Arenas de San Pedro es la capital del valle del Tiétar y el corazón de la que llaman la «Andalucía abulense», pero también buen lugar para comenzar la ruta que discurre por el barranco de las Cinco Villas. Posee un entorno natural espectacular, a los pies de la sierra de Gredos, perfecto para mil excursiones, y además tiene historia para aburrir, un puñado de joyas arquitectónicas y se come muy bien. No se puede pedir más.
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¿QUÉ VER EN ARENAS?
Todo en Arenas de San Pedro gira alrededor del evocador castillo de la Triste Condesa, que así se quedó doña Juana de Pimentel cuando decapitaron a su marido, el gran condestable de Castilla don Álvaro de Luna. Conserva sus torreones circulares y almenados, la torre del homenaje convertida en museo, bellos ventanales góticos y mudéjares y un patio de armas que ahora es un escenario que se utiliza para actuaciones culturales y festivas. Se pueden visitar algunas de estancias y recorrer su adarve (tel. 920 37 02 45 y 673 12 07 14).
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La otra joya arquitectónica de la localidad es el palacio de don Luis de Borbón y Farnesio, que Ventura Rodríguez, el gran arquitecto de Carlos III, proyectó a las afueras de la villa. El infante ilustrado consiguió hacer venir a Francisco de Goya a este rinconcito de Ávila dos veranos consecutivos para retratar a los miembros de su familia en un cuadro de grandes proporciones. Otra historia cuenta que en el palacio también residió el compositor Luigi Boccherini, al frente durante nueve años de su orquesta de cámara. Abre solo cuando acoge en su interior exposiciones. El resto del año, solo se pueden visitar los jardines.
El pueblo tiene otros rincones para entretenerse: iglesias, ermitas, un puente medieval, el santuario de San Pedro de Alcántara –el santo que junto a Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz forman el gran triángulo místico abulense–, una naturaleza única, con múltiples torrentes de agua, cuevas y piscinas naturales que en verano alivian los calores.
Muy próximas a Arenas, a solo 9 kilómetros, están las Cuevas del Águila (cuevasdelaguila.com), una maravilla de la naturaleza subterránea, descubierta fruto de la casualidad. Se le calculan un millón de años y hoy es un muestrario de estalactitas, estalagmitas, coladas, columnas de roca caliza de diversos colores y tamaños, excéntricas o incluso leche de luna, una curiosa sustancia blanca. El recorrido por su interior, de 1000 metros, desciende por un camino pavimentado, salvando los desniveles con escaleras, y va desvelando un mundo oculto bajo el conocido como cerro del Águila. También queda cerca de Arenas de San Pedro el pintoresco pueblo de Guisando, recorrido por las aguas cantarinas del arroyo que lo cruza y del que Cela llegó a decir que era «quizás el pueblecito de más bellas vistas de toda España».
MOMBELTRÁN, LA PRIMERA PARADA
Desde Arenas, por la N-502, se alcanza el barranco en el que toman asiento las Cinco Villas: Mombeltrán, que hace de capital, y luego Santa Cruz, San Esteban, Villarejo y Cuevas, todas con el apellido del Valle. Desde lejos, se intuye el empaque de la primera, nada más ver la impresionante silueta de su castillo del siglo XV sobre un cerro en plena sierra de Gredos, hoy propiedad de los Duques de Alburquerque. Es privado, pero se puede concertar visitar en el tel. 659 27 24 08. También lo delatan la iglesia gótica de San Juan Bautista y las numerosas casas blasonadas en torno a la plaza mayor, o de la Corredera, a la que asoma la fachada plateresca del antiguo Hospital de San Andrés.
SANTA CRUZ DEL VALLE
Vista ya Mombeltrán, el garbeo por el barranco lleva a Santa Cruz, el pueblo más al sur y el que ofrece las mejores vistas. El paseo por su laberíntico entramado urbano es de lo más entretenido, porque sus casas, fuentes, pasadizos y rincones se adaptan a la empinada pendiente. Hay que fijarse en el rollo jurisdicional y prestar atención a la iglesia y las pinturas murales que reproducen importantes cuadros y lucen un buen número de fachadas. Aquí La muchacha en la ventana de Dalí, allá El Guernica de Picasso, La Vendimia de Goya...
SAN ESTEBAN DEL VALLE
A menos de 4 kilómetros de Santa Cruz, las calles de San Esteban también son empinadas y además estrechas. Aquí nació el mártir San Pedro Bautista, y fue el primer municipio de los cinco en conseguir el título de villa por privilegio real.
VILLAREJO DEL VALLE
Entre bancales de olivos y pinares aparece en el barranco Villarejo del Valle, con buenos ejemplos de casonas blasonadas en las calles Mayor, de la Estrella y San Bartolomé, su iglesia de estilo gótico isabelino, varias ermitas y un maravilloso entorno natural. Como telón de fondo, el pico Torozo, eterno vigía desde lo alto del barranco.
CUEVAS DEL VALLE
Enlazando ya con la N-502, eje vertebrador del barranco, se llega a Cuevas del Valle, el pueblecito más alto y encajonado, haciendo honor a su nombre. Entretenido es el paseo por sus calles de rica arquitectura popular, pero también por la calzada romana que pisan desde mucho tiempo atrás pastores y ganado, pues este paso natural entre Castilla y Extremadura es ruta de la trashumancia entre ambas regiones.
EL PUERTO DEL PICO
Desde Cuevas hasta el puerto del Pico –donde mejor se admira la calzada romana–, restan solo 8 kilómetros, pero no son cualquier cosa: 500 metros de desnivel hasta llegar a los 1350 m. de altitud y dos curvas muy pronunciadas que hay que superar. Una vez arriba, la vista se desploma sobre el barranco para ofrecer la mejor panorámica de este y de las montañas de Gredos. Ávila queda a 72 kilómetros de distancia.
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¿Y SI LA RUTA LA HACEMOS A PIE?
El recorrido por las Cinco Villas a pie sigue el sendero PR-AV-49, circular y señalizado con marcas blancas y amarillas, y tiene salida y fin en cualquiera de los pueblos. En total son 17 kilómetros, 5 horas y dificultad baja.
ALOJAMIENTOS
En Arenas de San Pedro, en la Posada de la Triste Condesa, de ambiente exquisito, con un encantador patio interior, techos altos con vigas de madera vista y muebles restaurados. En la misma localidad, La Ermita de los Llanos (laermitadelosllanos.com) es un pequeño hotel rural que ofrece varios alojamientos independientes con una cuidada decoración clásica distribuidos por el jardín. Cuenta con restaurante y una terraza de verano en una antigua capilla románica. El Molino del Cubo, en San Esteban del Valle, es una posada con sus habitaciones repartidas entre varios edificios de una gran finca con un antiguo molino restaurado, jardines, huerto y cascadas junto a la garganta Juarina. También cuenta con restaurante de especialidades de la zona.
PARA COMER
Platos clásicos y caseros, en El Marquesito, en Arenas de San Pedro. En Cuevas del Valle está El Rinconcito de Gredos (restaurante.rinconcitodegredos.es), especializado en carnes a la brasa y productos de la tierra. También es hotel rural. Cocina tradicional con vistas a la sierra de Gredos, en La Parada del Arriero (laparadadelarriero.es), junto al puerto del Pico, dentro del término municipal de Villarejo del Valle.