margen derecha del río, la castellano-manchega, y conduce hasta otra de las formaciones más asombrosas del cauce: los Cuchillos de Contreras.
Para llegar hasta aquí nos iremos adentrando en el cañón, que se hace cada vez más angosto, y el río, más estrecho e indómito. El camino lleva a través de un bosque de pinos donde crecen también carrascas, madroños y brezos y hay cultivos. Las paredes verticales del desfiladero anuncian a los Cuchillos. Es difícil apartar la vista de estas formaciones rocosas, y eso hará que descubramos a los buitres leonados planeando sobre la cima. La excursión finaliza tras cruzar un túnel excavado en la roca y junto a un antiguo puente de hierro. El camino sigue, eso sí, aunque más estrecho y dificultoso. Comienza a partir de aquí el tramo propiamente de hoces, restringido al público por la protección de las especies de aves que las habitan. Las mejores vistas de los meandros y los cañones se tienen, esta vez, desde la parte valenciana, donde el valle ostenta la categoría de parque natural. Más allá el río reserva aún otra sorpresa: un paisaje impresionante de cárcavas y valles abiertos que poco tienen que ver con el resto del recorrido.
No dejes de...
Visitar los pueblos cercanos. En las localidades del lado castellano-manchego que rodean la Reserva de la Biosfera del Cabriel esperan sorpresas como el santuario de la Consolación (en la imagen) o el Museo Arqueológico de Iniesta; la Casa Museo del Administrador de la Mina de Sal, en Minglanilla; la Cueva de los Ángeles, en Villamalea; y la oferta enoturística y gastronómica de Casas Ibáñez, donde visitar bodegas y viñedos de La Manchuela.
Guía práctica
Guía práctica