FORNALUTX
Entre el macizo del Puig Major – el más alto de la sierra de Tramuntana- y el pueblo de Sóller se emplaza este pueblo de montaña incluido en la red de Los Pueblos más bonitos de España. La mejor manera de descubrir este tranquilo lugar es dando un paseo por sus empinadas calles de piedra hasta llegar a la iglesia gótica, ubicada en la zona más elevada del pueblo. La playa más cercana queda a unos siete kilómetros.
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PORTOCOLOM
Uno de los pueblos pesqueros más encantadores de la costa mallorquina. Apenas un puñado de calles perfumadas por las buganvillas y llenas de rincones conforman esta pequeña villa de Felanitx con uno de los escasos puertos naturales que quedan en la isla. Abierto a una gran bahía, las antiguas casetas de pescadores de color pastel se alinean en su fachada marítima, donde no falta el paseo marítimo y las pequeñas embarcaciones amarradas a la orilla. Para disfrutar también están sus diminutas playas, especialmente la principal, Cala Marsal, y más allá Caña Brafi o S’Arenal, antes de llegar a su icónico faro.
ALCÚDIA
La localidad que da nombre a la bahía, también en la red de Los Pueblos más Bonitos de España, invita a un viaje por la historia. Empieza con un recorrido por su muralla, que, con un perímetro de 1,5 km y una altura media de 6 metros, dan una idea más aproximada de lo que ha sido este deseado fortín. Hay que patear sus callejuelas, admirar sus casals o casas señoriales y entrar en la iglesia de Sant Jaume, que un principio formaba parte del sistema defensivo de la ciudad. Junto a ella se puede contemplar la capilla del Santo Cristo. Extramuros están las ruinas de la ciudad romana de Pollentia, con su anfiteatro excavado en la roca, y cerca, el puerto y toda una bahía para disfrutar, donde se ubica el Parque Natural de S’Albufera, uno de los humedales insulares más importantes del Mediterráneo.
CAPDEPERA
De esta localidad próxima a la costa este de Mallorca atrae su castillo, un recinto fortificado que se remonta al siglo XIV, con magníficas vistas y su centro histórico, adornado de bonitas plazas, calles y casas señoriales, como Ca’n Piricus o ca’n Creu d’Inca, o la iglesia de Sant Bartomeu. El poblado talayótico de Es Claper des Gegant y las cuevas de Artá, frente a la costa, son otros lugares para visitar, pero dentro de su término municipal también hay playas magníficas, como Cala Mesquida, Cala Agulla o Cala Molto.
SANTANYI
Son 35 kilómetros de costa lo que abarca este bonito pueblo auténticamente mallorquín situado en el extremo sureste de la isla. Muchos llegan a él buscando la preciosa bahía de Cala Santanyi, de aguas color turquesa, otros la más pequeña de Cala de s’Almonia y algunos más sus centros de buceo y otros deportes. Santanyi también posee un bonito casco antiguo de calles estrechas que tiene como centro la plaza Mayor, en la que se levanta la iglesia de Sant Andreu, buenos restaurantes, un mercado semanal donde se puede comprar artesanía típica de la isla y galerías y talleres y un mercado.
POLLENÇA
A orillas del Mediterráneo, Pollença es un pueblo muy coqueto e inspirador de artistas al norte de Mallorca, y si no que se lo digan a Agatha Christie, Santiago Rusiños o Churchill, que anduvieron por aquí. Una visita a la localidad pasa por subir los 364 peldaños de la escalinata del Calvario, franqueada por enormes cruces y cipreses, sentarse en una terraza de la plaza Mayor, que acoge todos los domingos uno de los mercados más atractivos de la isla, cruzar el puente romano, pasear por el largo paseo marítimo del puerto y sus playas o subir al Puig de Maria, en cuya cima se haya un monasterio. En su término también se encuentra el mirador del Colomer, parada imprescindible en la carretera que conduce hasta la península y el faro de Formentor.
PUIGPUNYENT
Aquellos que buscan una auténtica vida en la isla han encontrado la tranquilidad en este pueblo de casas tradicionales mallorquinas enclavado en la misma sierra de la Tramuntana, próximo a Palma y a Calviá. Sus campos de olivos, los bosques de pinos, encinas y algarrobos, la Reserva Natural Puig de Galtzó y la gran variedad de talayots de su entorno suman atractivo al lugar.
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ESPORLES
Un un entorno espectacular, cerca de Valldemossa, Puigpunyent y Banyalbufar, a 12 kilómetros de Palma, la vida de esta localidad de montaña de la sierra de Tramuntana y atravesada por el torrente del mismo nombre, discurre entre el passeig del Rei, la plaza de España y la iglesia de Sant Pere. Pero a Esporles se va, sobre todo, a disfrutar de los numerosos itinerarios de montaña que discurren por este entorno de la sierra de Tramuntana.
VALLDEMOSSA
Lo tiene todo para triunfar: patrimonio, cultura, naturaleza, miradores…, por algo es el pueblo más visitado de la isla. Enclavado en la sierra de la Tramontana, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, aquí veremos la Real Cartuja en la que encontraron refugio Frederic Chopin y a George Sand, y que hoy cuenta con un pequeño museo. Los jardines del Rey Juan Carlos, la iglesia de San Bartomeu, el palacio del Rey Sancho, la casa natal de Santa Catalina Thomas, la única santa de la isla, el centro cultural de Costa Nord, fundado por el actor Michael Douglas, la ermita de la Santísima Trinidad, oculta en el bosque de Miramar, y, sobre todo, las calles empedradas y repletas de plantas hacen de Valdemossa una joya artística. Nadie se va de aquí sin probar su famosa coca de patata o el gató de almendra, dos de los sabores más auténticos de la isla.
DEIÀ
A los pies de una ladera, en la sierra de Tramuntana, y con vistas al Mediterráneo, Deià es uno de los pueblos con más encanto de Mallorca. Admirado por escritores y artistas, entre sus principales atractivos está su entramado de pintorescas y empinadas calles y casas de piedra y Cala Deià y Sa Foradada, una preciosa península rematada con una emblemática roca agujereada, que ofrece su mejor panorámica desde el mirador de Son Marroig.
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