Para empezar por todo lo alto, nunca mejor dicho, elegimos para nuestra estancia el Sport Hotel Hermitage & Spa, un alojamiento ubicado en plena naturaleza, a 1850 metros de altitud. Situado en Soldeu, en él el concepto lujo adquiere una nueva dimensión. Es el único cinco estrellas de Andorra situado a pie de pistas de la estación de esquí Grandvalira y cuenta con una vanguardista decoración rústica de alta montaña,135 deliciosas suites y rincones de cálida atmósfera, como el Glassbar 1850, desde el que contemplar las montañas mientras tomamos un cóctel. Lo que se conoce como un hotel-destino.
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Tras un desayuno de película, de esos que solo se ven en Aspen o en Zermatt, esperan las pistas de Grandvalira (grandvalira.com), la estación más grande del sur de Europa, con 139 pistas y un total de 210 kilómetros esquiables. Además de jornadas de esquí y snow, podemos apuntarnos a otras experiencias únicas, como una excursión con raquetas de nieve por las zonas más salvajes del dominio, una emocionante travesía de mushing con trineos tirados por perros entre senderos forestales nevados o una trepidante ruta en moto de nieve de día o de noche, para disfrutar del cielo estrellado.
Tras una jornada intensa, las últimas horas del día las pasamos en un lugar icónico, el nuevo L’Abarset (abarset.com), un clásico moderno que, tras su remozado renacimiento arquitectónico –el espectacular edificio sostenible y acristalado es la joya de las instagramers– es el mejor après-ski de los Pirineos. Situado a un paso del telecabina de El Tarter, las energías se recuperan en su terraza junto al fuego, disfrutando de su propuesta bistronómica y saboreando las propuestas musicales en directo de los DJ residentes e invitados de nivel internacional. También cuenta con una zona VIP donde acabar la jornada en petit comité y con una copa de champán.
Es el momento de dejarnos mimar en el Sport Wellness Mountain Spa, el delicioso spa del hotel. Circuitos de aguas, jacuzzis, saunas, baños de vapor… hasta cinco niveles distintos y tematizados esperan en sus 5000 m2, con todo tipo de tratamientos revitalizantes. ¿Hace una envoltura de alga espirulina para hidratar la piel? El colofón inolvidable será salir a la piscina exterior y experimentar el contrapunto de estar sumergidos en el agua caliente mientras nieva y con las cumbres nevadas enfrente.
En Andorra también se disfruta de las compras y del arte. Para lo primero elegimos la avenida Meritxell, la principal calle comercial de Andorra la Vella. Arte encontramos en el Museu Carmen Thyssen Andorra (museucarmenthyssenandorra.ad) y en su última exposición: Made in Paris. La generación de Matisse, Lagar y Foujita.
A estas alturas del día ha llegado la hora de comer, y qué mejor que la propuesta gourmet del Sport Hotel Hermitage & Spa, pues la gastronomía es uno de sus platos fuertes. De eso se encargan los chefs Francis Paniegoy Hideki Matsuhisa, maestros de orquesta de los aclamados restaurantes Ibaya y Koy Hermitage, respectivamente. El primero, el único restaurante andorrano con una estrella Michelin, es el reino particular de la cocina vanguardista de terruño de Paniego, fusión de su memoria de sabores riojanos (¡atención a la croqueta del Echaurren!) con las recetas de las bordas andorranas. Matsubisa propone un viaje a las raíces de la cocina nipona desde los Pirineos a través de delicias como la tempura de vieiras o un sushi en formato showcooking para no olvidar jamás.
Con energías renovadas, el siguiente plan es pasar unas divertidas horas en Naturland (naturland.ad), el centro outdooor de referencia de los Pirineos. Lo tiene todo: esquí de fondo de La Rabassa, rutas a caballo en nieve y paseos en ponis, el célebre Tobotronc, el Airtrekk con la tirolina… Y después continuar en Caldea, otro icono de Andorra, con spas temáticos en los que desconectar: El Termolúdico, la laguna panorámica y Likids son para todos los públicos; Inúu y Orígenes, para parejas.
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Despedimos esta escapada de lujo en Andorra con un último selfie de altura en el mirador Roc del Quer de Canillo. Sus panorámicas, que abarcan desde Soldeu hasta Encamp, son como una postal de lujo, donde uno tiene la sensación de estar en suspensión en el aire y las montañas de Andorra dándonos un último abrazo.
¿Te apetece un tour por Encamp y el mirador Roc del Quer del Castillo?