Es evidente que uno de los milagros naturales que sirven para inaugurar la primavera es la floración de los cerezos en el valle del Jerte. En torno a mediados del mes de marzo, más de un millón de árboles estallan en flores blancas dando lugar a un espectáculo que atrae cada año a unas 40.000 personas. Un buen argumento para ir justo en esa época, o no, porque lo bueno es que este valle del norte cacereño es mucho más que ese momento puntual del año. Su configuración orográfica, angosta y alargada, a la vez que se encaja entre la sierra de Tormantos y los Montes de Traslasierra, con un marcado desnivel en sus laderas, da lugar a un variado catálogo de paisajes y entornos naturales.
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Si remontamos el valle desde Plasencia, su vía de entrada más frecuente, conviene estar atento, tras alcanzar la cola del embalse, a la carretera que por la izquierda sube hacia El Torno y El Rebollar, dos de sus poblaciones más apartadas, pero hasta las que merece la pena acercarse. La primera presume de unas espléndidas vistas sobre el conjunto del valle. Aquí hay que dejar el coche en el entorno de la iglesia y descubrir a pie el laberinto de rincones que forman el barrio del Castillo. En El Rebollar, lo mejor es aparcar en la carretera y por la calle de La Chorrera, en la parte alta del pueblo, ir en busca de la zona de Los Canchos, un barrio donde las casas se elevan directamente sobre gigantescos bolos de granito.
En la otra vertiente del Jerte es obligado llegar hasta Valdastillas y tomar, un poco después de sobrepasar el pueblo en dirección a Piornal, el arranque del paseo que acerca hasta la cascada del Caozo, una de las chorreras más fotogénicas y buscadas, especialmente en época de lluvias. Disfrutarla así es tan sencillo como llegar en coche hasta la confluencia con la garganta Bonal y recorrer a pie –siempre con buenas botas– los 100 metros restantes hasta la cascada y la pasarela que casi permite tocarla. Otra opción mucho más inmersiva es atreverse con el sendero circular señalizado sl-cc 32, de siete kilómetros y dos horas y media, con inicio y final en Valdastillas.
Prueba de la biodiversidad del valle son los bosques de robles y castaños que atesora en sus cotas más altas y frescas. Para disfrutar de los primeros podemos dirigirnos hacia Piornal, el pueblo a mayor altitud de Extremadura y famoso por su celebración de la fiesta del Jarramplas, y después hacia Barrado. En dirección a Cabrero encontramos, al coronar el puerto del Rabanillo, la pista que sigue el pr-18 hasta el Roble de la Solana. Tras un envenenamiento intencionado, lo que hoy queda como testimonio de la importancia de estos bosques es el esqueleto de este árbol singular que llegó a vivir más de 300 años.
Otro sendero apasionante, sobre todo en otoño, es el sl-cc 35, que desde Casas del Castañar conduce por la umbría de la sierra de San Bernabé hasta un notable conjunto de árboles monumentales, algunos con más de 700 años.
De nuevo en la n-110, entre Navaconcejo y Cabezuela del Valle encontramos el inicio de la garganta de Las Nogaleas. Una empinada senda, con escaleras y pasarelas, recorre el encajonado embudo por el que se descuelgan un conjunto de saltos que parecen no tener fin.
Más tranquilo y con el aliciente final de un buen y refrescante baño es el paseo que lleva desde Jerte hasta Los Pilones, el rincón estrella de la Reserva Natural Garganta de los Infiernos. En su centro de interpretación, junto al campamento juvenil Carlos V, informan de los paseos señalizados que se pueden realizar en ella. Uno de los más atractivos y frecuentados es el que conduce hasta esos espectaculares encajonamientos de granito sumamente desgastados por efecto de la erosión que se alcanzan en unos 45 minutos. Cuando llega el calor, son un codiciado objeto de deseo.
No dejes de...
Visitar el Museo de la Cereza. Imprescindible para comprender las raíces de este cultivo en un contexto donde casi todo gira en torno a él. Ocupa una vivienda tradicional de Cabezuela del Valle y en sus tres pisos se expone de manera didáctica el proceso de cultivo y transformación de este fruto, sin olvidar otros aspectos relacionados, como el folclore, los trajes típicos de la zona o la repercusión en la economía local (tel. 636 73 18 62).
Guía práctica
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