El cañón de los almadenes es el tramo más abrupto del río Segura, que, tras dejar atrás los relieves de las serranías albaceteñas, donde nace, se convierte en un dócil cauce de llanura poco acostumbrado a los sobresaltos. Pero, de repente, entre los términos municipales de Calasparra y Cieza, aparece este cañón por el que el río se cuela entre remolinos y rápidos, en un tardío intento de emular a su pasado en la montaña. Tan encañonado baja el Segura por la garganta que solo se puede visitar a bordo de unas embarcaciones neumáticas. La travesía nos permite disfrutar de una insólita y desconocida vista del río, en un tramo cubierto por vegetación autóctona y con abundante caudal, gracias a los aportes del trasvase del Tajo. En otros tiempos, las orillas del Segura estuvieron flanqueadas por densos bosques de ribera en los que crecían álamos, chopos negros y blancos, sauces, adelfas, tarays, zarzas y cañaverales. El cañón de los Almadenes es uno de los pocos lugares donde se conserva esta cubierta vegetal original. Entre ella viven aún las últimas nutrias del Segura, además de una especie de tortuga, el pequeño galápago leproso y siete especies de quirópteros. Por los cielos es fácil ver a la garza real, al martín pescador y multitud de ruiseñores, lavanderas y oropéndolas. Un festín de sensaciones desconocido incluso por los mismos murcianos.
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Los paseos empiezan en un embarcadero conocido como el Viso, entre los arrozales de Calasparra, y se prolongan hasta la presa de la Mulata. La zona encañonada tiene cinco kilómetros de longitud y 150 metros de profundidad. La navegación es muy placentera y permite descubrir desde dentro cómo fue el río, con su flora y fauna originales. La aventura se puede hacer en grupo en balsas neumáticas o en kayaks individuales. Punto destacado del recorrido es la Cueva de los Monigotes, un gran abrigo de roca junto al río donde se han catalogado unas pinturas rupestres del arte levantino esquemático, declaradas Patrimonio de la Humanidad y que representan animales, figuras humanas y escenas agrícolas.
Como complemento a la actividad, las mismas empresas que organizan la expedición fluvial ofrecen visitas a la Cueva del Puerto, un gran complejo de salas y galerías donde el agua creó curiosas formas de calcita. El descenso de los Almadenes es buena excusa también para visitar las dos localidades cercanas. Cieza, la más grande de la comarca, se levanta junto al río Segura y al pie de dos grandes monolitos de roca. En el más pequeño de estos se encuentran el castillo y el santuario de la Virgen del Buen Suceso, y, a sus pies, las ruinas de la ciudad musulmana de Medina Siyasa. Calasparra, además de por su famoso arroz bomba, la primera DO de España, es conocida por el santuario de la Virgen de la Esperanza, por algunas casas señoriales tradicionales del casco antiguo y por un acueducto romano, aún en uso.
No dejes de...
Acercarte a conocer Medina Siyasa. En esta ciudad enclavada en lo que hoy es el cerro del castillo de Cieza quedó reflejada la expansión de la sociedad hispano-musulmana a partir del siglo XI en el valle del Segura. La casa solariega de los Mateos, convertida en museo, alberga parte de los hallazgos del yacimiento. Siyasa llegó a contar con 750 viviendas, una compleja red de alcantarillado y suministro de agua y ricas decoraciones.
Guía práctica
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