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Ruta sin prisas por Cuenca con descubrimientos que no esperabas

Alfares tradicionales que ya alababa el mismísimo Picasso, dinosaurios con nombre propio, castillos de película y hasta el Escorial de La Mancha se van descubriendo en un viaje por la provincia conquense.


Actualizado 14 de marzo de 2022 - 11:38 CET

Iniciamos la ruta por tierras conquenses en la capital, que si bien es famosa por sus Casas Colgadas, el Museo de Arte Abstracto Español o su catedral asomada a la hoz del Huécar, ofrece muchos más alicientes para una visita sosegada. El último de ellos, abierto el pasado febrero, es el Alfar de Pedro Mercedes (pedromercedes.com/el-alfar), dedicado al maestro que entendió que la alfarería podía convertirse en arte elaborando piezas únicas con formas y decoraciones nunca vistas antes. El propio Pablo Picasso llegó a confesar que «el duende había tocado al alfarero de Cuenca», y ahora se puede comprobar visitando este taller con 8 siglos de tradición artesanal. En el nuevo centro cultural, ubicado en el número 22 de la avenida de los Alfares, también hay un espacio expositivo y un taller multidisciplinar donde se organizan charlas, presentaciones y cursos.

Panorámica de la ciudad de Cuenca y las hoces al atardecer© Shutterstock
Panorámica de la ciudad de Cuenca al atardecer asomada a las hoces del Huécar y el Júcar.

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DINOSAURIOS Y EL «SEGUNDO BANCO MÁS BONITO DEL MUNDO»

Un tour ideal para las familias con niños es el del Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha (mupaclm.es), instalado en un espectacular edificio fuera del casco viejo, que permite recorrer de forma didáctica y divertida la «tierra de los dinosaurios» a través de los restos de los yacimientos de Las Hoyas y Lo Hueco. En él se ven ejemplares tan curiosos como un Saurópodo Titanosaurio, un herbívoro de más de 12 metros de longitud que vivió en el Cretácico superior; o un Concavenator Corcovatus conocido como Pepito, carnívoro y que vivió hace aproximadamente 125 millones de años. En los jardines del museo hay varias reproducciones de estos animales extinguidos a escala real y también el que, modestamente, dicen es «el segundo más bonito del mundo», que regala una vista poco conocida de Cuenca y recuerda a una ciudad de la Toscana, presidida por la Torre de Mangana y los rascacielos del barrio de San Martín, levantados en el siglo XV.

 Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha© Shutterstock
El Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha permite recorrer de forma didáctica la era de los dinosaurios. Una visita ideal para hacer en familia.

UNA PLAYA ARTIFICIAL EN EL JÚCAR

Cuenca es un original centro de deportes outdoor, porque a solo 10 minutos de la ciudad vieja se pueden practicar todo tipo de deportes en plena naturaleza: escalada, senderismo, BTT, piragüismo... Por los cursos de los ríos Huécar y Júcar discurren una amplia red de senderos para caminar e incluso una playa artificial a 2 kilómetros del puente de San Antón para darse un baño. Próximamente también se podrá disfrutar de piscina y restaurante.

Hoz del Júcar en Cuenca© Shutterstock
Los cursos de los ríos Huécar y Júcar son escenarios naturales perfectos para la práctica de deportes en la naturaleza como senderismo, piragüismo o escalada.

LA LAGUNA DE UÑA

Siguiendo la carretera a la playa de Cuenca se alcanza, 25 kilómetros después, la Ciudad Encantada, tan famosa en la Serranía de Cuenca como el nacimiento del río Cuervo. Menos conocida es la laguna de Uña y sus alrededores. Uno de los rincones más bellos de esta serranía, a 1150 metros de altitud, muy rico en fauna y flora y con hoces y gargantas espectaculares. Alrededor de la laguna discurre una senda de 3,5 kilómetros.

Laguna de Uña en Cuenca© Shutterstock
La laguna de Uña, un espacio natual no tan conocido de Cuenca y uno de los lugares más bellos de la serranía.

