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POR ESPAÑA

Doce escapadas rurales, una para cada mes del nuevo año


Actualizado 30 de diciembre de 2021 - 15:03 CET
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ENERO

Escapada a La Palma

Después de tres meses de intensa actividad, el volcán de Cumbre Vieja descansa por fin. Así que no hemos encontrado un mejor destino para estrenar el año que hacer una escapada a la isla bonita y apoyar a los palmeros. La erupción solo ha cambiado una mínima parte del territorio de La Palma, el resto permanece inalterable: sus bosques, sus playas de arena negra, sus cielos limpios llenos de estrellas, sus otros volcanes... y se puede disfrutar de ellos. El Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, el bosque de Los Tilos, el mirador de la Cumbrecita, el caserío de El Tablado o el volcán Teneguía son algunos de los lugares para no perderse.

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FEBRERO

Escapada a la sierra de la Tramuntana

Cuando el invierno va tocando a su fin, los campos mallorquines se cubren de un precioso manto blanco y rosado que anuncia la primavera. Es el color de las flores de sus dos tipos de almendros que, en febrero, regalan paisajes inolvidables por toda la isla. Hay numerosos lugares donde disfrutar del espectáculo cromático, desde Llucmajor a Manacor, pero también Sant Llorenç, Son Servera, Selva (en la imagen) o la preciosa Serra de Tramuntana, que es Patrimonio de la Humanidad.

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MARZO

Escapada festiva a Alzira

Con los mismos ingredientes que las de la capital valenciana, la localidad de Alzira, a 40 minutos de esta, celebra su propia fiesta de las Fallas, de interés turístico nacional. Si este año se dan todas las circunstancias, se volverán a celebrar a mediados de marzo y no faltarán en ella ni los grandes monumentos alegóricos de cartón piedra que arderán en la cremà ni el olor a pólvora de las mascletás. Tampoco las bandas de música, la paella tradicional o los desfiles de trajes regionales.

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ABRIL

Escapada a la sierra de Grazalema

Cádiz rebosa de pueblos bonitos, y en abril cualquiera de los de la sierra de Grazalema resulta perfecto para una escapada rural. Elegimos Zahara de la Sierra, que ya desde la lejanía cautiva por su estampa, con su caserío blanco y apiñado en imposibles cuestas, calles estrechas, plazas y miradores, iglesias y ermitas barrocas y un castillo rematado por un torreón nazarí desde el que se advierte una preciosa vista. Por si fuera poco, a sus pies reposan las aguas color turquesa del embalse de El Gastor.

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MAYO

Escapada al valle de Hecho

Hecho es un valle pirenaico en el límite con Navarra y Francia, pero es también el nombre del pueblo al que da nombre, en el Parque Natural de los Valles Occidentales. Una coqueta villa de calles empedradas con casas tradicionales que llevan hasta la iglesia de San Martín. Gustan también el puente medieval, el museo etnográfico y el de arte contemporáneo distribuido por varios espacios de la localidad. Para disfrutar de la naturaleza del entorno seguiremos al río Aragón Subordán, que nos llevará hasta la selva de Oza.

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JUNIO

Escapada a la montaña oriental leonesa

El mes de junio invita a colgarnos la mochila y empezar a hacer rutas por la montaña. Elegimos un paraje espectacular, protegido bajo la figura del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, un rincón de la cordillera cantábrica que es la antesala de los Picos de Europa. La subida al pico Gilbo, desde el pueblo de Riaño, el valle de Anciles, el puerto de Horcajadas o los senderos que se adentran por el hermoso valle de Valdeburón, las tierras altas del Esla, son algunos de los paraísos para amantes de la naturaleza.

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JULIO

Escapada refrescante a La Vera

A solo dos horas se encuentra esta singular comarca cacereña con una naturaleza desbordante, bonitos pueblos con una rica arquitectura popular –Cuacos de Yuste, Garganta la Olla, Guijo de Santa Bárbara…– y una gastronomía contundente. De todo ello se disfruta todo el año, pero en verano lo que más buscaremos serán sus charcos naturales donde refrescarnos. En la imagen, la garganta Jaranda, en Jarandilla de la Vera.

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AGOSTO

Escapada a Mundaka

Viajamos en agosto a esa privilegiada porción del Cantábrico que es Urdaibai, Reserva de la Biosfera de la Unesco, además de Patrimonio de la Humanidad, para conocer su extraordinaria diversidad paisajística y ecológica. Y tomamos como base Mundaka, un bonito pueblo volcado al mar, con estrechas callejuelas que desembocan en su diminuto y encantador puerto pesquero, casonas hidalgas que conviven con viviendas de pescadores y miradores como los de la Atalaya y Santa Catalina. Hay una Mundaka invernal, de días tranquilos y discurrir apacible; otra otoñal, de marcado carácter deportivo, cuando en ella se reúnen surfistas de medio mundo en busca de su famosa ola izquierda, pero esta vez elegimos la estival, cuando sus calles y playas se animan gracias a los que rinden culto al baño o al txikiteo en sus bares.

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SEPTIEMBRE

Escapada a la Rioja Alta

Cuando se acerca el otoño y llega el momento de la vendimia, ningún lugar mejor que Briones, en la Rioja Alta, para adentrarnos en la milenaria cultura del vino. No hay que perderse el Museo y Bodegas Vivanco(vivancoculturadevino.es). Antes de disfrutar de los frutos de la tierra hay que pasear por esta villa medieval encantadora que parece sacada de otra época, con casas blasonadas, palacios y el edificio civil más antiguo de La Rioja. Y para rematar con gusto la escapada, nos entregaremos a la costumbre del tapeo, que aquí es todo un arte.

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OCTUBRE

Escapada a Consuegra por la fiesta del Azafrán

La recogida de la flor, la monda, la molienda, la degustación… En el mes de octubre, este ritual se repite cada año durante la fiesta de la Rosa del Azafrán de Consuegra. Y allí que nos vamos para conocer la esencia manchega y de paso una localidad toledana cuya silueta dibujan un castillo y un conjunto de molinos en lo alto del cerro de la Muela que nos recuerdan la hazaña más sonada de don Quijote. La escapada nos permitirá ver en funcionamiento el molino Sancho Panza durante la molienda de la Paz, probar las especialidades de la cocina popular manchega, asistir a los concursos de monda de la rosa del azafrán y, por supuesto, llevarnos como recuerdo el oro rojo.

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NOVIEMBRE

Escapada a Somiedo

Una ruta o muchas podemos hacer por el Parque Natual de Somiedo, porque en este espectacular rincón de la cordillera Cantábrica hay valles salpicados de cabañas de teito, brañas –vestigios de la cultura pastoril–, lagos glaciares, pero también altos picos y aldeas escondidas colgadas de las laderas. Un lugar Reserva de la Biosfera en el que habita el oso y las vacas campan a sus anchas. La escapada podemos alargarla si tomamos la antigua vía férrea de Teverga, conocida como La Senda del Oso, que queda próxima, una vía verde de 30 kilómetros para perderse por la Asturias más verde y profunda a pie o en bicicleta.

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DICIEMBRE

Escapada de trufiturismo a Teruel

La comarca de Gúdar-Javalambre es uno de los territorios más despoblados de Europa, pero a cambio es el que produce más trufa negra del mundo, así que para disfrutar de este oro negro que crece en invierno, nada como apuntarse al trufiturismo en uno de los pueblos de referencia: Mora de Rubielos. Entre las actividades temáticas que podemos hacer durante esta escapada rural hay menús degustación, tratamientos de trufaterapia o salidas al campo para «cazar» este manjar con la ayuda de un experto y su perro.