De tomar unos pintxos por las calles empedradas del casco viejo a encontrarnos, de pronto, en medio de un humedal con decenas de garzas sorteando los juncos al acecho de los peces. Ambas escenas se suceden en Vitoria-Gasteiz en apenas media hora, el tiempo que se tarda en llegar del mismo centro al corredor que abraza el perímetro urbano. Lo llaman el Anillo Verde y es el pulmón de la ciudad. Nada menos que 30 kilómetros, enlazados mediante zonas ecológicas recreativas, conforman este itinerario circular, resultado de un proyecto iniciado a comienzos de los años 90 por el que Vitoria fue designada en 2012 la Capital Verde Europea y que convirtió la degradada periferia en un apacible espacio natural.
Armentia, Olarizu, Salburua, Alegría, Zabalgana, Zadorra, Errekaleor y Las Neveras son los parques que se suceden a lo largo del Anillo Verde. Juntos conforman una gran diversidad de ecosistemas de enorme valor ecológico y paisajístico. Bosques, ríos, humedales, praderas, setos, riberas…, y hasta un jardín botánico con diversas colecciones de plantas.
Está en las ganas y la energía de cada cual decantarse por uno u otro parque. El de Armentia, por ejemplo, alberga un extenso bosque de quejigos, encajado entre el núcleo urbano y los Montes de Vitoria, y en el que se puede visitar la célebre basílica de San Prudencio, patrón de Álava. En el de Olarizu se asienta un jardín botánico de más de 120 hectáreas, con una representación de los principales bosques de Europa. Y el de Salburua es, tal vez, el más interesante, por tratarse de un humedal en el que habitan (o hacen parada) numerosas aves y otras especies como el visón europeo, en peligro de extinción. Un lugar reconocido internacionalmente como parte de la Red Natura 2000, en el que, además de seguir los senderos que conectan las lagunas principales, es fundamental asomarse al mirador volado sobre las aguas. En el centro de interpretación Ataria facilitan toda la información.
Más ambicioso es el plan de recorrer de una vez todo el itinerario circular. Las familias lo hacen, sobre todo en bicicleta, puesto que el trazado es de dificultad media-baja y la duración del trayecto resulta asequible: cuatro horas y media. En el camino se suceden merenderos, áreas de recreo, fuentes y miradores.
La Vuelta al Anillo Verde es, tal vez, el sendero más famoso, pero en ningún modo el único. En una ciudad que dispone de 42 m2 de espacios verdes por habitante y de 150 kilómetros de carriles bici, los amantes de las dos ruedas tienen dónde elegir. No en vano, también por aquí discurre la Vía Verde del Ferrocarril Vasco Navarro, la Colada de Peña Betoño y la gr 25 (Vuelta a la Llanada Alavesa).
A los menos activos siempre les quedarán los paseos por el centro histórico de sabor medieval. Igualmente recomendable es subir a la torre de la iglesia de San Vicente, pasar por las dos catedrales, la Casa del Cordón, el Portalón…, y la animada plaza de la Virgen Blanca, punto de partida perfecto para iniciar una ruta de vinos y descubrir otra atractiva faceta de Vitoria.
No dejes de...
Descubrir las playas de Vitoria. Es cierto que no tiene litoral, pero sí un pantano cercano, el de Ullíbarri-Gamboa, con dos playas cuya calidad ha sido reconocida con bandera azul: Landa y Garaio. En ellas se puede disfrutar de un buen baño y practicar deportes náuticos: remo, piragüismo, windsurf... En el Parque Ornitológico de Mendixur, con más de 70 hectáreas, la zona sur del embalse, se observan aves (ullibarri-gamboa.araba.eus/es).
Guía práctica
Guía práctica