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EL MESÓN-MUSEO DE BUENACHE DE LA SIERRA

Sin abandonar la Serranía de Cuenca es posible disfrutar de una original experiencia gastronómica y cultural en Buenache de la Sierra. En este pueblo abre el Mesón Las Pedrizas (mesonlaspedrizas.com), donde su propietario, Fernando Buenache, combina la oferta culinaria con un curioso museo paleo-artístico en la planta superior del local. Sus creaciones artísticas están elaboradas con metales, cuerdas, piedras, maderas, hierros, objetos reciclados y todo tipo de materiales insospechados. A la hora de comer hay que probar sus pimientos asados, los huevos rotos con patatas y los zarajos de cordero.

BELMONTE, UN CASTILLO DE CINE

De regreso a Cuenca se toma la N-420 en dirección a Mota del Cuervo para descubrir el castillo de Belmonte, una de las fortalezas más espectaculares de la región (castillodebelmonte.com). El patio de armas, los artesonados mudéjares y los relieves góticos asombran en su interior; en el exterior, sus murallas dotadas de barbacanas, saeteras y parapetos. Todo un complejo que ha sido utilizado como set de rodaje en películas tan famosas como El Cid, Fuenteovejuna o Juana La Loca. La visita al castillo permite conocer, por un lado, cómo era la vida en un castillo medieval y algunos episodios históricos, además de descubrir la vida de la emperatriz Eugenia de Montijo, figura clave en la historia de este castillo que ordenó su restauración a mediados del siglo XIX.

Castillo de Belmonte, Cuenca© Shutterstock
El castillo de Belmonte es una de las fortalezas más espectaculares de Castilla-La Mancha.

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EL ESCORIAL DE LA MANCHA

A 56 kilómetros de Belmonte y rodeado de un paisaje de pequeños cerros y mesetas, Uclés es una población típicamente castellana con un monasterio monumental de larga historia. Fue en sus orígenes un antiguo castro celtibérico, después una alcazaba árabe, tras la Reconquista se convirtió en la sede de la Orden de Santiago, luego convento, cárcel y hasta seminario. Hoy el complejo amurallado que recuerda al monasterio de El Escorial sigue impactando por su silencio –a pesar de que se ha abierto a albergar exposiciones, conciertos y conferencias–, pero también por su imponente portada principal y el artesonado del refectorio. Junto al monasterio está el castillo, del que solo quedan en pie tres torres, las del Póntido, Palomar y Albarrana.

Monasterio de Uclés, en Cuenca, conocido como El Escorial de La Mancha© Shutterstock
Monasterio de Uclés, conocido como El Escorial manchego, un complejo amurallado que recuerda al famoso monasterio de la sierra madrileña.

TEATROS Y CIRCOS ROMANOS

Una calzada romana, de la que todavía quedan restos, unía Uclés con la vecina ciudad de Segóbriga, hoy un parque arqueológico situado en el término municipal de Saelices. Su visita descubre el rico legado del viejo imperio: el acueducto, las necrópolis, un teatro con más de 2000 localidades, la muralla y puerta principal, el criptopórtico del foro, las termas, la basílica, el foro, el aula basilical, la acrópolis, el anfiteatro, el circo para las cuadrigas, la basílica visigoda… Una ciudad situada en una estratégica ubicación y conectada con Emerita Augusta (Mérida) y Cartago Nova (Cartagena).

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ALOJAMIENTOS CON ENCANTO

El Parador de Cuenca (parador.es) ocupa un antiguo convento en un envidiable emplazamiento, en la misma hoz del Huécar y frente a las Casas Colgadas. La Posada San José (posadasanjose.com) es un hotel con encanto en un edificio de 1621 que fue sede del colegio de los niños cantores de la catedral. En Belmonte abre sus puertas El Bálsamo (casaelbalsamo.com), un hotel boutique emplazado en una casa solariega del siglo XVI que conserva rehabilitadas sus cuevas centenarias excavadas en la roca. Una de ellas es una piscina climatizada.

PARADAS PARA COMER

En Cuenca, Romera Bistró (Tintes, 19), cocina divertida dirigida por el chef Juan Pedro Romera Martos. Recreo Peral (recreoperal.es) propone un menú gastronómico por 25 € a la orilla del río Júcar. En Saelices, el restaurante Las Termas de Segóbriga (Av. Castilla-La Mancha, 11 ) está especializado en cocina tradicional y platos típicos de la comarca, entre los que destacan las tostadas con anchoas, las cocochas y el magret de pato.

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