Los lugares más maravillosos del mundo en versión española

¿EL PARQUE NACIONAL DE LAS SECUOYAS DE EEUU? NO, EL BOSQUE DE CABEZÓN DE LA SAL

En Sierra Nevada, al este de California, está el mayor bosque de secuoyas del mundo (izquierda), entre las que sobresale un ejemplar con nombre propio, General Sherman, que con sus 84 metros de alto y 11 de diámetro, es el más alto del planeta. El bosque de Cabezón de la Sal, en Cantabria, se extiende por 2,5 hectáreas y sus árboles llegan a alcanzar hasta 40 metros de altura. Pero no deja de ser una singularidad, porque esta especie apenas se encuentra fuera de Estados Unidos.

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¿ACANTILADOS DE TIZA DE SOUTH DOWN? NO, LA PLAYA DE SAKONETA EN DEBA

Al sur de Inglaterra, el Parque Nacional de South Downs es famoso por sus vertiginosos acantilados blancos, de icónica potencia visual y recorridos por interminables senderos que permiten disfrutar del mar y la naturaleza. Muy similares son los que se suceden en la costa occidental guipuzcoana, entre Deba y Zumaia. Soberbios acantilados que parecen de tiza y dibujan un litoral vertical para caminar por sus alturas, mientras se van descubriendo playas tan salvajes como la de Sakoneta y nítidos estratos en la roca que son como un libro de geología. Estamos en uno de los tramos más espectaculares de la ruta del Flysh.

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¿EL DESFILADERO DE PETRA? NO, EL BARRANCO DE LAS VACAS CANARIO

Gran Canaria tiene una versión del famoso desfiladero del Siq, la entrada a la vieja ciudad nabatea de Petra, en Jordania (izquierda), pero en tamaño reducido y sin fachada del Tesoro. Un singular lugar modelado desde hace miles de años por la fuerza del agua que ha dado forma al espectacular barranco de las Vacas, en Agüimes. Por sus sinuosas formaciones rocosas, llamadas tobas de colores, y su sugerente juego de luces y sombras, esta oquedad es toda una atracción para viajeros curiosos.

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¿CAMPOS DE LAVANDA DE LA PROVENZA? NO, BRIHUEGA

Cuando llega el mes de julio y los campos de lavanda se tiñen de morado, el colorido paisaje de los campos de Brihuega ¡recuerdan tanto a los de la Provenza francesa! (izquierda). Un espectáculo sensorial que nada tiene que enviar a los de nuestros vecinos y que en esta localidad de Guadalajara se celebra, incluso, con el Festival de la Lavanda (festivaldelalavanda.com), con conciertos en los campos floridos al atardecer, cenas bajo las estrellas y visitas guiadas.

¿PLAYAS DE CERDEÑA? NO, MENORCA

Por su arena blanca y sus aguas de color turquesa, de fama mundial son las playas de la afamada Costa Esmeralda y del archipiélago de la Madalena, en Cerdeña, la isla más chic del Mediterráneo (izquierda). Nada que envidiar a las de Menorca, la isla más salvaje de las Baleares, que en sus más de 200 kilómetros de litoral ofrece un repertorio para todos los gustos y con todas las gradaciones del azul. Cala Morell, Cala Pregonda, Macarella y Macarelleta son todo un prodigio de exotismo.

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¿EL GRAN CAÑÓN DEL COLORADO? NO, EL DESIERTO DE GORAFE

No es Patrimonio de la Humanidad ni tiene una pasarela suspendida sobre sus gargantas cobrizas horadadas en la roca por el río Colorado, pero a imagen y semejanza de este icónico paisaje de la costa Oeste de Estados Unidos (izquierda), Granada tiene un pequeño Gran Cañón y pocos lo saben. Una impresionante área semidesértica formada por la erosión del agua, que ha creado un paisaje de ramblas, cañones y cárcavas entre los municipios de Gorafe y Villanueva de las Torres, lindando con el embalse de Negratín y cambiante con la luz del día. Hay que recorrerlo en todoterreno, porque se extiende a lo largo de 1400 km2, y mirar al cielo, porque posee uno de los más limpios de España, con certificación Starlight.

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¿EL SALAR DE UYUNI?, NO, LA LAGUNA SALADA DE TORREVIEJA

En el altiplano boliviano, a unos 200 kilómetros de la ciudad de Potosí, el Salar de Uyuni (izquierda) presume de ser el desierto de sal más extenso y más alto del planeta, a 3600 metros por encima del nivel del mar. Durante la época de lluvias, las aguas que cubren su corteza blanca se convierten en un inmenso espejo de inquietante belleza, que impide distinguir dónde acaba la tierra y comienza el cielo. Las salinas de La Mata-Torrevieja, en Alicante se extienden por una superficie de 2100 hectáreas (más de 2000 campos de fútbol), son las más grandes de Europa y de ellas se extrae sal desde época romana, que se acumula en enormes montañas rodeadas de aguas púrpuras.

¿EL ZOCO DE MARRAKECH? NO, LA ALCAICERÍA DE GRANADA

No es posible visitar Marrakech sin perderse por sus zocos (izquierda), el lugar donde lanzarse al regateo de alfombras, cuero, joyas, lámparas y los mil y un objetos en sus puestos y reside la esencia de la ciudad. Perderse por las calles del barrio granadino de la Alcaicería, en torno a la catedral, es como hacerlo por esta ciudad de Marruecos. No en vano, fue el antiguo zoco en tiempos de los árabes y en él también podemos encontrar desde artesanía a todo tipo de especias.

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¿POSITANO? NO, LASTRES

La Costa Amalfitana tiene mil postales, pero una imprescindible es la del fotogénico pueblo de Positano (izquierda), con su empinado caserío de color pastel colgado sobre el acantilado, algunas convertidas en mansiones y hoteles de lujo. En Asturias, Lastres también es un pueblo de postal, una preciosa villa marinera con sus casitas apiñadas que parecen disputarse la mejor imagen del Cantábrico

¿EL SALTO DEL ÁNGEL? NO, EL SALTO DEL NERVIÓN

No llega a sus dimensiones, porque el Salto del Ángel, con casi un kilómetro de caída libre, es la cascada más alta del mundo, un atronador torrente que se desploma en el Parque Nacional de Canaima, la descomunal porción de naturaleza venezolana declarada Patrimonio de la Humanidad. Pero el salto del Nervión se parece mucho a él y deja atónito a quien contempla esta estruendosa cascada en el límite entre Burgos y Álava. Es la más alta de Europa, con más de 300 metros de altura, donde las aguas de los arroyos Ajiturri, Iturrigutxi y Urita se precipitan desde un anfiteatro rocoso sobre un abismal cañón.

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¿VENECIA? NO, PUERTO DE MOGÁN

En el mundo hay muchos lugares que recuerdan a la ciudad italiana (izquierda), pero en España no íbamos a ser menos. Es Mogán, un pintoresco puerto al sur de la isla de Gran Canaria de esencia marinera al que se conoce como Pequeña Venecia por los canales que lo atraviesan y conducen al mar, sus puentes, sus barcas meciéndose en las dársenas y las casas asomadas a ellos.

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